El trastorno bipolar es una enfermedad mental crónica debilitante que se caracteriza por cambios extremos en el comportamiento y el estado de ánimo. Se presenta en periodos cíclicos que pueden durar días, meses o incluso años. Para quienes padecen trastorno bipolar, las alteraciones del sueño son tanto un desencadenante como un síntoma de la enfermedad.
Los episodios de depresión y manía interrumpen los ciclos de sueño-vigilia, y estas alteraciones agravan los ciclos del estado de ánimo. La investigación sugiere que hay algo más que una simple relación causal entre el trastorno bipolar y los ciclos de actividad. Examinar los mecanismos que subyacen a la relación entre el trastorno bipolar y la alteración del ritmo circadiano podría conducir a nuevos enfoques del tratamiento.
Trastorno bipolar, alteraciones del sueño y disfunción del ritmo circadiano
Hasta el nivel celular, los seres humanos se rigen por una multitud de ritmos biológicos orquestados por un únicoreloj«maestro«. Estos patrones circadianos controlan casi todos los aspectos de nuestra vida biológica. Todo, desde los procesos digestivos y la regulación hormonal hasta nuestras rutinas de sueño y vigilia, depende de este horario de 24 horas, y un mal funcionamiento del reloj corporal pone en peligro todo el sistema.
Cada vez hay más pruebas de que un reloj corporal desajustado también puede desempeñar un papel importante en enfermedades mentales como el trastorno bipolar. Los científicos siguen profundizando en la relación entre el trastorno bipolar y la alteración del ritmo circadiano para comprender mejor los mecanismos subyacentes y explorar posibles nuevas vías de tratamiento.
Un vínculo genético entre el trastorno bipolar y la función circadiana
Nuevas pruebas sugieren que los ritmos circadianos están intrínsecamente relacionados con el trastorno bipolar. De hecho, un estudio de 2007 publicado en PNAS y realizado por investigadores del UT Southwestern Medical Center implicó a los genes responsables de regular los ritmos circadianos en el desarrollo del trastorno bipolar. Sus hallazgos mostraron que la alteración del gen que regula el reloj biológico del organismo provoca un estado maníaco similar al del trastorno bipolar.
Para reforzar la teoría de que un mal funcionamiento del reloj circadiano podría ser la base molecular de enfermedades mentales como el trastorno bipolar, un estudio de 2009 publicado en la revista BioMed Central Psychiatry identificó cuatro variaciones del gen regulador del reloj RORB que estaban «positivamente asociadas» con el trastorno bipolar. Los científicos han continuado sus estudios de la familia genética ROR para comprender su conexión con el trastorno bipolar. En 2015, un equipo de investigadores taiwaneses publicó hallazgos en PLOS ONE que sugieren además que las variaciones en los genes reguladores del reloj -RORA y RORB en este caso- están implicadas en la enfermedad bipolar.
En un fascinante artículo de Cell Reports de 2016, un equipo de científicos japoneses fue capaz de predecir con éxito los cambios de humor de tipo bipolar en modelos de ratones mediante el estudio de los patrones de expresión génica de dichos genes circadianos, que los investigadores también observaron que estaban «sobrerrepresentados» dentro de sus conjuntos de datos.
Investigadores de la Universidad de Glasgow han publicado este año dos nuevos estudios que profundizan en la relación genética entre el reloj corporal y la salud mental. El mayor estudio observacional realizado hasta la fecha sobre la alteración del reloj circadiano y el bienestar mental, publicado en The Lancet Psychiatry, asoció un mayor riesgo de trastornos del estado de ánimo a la alteración de los ciclos circadianos diarios. En este estudio, las alteraciones circadianas se relacionaron con depresión, mayor sensación de soledad, mayor inestabilidad del estado de ánimo e incluso deterioro cognitivo.
Tras el mayor estudio genético de este tipo, el equipo identificó dos partes del genoma humano que contienen variaciones genéticas que aumentan la probabilidad de trastornos circadianos. Una de las zonas identificadas contenía el gen Neurofascin, que se unió a un gen candidato conocido (Ankyrin G) que puede ser responsable del trastorno bipolar, lo que se suma a las pruebas que sugieren un «vínculo biológico directo» entre la alteración del ritmo circadiano y el trastorno bipolar.
Seguir explorando el vínculo entre el trastorno bipolar y la alteración circadiana
Se ha demostrado repetidamente que los factores externos que influyen en la función circadiana alteran el equilibrio mental. Aunque pueda sonar un poco a argumento de película de ciencia ficción, científicos del Instituto Nacional de Salud Mental publicaron dos nuevos estudios en Translational Psychiatry and Molecular Psychiatry en los que observaron asociaciones entre los ciclos del estado de ánimo bipolar y el cambio de fase de la luna.
Investigadores de la Universidad de Oxford que estudian los ritmos diurnos han recurrido a la tecnología ponible para investigar la desincronización de los ritmos biológicos en enfermos mentales graves como el trastorno bipolar y el trastorno límite de la personalidad. En dos estudios distintos, publicados en Scientific Reports y Translational Psychiatry, el equipo informó de que los pacientes con trastorno bipolar y trastorno límite de la personalidad mostraban una marcada desincronización de los ritmos diurnos regulares y la función cardiaca en comparación con un grupo de control sano. Según sus datos, existe una clara asociación entre la variabilidad de la función diurna, la frecuencia cardiaca y los estados de ánimo negativos o irritables. Aunque aún se desconoce la dirección del efecto, los datos parecen apoyar la regulación del sueño como método de estabilización del estado de ánimo, al menos para los pacientes bipolares.
Un estudio de 2016 publicado en la revista Biological Psychiatry relacionó los cambios en neurotransmisores específicos con estas anomalías circadianas que experimentan los pacientes diagnosticados de trastorno bipolar y esquizofrenia. El equipo de investigadores del Hospital McLean descubrió que en los pacientes bipolares se produce un descenso significativo de la expresión neuronal de somatostatina en la amígdala durante las primeras horas de la mañana, lo que, según los científicos, se correlaciona con la gravedad de los síntomas de ansiedad o depresión que experimenta el enfermo. Como han sugerido otros investigadores, el equipo cree que restablecer los ritmos circadianos de estas áreas problemáticas puede resultar clave en futuros tratamientos.