¿Duerme más en invierno? ¿Cree que sus hábitos alimentarios y de ejercicio también varían con las estaciones? Muchas personas, e incluso animales y plantas, experimentan ligeros cambios en sus hábitos cotidianos en las distintas estaciones. Según investigaciones recientes sobre la estacionalidad del sueño, esto es más que una coincidencia: De hecho, nuestros cuerpos están preparados para aprovechar al máximo cada parte del año.
Los ritmos del año
Cuando hablamos de ritmos innatos, la mayoría de la gente se centra en el ritmo circadiano, o de 24 horas. Sin embargo, hay otros ritmos que pueden influir en el cuerpo humano. Hemos evolucionado para vivir durante ciclos interminables del año y nuestros cuerpos están optimizados para aprovechar al máximo cada estación. Los animales programan su reproducción y otras actividades en función de la época del año. Aunque los ritmos estacionales humanos son menos evidentes, pueden tener un profundo efecto en nuestra salud y comportamiento.
Nuestro cuerpo percibe las estaciones de varias maneras. Podemos observar señales como los niveles de luz, la hora del amanecer y del atardecer y la temperatura. También puede haber otras señales que los científicos aún desconocen. Sin embargo, está claro que nuestros cuerpos, así como los de plantas y animales, responden a los cambios estacionales de diferentes maneras.
La variación estacional del sueño
Los científicos han descubierto varias diferencias interesantes en la forma en que dormimos en los meses cálidos y fríos. En primer lugar, nuestros ritmos circadianos tienden a estar más avanzados en verano, y las hormonas del sueño y la vigilia se liberan antes que en los meses más oscuros. Esto se debe probablemente a que amanece más temprano en los meses de verano.
Además, muchos médicos han observado que dos de los principales síntomas del trastorno afectivo estacional (TAE ) son la fatiga y la dificultad para dormir. Para muchas personas, la transición de días largos y luminosos a otros más cortos y oscuros puede tener graves efectos en su ritmo circadiano. Cabe destacar que estos efectos no se producen en los países ecuatoriales, donde la cantidad de luz es estable y similar durante todo el año. Las personas que viven lo suficientemente lejos del ecuador como para tener estaciones definidas también sufren una disminución de la inmunidad y otros efectos mensurables sobre la salud física durante el frío y oscuro invierno.
¿Cómo pueden afectar las estaciones a nuestro cuerpo?
Los hábitos de sueño y los niveles de energía no son los únicos aspectos de la salud humana que cambian con las estaciones. Los investigadores han observado que las personas tienden a hacer menos ejercicio y, en general, a ser menos activas en los meses fríos. Esto se observa especialmente en personas de mediana edad y ancianos. Esta puede ser una de las razones por las que las personas tienen un mayor riesgo de mortalidad en invierno.
¿Cuáles son las causas de estas variaciones estacionales? Los efectos de la luz son bien conocidos y es casi seguro que contribuyen. Sin embargo, la temperatura y la humedad también influyen, ya que ambas son más altas en los meses de verano. De hecho, los estudios han demostrado que las personas mayores tienen más dificultades para dormir cuando están en una habitación cálida o con mucha humedad. Ésta puede ser la razón por la que la gente de todo el mundo tiende a mantener los dormitorios frescos durante la noche cuando ésta es una opción.
Mantener un ritmo saludable en todas las estaciones
Aunque hay muchas cosas que no entendemos sobre el efecto de las estaciones en nuestra salud, hay formas de evitar los riesgos para la salud inherentes a las distintas épocas del año. En primer lugar, es muy importante mantenerse activo en invierno para evitar los riesgos para la salud asociados al comportamiento sedentario. Esta actividad física también puede ayudar a las personas en invierno a mantener sus ritmos circadianos en un horario más regulado. En segundo lugar, también es importante exponerse a la luz brillante, ya sea del sol o de una lámpara solar.
También se puede controlar el entorno para mitigar los efectos sobre la salud de los meses cálidos. Las personas pueden dormir mejor si mantienen sus habitaciones frescas y secas por la noche. Además, las cortinas opacas pueden evitar que las puestas de sol tardías y los amaneceres tempranos interfieran en el sueño. Tomar un suplemento de melatonina también puede ser útil para las personas que tienen dificultades para conciliar el sueño y permanecer dormidas.
Aunque algunas personas soportan bien los cambios de estación, otras tienen dificultades para mantener un ciclo de sueño-vigilia equilibrado y estable. Ahora sabemos que esto puede tener efectos muy graves para la salud, sobre todo al entrar en la mediana y la vejez. Sin embargo, hay formas de mantener el ritmo circadiano y dormir lo necesario. Mantener un reloj interno saludable es importante no sólo para sentirse mejor, sino como parte importante de la salud preventiva.