¿Por qué algunos animales duermen de noche y otros de día? Las investigaciones sugieren que la forma en que nuestros ojos procesan la luz puede ser un factor clave en nuestros ciclos de sueño-vigilia.
La mayoría de nosotros aprendimos en primaria la diferencia entre animales diurnos y nocturnos. Algunos animales están biológicamente programados para dormir por la noche (diurnos), mientras que otros duermen durante el día (nocturnos). Sin embargo, los científicos no entendían exactamente por qué las distintas especies están programadas para dormir en ciclos de sueño-vigilia únicos. Un nuevo estudio en el campo de la cronobiología ha descubierto que las diferencias en la forma en que nuestros ojos procesan la luz pueden ser el factor determinante de cuándo dormimos de forma natural.
Diferencias sensoriales entre diurnos y nocturnos
Existen algunas diferencias entre los animales diurnos y nocturnos más allá de las horas a las que prefieren dormir. Los animales diurnos tienden a utilizar la visión como sentido principal para comunicarse en el mundo, mientras que los animales nocturnos tienden a utilizar el sonido. Los animales nocturnos han evolucionado para utilizar un sentido distinto de la vista como sentido primario y muchos han desarrollado sentidos especiales como la capacidad de percibir infrasonidos o la dirección del viento. Los animales nocturnos suelen ser daltónicos, mientras que los diurnos ven mejor los colores y tienen más conos oculares que funcionan mejor con luz brillante.
Los ojos y los ciclos de sueño-vigilia
Los ojos y la forma en que se comunican con el cerebro desempeñan un papel intrincado en los ciclos de sueño-vigilia. Cuando los ojos perciben la luz, envían un mensaje al núcleo supraquiasmático del hipotálamo. Esta minúscula porción del cerebro se considera el reloj maestro del cuerpo humano, y también del de otros animales. A continuación, el núcleo supraquiasmático envía mensajes a la glándula pineal y a otras regiones del cerebro, indicando a las estructuras clave qué conjuntos de hormonas deben liberar para mantener los patrones de sueño diurnos o nocturnos del sujeto.
El núcleo supraquiasmático, o SCN, ha sido aceptado durante mucho tiempo como el centro funcional cerebral de nuestros ciclos de sueño-vigilia. Sin embargo, nuevas investigaciones cuestionan este hecho. En las retinas de los ojos hay un conjunto de células denominadas células ganglionares de la retina intrínsecamente fotosensibles, o ipRGC. Aunque el núcleo supraquiasmático y las ipRGC funcionan de forma similar en los animales nocturnos, un nuevo estudio sugiere que las ipRGC son en realidad dominantes en los diurnos. Las diferencias en los ciclos de sueño-vigilia se deben, en cambio, a que la luz se procesa a través de diferentes rutas hacia el cerebro y no están dictadas únicamente por el SCN, como se había teorizado.
Qun-Yung Zhou, profesor de la Universidad de Irvine que dirigió el estudio, afirma que estos resultados tienen sentido desde un punto de vista intuitivo.
«Los mamíferos diurnos nos guiamos por la vista. Los ojos no sólo nos guían durante nuestro tiempo de vigilia, sino que también dictan cuándo nos vamos a dormir».
Este nuevo estudio anima a los cronobiólogos y otros científicos que estudian los ciclos de sueño-vigilia a pensar con originalidad. La luz es un factor importante en la regulación de nuestro cuerpo, y puede resultar ser el factor más importante de todos.