Si bajas el volumen lo suficiente, no puedes oír la radio. Una nueva investigación ha descubierto que la fuerza del ritmo circadiano también tiene un “control de volumen”: la proteína REV-ERBα.
La mayor parte de la investigación sobre el ritmo circadiano trata de qué ocurre, cuándo y por qué. Sin embargo, la fuerza de una señal molecular también es importante. Si una señal es demasiado débil, no tendrá ningún efecto. Si es demasiado fuerte, podría interferir con otras funciones. En biología molecular, como en Ricitos de Oro, sólo “lo justo” es suficiente. Los investigadores han descubierto que una proteína llamada REV-ERBα, ya conocida por su importancia en el ritmo circadiano, puede ser el factor que controla la fuerza del ritmo circadiano, manteniéndolo en el rango de amplitud donde es más eficaz.
¿Qué es REV-ERBα?
Al igual que muchas proteínas del cuerpo humano, REV-ERBα parece desempeñar diversas funciones. Es una parte integral de los receptores de la hormona tiroidea, importante en la regulación del metabolismo del cartílago y también desempeña un papel importante en el ritmo circadiano. Su papel en el ritmo circadiano ha sido objeto de muchas investigaciones debido al inusual método de acción de esta proteína. Durante el momento del día en que ciertos genes circadianos no deberían expresarse, REV-ERBα se une al ADN de estos genes para detener físicamente la transcripción.
El control del “volumen” de la fuerza del ritmo circadiano
Al igual que muchas proteínas relacionadas con el ritmo circadiano, REV-ERBα se expresa de forma rítmica. Alcanza su máximo durante el día y sus niveles más bajos por la noche. Los investigadores decidieron desactivar la enzima que degrada REV-ERBα, manteniendo sus niveles altos por la noche. La sincronización del ritmo circadiano no cambió, pero se alteraron las fluctuaciones de la expresión génica. Los genes que normalmente se expresan en niveles variables a lo largo de un ciclo de 24 horas se expresaron en niveles altos independientemente de la hora. En otras palabras, el ritmo circadiano seguía siendo el mismo, pero su volumen era constante y “alto” en lugar de aumentar y disminuir de forma rítmica.
Los investigadores creen que REV-ERBα puede ser el botón maestro del volumen que gobierna la fuerza del ritmo circadiano. El autor principal, Ronald Evans, que también es director del Laboratorio de Expresión Génica del Salk, comentó,
“Tanto si se trata de la Novena Sinfonía de Beethoven en el equipo de música como de la sinfonía de genes en nuestro cuerpo, ambas requieren volumen para ser escuchadas. Nuestro trabajo reciente describe cómo REV-ERBα actúa como un conductor molecular que permite subir o bajar el volumen o la actividad de miles de genes.”
La amplitud lo es todo
Esta es la primera vez que los científicos han sido capaces de afectar experimentalmente a la fuerza del ritmo circadiano, pero parece ser un factor muy importante. Los ratones de este estudio de cronobiología a los que se alteró genéticamente para que carecieran de REV-ERBα desarrollaron diversos problemas de salud graves, como la enfermedad del hígado graso. Un exceso de esta proteína también podría tener graves efectos sobre la salud. Habrá que seguir investigando en este campo, pero hay dos cosas claras: la amplitud, o volumen, de nuestros ritmos circadianos parece ser extremadamente importante para la salud, y esta amplitud está controlada, al menos en parte, por la proteína REV-ERBα.
El ritmo circadiano es parte integrante de la salud de todos los organismos, por lo que tiene sentido que esté estrechamente controlado en todos los sentidos. Esta investigación abre las puertas a nuevas investigaciones sobre cómo la fuerza del ritmo circadiano puede ser un factor que afecte tanto a los relojes internos como a la salud de todo el organismo.