Aunque se habla mucho de los ritmos circadianos, o de 24 horas, nuevas pruebas sugieren que los ritmos de 12 horas pueden tener un mayor impacto en nuestra salud.
Los animales diurnos, incluidos los humanos, duermen de forma natural por la noche y permanecen despiertos durante el día. Aunque este ritmo general de 24 horas de descanso y actividad es importante, los científicos están descubriendo cada vez más formas en que los ritmos más cortos de 12 horas afectan a nuestras vidas. De hecho, mientras estamos despiertos, nuestro cuerpo funciona según un ciclo de 12 horas muy importante para nuestra salud. Nuevas investigaciones sugieren que estos ritmos de 12 horas, también llamados ritmos ultradianos, pueden afectar a nuestro cuerpo de diversas maneras.
Comprender los ritmos de 12 horas
Probablemente se haya dado cuenta de que su cuerpo sigue unos patrones predecibles a lo largo del día. Tal vez tenga sueño a primera hora de la tarde o empiece a pensar en la comida sobre las 12 en punto del mediodía. No se trata sólo de hábitos, sino de un reloj interno de 12 horas llamado ritmo ultradiano, que funciona independientemente del ritmo circadiano de 24 horas. Muchos procesos fisiológicos siguen este reloj de 12 horas.
Los investigadores en cronobiología llevan mucho tiempo observando que parece que tenemos estos ritmos de 12 horas, pero sólo recientemente han podido medirlos de forma sistemática. Midieron la actividad genética de ratones a lo largo del día y descubrieron que existía un patrón predecible de expresión génica a lo largo de las horas de vigilia de los ratones. Muchos de estos genes expresados son los ligados a los relojes internos; otros estaban relacionados con los niveles de cortisol y diversos factores cuidadosamente cronometrados. En total, más de 3.000 genes parecen verse afectados por nuestro ritmo ultradiano.
Los efectos de su reloj interno de 12 horas
¿A qué procesos afecta este reloj diurno? El metabolismo, en particular, parece estar regulado por este ritmo de 12 horas, lo que tiene sentido ya que somos más activos y necesitamos más energía cuando estamos despiertos. Las hormonas del estrés, como el cortisol, también fluctúan de forma predecible. El cortisol se asocia al estrés, pero también nos mantiene despiertos y nos ayuda a pensar con claridad. Quizá por eso muchas personas tienen sueño a la misma hora del día, aunque duerman lo suficiente por la noche.
Los efectos de estos relojes internos parecen ser enormes y de gran alcance. Entre los factores controlados por este ritmo de 12 horas se encuentran la reacción al estrés, el metabolismo de los alimentos y la claridad en la toma de decisiones. La presión arterial, los niveles de azúcar en sangre e incluso el modo en que el organismo procesa los medicamentos están relacionados con la hora del día. Conocer mejor estos factores podría tener enormes repercusiones en la medicina moderna. Por ejemplo, ahora sabemos que las personas con problemas renales suelen tener una función renal peor a determinadas horas del día. En el futuro, los medicamentos y tratamientos podrían programarse para evitar daños en esos momentos. También sabemos que las personas tienen mejores capacidades cognitivas y un pensamiento más claro a determinadas horas del día. Es posible que tome mejores decisiones si pospone las decisiones importantes hasta esas horas.
Mantener un ritmo saludable de 12 horas
Está claro que los ritmos de 12 horas afectan a nuestra salud más de lo que creíamos. Nuevos estudios sugieren también que estos ritmos pueden verse alterados por el trabajo nocturno y otros factores que desajustan nuestros relojes internos. Aunque habrá que seguir investigando, nuestros ritmos de 12 horas parecen funcionar mejor cuando nos despertamos y dormimos a las mismas horas del día, comemos a las mismas horas e intentamos mantener un horario predecible. Aunque la vida moderna a menudo nos exige mantener hábitos diarios erráticos, esto parece afectar negativamente no sólo a nuestros ritmos ultradianos, sino también a todos nuestros relojes internos.
Los ritmos de 12 horas nos ayudan a lo largo del día, preparándonos para estar despiertos y alerta en los momentos en que más lo necesitamos. Además, parecen favorecer el buen funcionamiento de los riñones, la salud cardiovascular y una serie de factores importantes. Aunque puede resultar difícil mantener un horario constante todos los días, esto podría tener un enorme impacto en su salud y productividad.