En el mundo moderno de la medicina, existe la enorme tentación de mirar atrás, a las ideas anticuadas y a menudo ridiculizadas del pasado, y asumir que la ciencia ya lo tiene todo resuelto. Esta mentalidad no sólo es egoísta, sino que puede ser francamente peligrosa. La aparición constante de nueva información arroja luz sobre creencias modernas firmemente arraigadas que no siempre son tan herméticas como muchos habían supuesto.
Un buen ejemplo de ello es la cronofarmacología, que estudia cómo los procesos biológicos del cuerpo pueden influir en los tratamientos farmacéuticos y viceversa.
La investigación moderna está descubriendo hallazgos épicos sobre el impacto de la biología circadiana en el cuerpo humano. La cronobiología, también llamada biología circadiana, es el estudio de cómo los ciclos diarios, estacionales e incluso anuales afectan al cuerpo humano, está ganando interés. Cuanto más estudio se le dedica, mayor resulta ser su impacto.
Muchos procesos corporales fundamentales están enraizados en el ritmo circadiano, como la producción de estrógenos, la interacción melatonina/serotonina, la producción de cortisol e incluso la liberación de citoquinas, que son sustancias basadas en el sistema inmunitario que desencadenan la inflamación. Para las personas que padecen enfermedades inflamatorias, el estudio de la biología circadiana no sólo es interesante, sino imprescindible.
Los ritmos circadianos pueden guiar el tratamiento para una eficacia óptima
Una de las enfermedades inflamatorias más comunes y que se ha estudiado detenidamente a la luz de la biología circadiana es la artritis reumatoide. Este tipo de artritis es especialmente perjudicial porque, al ser una enfermedad autoinmune, hace que el cuerpo se ataque a sí mismo. Para la mayoría de los enfermos, el dolor suele empeorar por la mañana, lo que sugiere una relación circadiana.
Según el investigador Andrew Coogan, que ha dirigido un equipo en un intenso estudio sobre las implicaciones de la cronoterapia y la artritis reumatoide, el hecho de que la enfermedad siga un patrón circadiano significa que la terapia puede optimizarse si se ofrece en los momentos adecuados. Dado que los desencadenantes de la artritis se producen por la noche, el equipo probó si adaptar los medicamentos para que se administraran a esas horas resultaría beneficioso.
Y así fue.
Según Coogan
“El dolor, la depresión y los trastornos del sueño parecen estar interconectados en la artritis reumatoide. Comprender el impacto de la cronoterapia en todas estas áreas nos permitirá extraer conclusiones clínicamente relevantes y mejorar la atención al paciente”. Hay una escasez de fármacos, pero aquí hay algo sencillo que podemos hacer simplemente cambiando el momento en que el paciente toma sus medicamentos”.
También dijo:
“Es… sorprendente que la cronoterapia no se mencione en las directrices oficiales para realizar ensayos de fármacos contra la artritis reumatoide, pero esperemos que nuestra investigación influya en ello”.
Con la cronoterapia no se sustituye el medicamento real. En su lugar, se hace especial hincapié en el momento en que se recibe el medicamento. Los resultados demuestran que se trata de un componente vital de cualquier régimen de recuperación y que debe estudiarse más a fondo.
Los ritmos circadianos alterados preparan el terreno para los problemas
Comprender la biología circadiana no sólo es vital para el tratamiento de la artritis, sino también para su prevención. Según un estudio del doctor Robin M. Voigt, del Rush Medical College, cuando se combina con otras opciones que ponen en peligro la salud, un sistema circadiano alterado puede aumentar drásticamente las probabilidades de contraer enfermedades inflamatorias.
Según Voigt
“Creemos que la alteración crónica del ritmo circadiano promueve/exacerba las enfermedades mediadas por la inflamación, al menos en parte, debido a cambios en la microbiota intestinal”.
Una de las formas en que los ritmos circadianos desajustados pueden resultar perjudiciales es que favorecen la inflamación cuando se combinan con una dieta rica en grasas y azúcares. Las enfermedades cuyos nombres terminan en “-itis” son enfermedades inflamatorias como la artritis, la conjuntivitis, la dermatitis y la hepatitis. Muchas enfermedades inflamatorias tienen su origen en el intestino, y los patrones de sueño no regulados crean la tormenta perfecta dentro del intestino, a la espera de que la adición de azúcar y grasas encienda la inflamación que asola a tanta gente hoy en día.
Sólo recientemente los científicos han empezado a comprender que cuándo se realizan ciertas funciones es tan relevante como qué funciones se producen. El descubrimiento de que la alteración de los ritmos circadianos, los patrones naturales día/noche que duran aproximadamente 24 horas, puede sentar las bases para una serie de enfermedades es una información vital que todavía es algo nueva para el público.
Dado que las enfermedades relacionadas con la inflamación empiezan en el tubo digestivo, la medida en que los ritmos circadianos afectan a la microbiota intestinal es un área que requiere más estudio. Basta con decir que seguir un horario normal, con la luz del sol como guía para despertarse y la oscuridad como estímulo para dar por concluida la jornada, es un paso en la dirección correcta.
Para algunas personas, eso significa que ha llegado el momento de desconectar de los programas nocturnos de variedades y de las maratones de videojuegos que duran toda la noche. En algunos casos, la dura decisión de cambiar de trabajo para eliminar el trabajo nocturno puede ser la mejor decisión que tome para mejorar su salud en el futuro.
Por muy ilustrada que se vuelva la sociedad moderna, parece que hay cosas que nunca cambian. La investigación moderna coincide con la sabiduría de los antiguos: Una buena noche de sueño y un día completo de trabajo son dos bendiciones que no pueden suplantarse.