¿Podrán los científicos conseguir pronto revertir el envejecimiento? Las nuevas tecnologías que hacen retroceder el reloj del envejecimiento en ratones podrían algún día estar disponibles también para los humanos.
Aunque los científicos y los médicos aprendan a tratar o curar diversas enfermedades mortales, sigue habiendo una causa de muerte que no se puede tratar: el envejecimiento. Aunque llevemos una vida sana y recibamos una atención médica excelente, nuestros cuerpos acaban descomponiéndose desde dentro hacia fuera. Los investigadores están empezando a comprender exactamente por qué ocurre esto y están dando los primeros pasos para reducir o incluso invertir completamente el envejecimiento. Estos estudios realizados en ratones pueden tener una enorme repercusión en la salud humana en el futuro.
Epigenética y envejecimiento
Nuevas investigaciones indican que los cambios epigenéticos en nuestras células pueden ser la causa del envejecimiento tal y como lo conocemos actualmente. Los cambios epigenéticos son modificaciones que afectan al modo en que se utilizan nuestros genes. Nuestro ADN está unido durante toda nuestra vida a moléculas que determinan qué genes se transcriben en proteínas. A lo largo de nuestra vida, estos reguladores pueden añadirse, eliminarse o dañarse, lo que afecta al funcionamiento de nuestras células. Esto provoca un fallo en la eficacia con la que nuestras células funcionan y se dividen.
¿Cómo se producen estos cambios? En algunos casos, los provocan simples errores de reproducción. La exposición a elementos oxidantes, como el humo del tabaco, también puede contribuir. Estos pequeños cambios se van sumando a lo largo de la vida hasta provocar una pérdida de función en nuestro ADN, lo que hace que las células no funcionen o no se recuperen de las lesiones tan bien como antes.
Revertir el envejecimiento: ¿Es posible?
Los científicos están descubriendo que pueden reducir o incluso revertir el envejecimiento en ratones activando o desactivando determinados genes. Los investigadores criaron ratones que padecían una enfermedad conocida como progeria, en la que los animales envejecen con extraordinaria rapidez. Esta enfermedad también se da en humanos, aunque es muy poco frecuente. A continuación reprogramaron varios de los genes de los ratones mediante factores epigenéticos, lo que provocó la regeneración de las células. Esto detuvo el proceso de envejecimiento acelerado en estos ratones.
Estos mismos genes se reprogramaron epigenéticamente en ratones envejecidos con problemas de salud sorprendentemente similares a los nuestros, como cicatrización lenta y trastornos metabólicos. La reprogramación provocó mejoras y, en algunos casos, la recuperación completa.
Hoy, ratones. Mañana, ¿humanos?
¿Pueden aplicarse estos descubrimientos a los humanos? Varios estudios sugieren que sí. Los humanos parecemos tener los mismos procesos epigenéticos detrás de nuestro proceso de envejecimiento que los ratones. Cuando los mismos tratamientos utilizados en ratones se aplicaron a células humanas envejecidas en una placa de Petri, las células rejuvenecieron y empezaron a actuar como células jóvenes. Los cambios epigenéticos realizados en estas células hacen que se conviertan en células madre pluripotentes -o capaces de desarrollar más de un tipo celular- capaces de dividirse para otra vida.
La investigación genética en humanos está actualmente prohibida en Estados Unidos y en muchos países, por lo que pueden pasar décadas antes de que esta investigación pueda extrapolarse de forma significativa a los humanos. Sin embargo, es prometedor saber que las arenas del tiempo pueden no ser tan destructivas para las generaciones actuales a medida que envejecemos.
Envejecer: ¿Cuestión de tiempo?
El envejecimiento parece deberse en parte a relojes internos compuestos, al menos en parte, por un mecanismo de relojería epigenético. Aunque la investigación en cronobiología se centra actualmente en cómo nuestros cuerpos se ajustan al tiempo a lo largo de los días, los meses y las estaciones, pronto podría tener un nuevo enfoque en cómo cambiamos a lo largo de los años. Al igual que tenemos relojes internos que nos dicen cuándo dormir y cuándo levantarnos, parece que hay relojes internos que cuentan los minutos de nuestra vida. Podemos acelerar estos relojes con malas elecciones de salud, pero también podemos hacerlos retroceder a tiempos más saludables. Comprender mejor este proceso que dura toda la vida podría conducirnos a revertir el envejecimiento.
Todos hemos oído alguna vez la famosa frase: «Nada es seguro salvo la muerte y los impuestos», pero la muerte puede que pronto sea incierta. Los estudios están demostrando que los cambios epigenéticos que conducen al envejecimiento pueden no ser tan permanentes como pensábamos, lo que ofrece la esperanza de que algún día podamos llevar una vida más larga y saludable sin la degeneración y la pérdida de funciones que actualmente asociamos con el envejecimiento.