En el mundo de la medicina se ha debatido mucho sobre la importancia de la cronofarmacología, es decir, la práctica de programar los tratamientos y los medicamentos para que sean más eficaces y tengan menos efectos secundarios. Sin embargo, no es una tarea sencilla porque no todos los seres humanos funcionan con el mismo ritmo. Algunas personas son búhos nocturnos, mientras que otras son alondras matutinas. Además, la mayoría de nuestros sistemas orgánicos e incluso las células individuales tienen sus propios ritmos. ¿Y si existiera un modo de obtener información detallada sobre nuestros relojes internos para que la atención sanitaria pudiera adaptarse con precisión a nuestras necesidades? Las nuevas investigaciones sobre el cronobioma humano sugieren que esta tecnología podría convertirse pronto en una parte importante de la atención médica.
Su reloj interno único
Los investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania decidieron ver si podían cartografiar de algún modo el cronobioma interno de cada individuo. Voluntarios sanos llevaron varios sensores que recogían datos sobre su frecuencia cardiaca, presión arterial, temperatura corporal y otros factores. También tomaron muestras de saliva y sangre a lo largo del día. El objetivo de los investigadores era determinar si era posible medir el ritmo interno innato de un individuo.
¿Por qué es importante? Según varios estudios recientes, nuestros relojes internos son cruciales para nuestra salud. Nuestra glucosa en sangre, presión arterial y otros rasgos fisiológicos importantes varían a lo largo del día siguiendo un ritmo predecible. La sincronización puede ser crucial para tratar adecuadamente enfermedades como la diabetes y la hipertensión, pero sólo será eficaz si podemos adaptar las terapias al ritmo único de cada individuo. Los resultados del estudio fueron prometedores: El 52 por ciento de los voluntarios tenía un ritmo oscilatorio que podía identificarse, cartografiarse y utilizarse para predecir sus fluctuaciones futuras.
Gran avance en el seguimiento del cronobioma humano
Los investigadores han sido capaces de determinar el cronobioma de animales de experimentación en un laboratorio. Sin embargo, este estudio es diferente porque ha podido hacerlo en seres humanos que se encontraban en su entorno natural. Las pruebas no son tan invasivas como podría pensarse en un principio. Los voluntarios llevaban un dispositivo similar a un iWatch que medía los niveles de actividad y la exposición a la luz. El GPS de sus teléfonos inteligentes controlaba su nivel de actividad. Llevaban un registro de la ingesta de alimentos y de cómo se sentían en general. También se realizaron algunas sesiones de laboratorio para obtener una lectura de cómo su actividad se correspondía con los niveles de cortisol, melatonina y otras hormonas importantes.
En la mayoría de los voluntarios, se observó un ritmo claro tras unos pocos días de estudio. Aunque esto pueda parecer una gran molestia, podría ser un gran avance si alguno de estos voluntarios necesitara atención médica en el futuro para las muchas enfermedades que están relacionadas de diversas formas con nuestros relojes internos. Mapear el cronobioma de un paciente podría convertirse pronto en una parte rutinaria de la atención preventiva.
Ventajas de cartografiar el cronobioma humano
La cartografía del genoma ha dado lugar a enormes avances en medicina. Cuando se cartografió por primera vez el genoma humano, nunca hubiéramos podido predecir que podríamos individualizar tanto la atención sanitaria gracias al conocimiento del ADN de un individuo. Por ejemplo, ahora es habitual determinar el genotipo de los cánceres, lo que permite predecir qué tipo de terapias serán más eficaces para curar al paciente. La cartografía del cronobioma de un individuo es igualmente prometedora. Dado que muchas de nuestras enfermedades más graves se han relacionado en estudios recientes con el ritmo circadiano, este conocimiento sólo puede conducir a un mejor tratamiento.
Hay varias formas en las que el conocimiento de los relojes internos puede utilizarse actualmente para tratamientos importantes, incluso con la información preliminar de la que disponemos ahora. Las investigaciones han descubierto que tanto el asma como la hipertensión responden mejor a los medicamentos que se administran a horas específicas. Esto se debe en parte al papel del cortisol en estas enfermedades. Programar los tratamientos para que coincidan con niveles altos de cortisol puede permitir que más personas reciban un tratamiento completo y evitar los graves daños que ambas enfermedades pueden causar. Del mismo modo, es probable que exista un momento del día óptimo para someterse a una intervención quirúrgica, hacer ejercicio e incluso comer.
¿El futuro de la cronobiología?
Es posible que en un futuro próximo muchas personas tengan su cronobioma mapeado para individualizar sus terapias y tratamientos a sus necesidades únicas. Además, este mapeo podría identificar cuándo los relojes internos de una persona se están desregulando, lo que constituye una importante señal de alarma. La recopilación de datos y su uso para personalizar los tratamientos se denomina «medicina de precisión» y está siendo adoptada rápidamente por la comunidad médica. Identificar y personalizar la atención médica no sólo en función de los genes, sino también de los relojes internos, es probable que sea el futuro próximo de la medicina. Aunque hace tan sólo una década pudiera parecer imposible, esta tecnología podría estar presente en su consulta de atención primaria en tan sólo unos años.