¿Por qué es necesario dormir? Un nuevo estudio sugiere que el sueño reajusta el cerebro al reducir la unión entre las células nerviosas, lo que puede ser crucial para la salud humana.
Las ideas sobre el sueño y su finalidad han cambiado a lo largo de los siglos, desde la cantidad de sueño que consideramos ideal hasta las condiciones de sueño que preferimos, pasando por si dormimos en un gran bloque o en varias horas. Sin embargo, hay algo que nunca cambia: Las personas y la mayoría de los seres vivos necesitan dormir para estar sanos y felices. Las nuevas investigaciones sobre biología circadiana sugieren que el sueño nocturno es importante por muchas razones, entre ellas, porque restablece el cerebro y le permite funcionar mejor durante el día.
¿Un cerebro sobrecargado de trabajo?
Tendemos a pensar que nuestro cerebro es el lugar del pensamiento y la cognición. Aunque esto es cierto, el cerebro también actúa como panel de control de muchos de nuestros procesos diarios. El cerebro coordina todas nuestras acciones, desde el movimiento hasta la respiración. Además, nuestro cerebro debe controlar las hormonas de nuestro cuerpo e indicar a las células cuándo deben realizar funciones importantes como el crecimiento y la reproducción.
El alto nivel de actividad constante de nuestro cerebro provoca un gran desgaste. Se necesita tiempo para realizar el mantenimiento básico de las células y eliminar los productos de desecho. Además, el cerebro necesita tiempo para desarrollar nuevas conexiones a medida que aprendemos nuevas habilidades y asimilamos nueva información y recuerdos. Estas funciones requieren mucho tiempo. De hecho, esta es la razón por la que pasamos alrededor de un tercio de nuestras vidas durmiendo.
Nuevas pruebas de que el sueño reajusta el cerebro
Los científicos han descubierto una de las muchas funciones bioquímicas importantes del sueño. El estudio más reciente demuestra que, a medida que pensamos y adquirimos nueva información a lo largo del día, las sinapsis, o conexiones, de nuestro cerebro están sometidas a una estimulación constante. Esto hace que aumenten de tamaño. Si este crecimiento continuara, las células responderían regulando a la baja los receptores y tomando medidas para frenar el crecimiento. Un estudio realizado en ratones descubrió que sus sinapsis se reducían mientras dormían, lo que permitía un nuevo crecimiento y nuevas conexiones al día siguiente.
Esta tendencia se observó en toda la corteza cerebral de los ratones, que es la parte del cerebro responsable del pensamiento, la memoria e incluso el movimiento consciente. Sin este tiempo para restablecerse, las células neuronales se saturarían y dejarían de funcionar. Este podría ser el mecanismo que subyace a la pérdida de memoria y cognición que se produce incluso con alteraciones del sueño a corto plazo, como el jet lag.
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Dormir para recordar
¿Hasta qué punto es importante este proceso de reajuste? Estudios anteriores han insinuado que el sueño es uno de los factores más importantes de la memoria y la cognición. De hecho, los animales privados de sueño muestran un rendimiento muy inferior en diversas pruebas mentales y de memoria, mientras que los que duermen lo suficiente sobresalen. En los humanos, el deterioro a medida que envejecen también parece estar parcialmente relacionado con el sueño, ya que son más propensos a desarrollar demencia y a funcionar a un nivel inferior cuando sufren alteraciones del sueño.
No es ninguna sorpresa que el sueño reinicie el cerebro, ya que la mayoría de nosotros nos despertamos después de una buena noche de sueño sintiéndonos renovados y listos para afrontar los retos del día. Sin embargo, comprender los procesos que subyacen a este reinicio del cerebro puede permitirnos tratar mejor a las personas que sufren trastornos del sueño y los devastadores efectos físicos que puede causar la falta de sueño.