Dormir lo suficiente -tanto en cantidad como en calidad- es uno de los mayores retos para muchas personas modernas. Esto es especialmente cierto para las personas mayores. La investigación ha descubierto que nuestro cerebro cambia a medida que envejecemos, a menudo de formas que no favorecen el sueño reparador que nuestros mayores necesitan para gozar de una salud óptima.
Según una nueva investigación sobre la contaminación lumínica y los somníferos, los ancianos que viven en zonas con altos niveles de contaminación lumínica tienen más probabilidades de necesitar somníferos para conciliar el sueño. Esto puede tener efectos devastadores en la salud de nuestros mayores.
Contaminación lumínica: Un peligro creciente para la salud pública
Varios estudios anteriores han confirmado el efecto de la contaminación lumínica sobre el sueño, así como su relación con el insomnio. Desde que se instalaron las primeras farolas a finales del siglo XIX, los estadounidenses consideran cada vez más que un barrio bien iluminado es un signo de seguridad y riqueza. Además, un porcentaje cada vez mayor de nosotros vive en zonas urbanas o suburbanas donde la verdadera oscuridad es poco frecuente. La luz de las farolas, los centros comerciales, las viviendas y otras infraestructuras nunca duerme, ni siquiera cuando nosotros lo hacemos.
Incluso en una noche sin luna, hay una bruma de luz que, aunque no es perceptible a simple vista, puede tener graves efectos en nuestro ritmo circadiano. En 2009, se informó de que la luz brumosa de Los Ángeles podía verse a 200 millas de distancia. Esta luz nos impide ver muchas de las estrellas del cielo y también puede afectar a nuestra salud.
El cerebro humano crea melatonina en respuesta a la oscuridad. Esta hormona es fundamental no sólo para el sueño profundo, sino también para la reparación celular y otros procesos metabólicos importantes. Incluso niveles bajos de luz ambiental, demasiado tenues para ser vistos, pueden impedir que produzcamos niveles adecuados de esta hormona del sueño. El resultado es que en las zonas con contaminación lumínica hay más personas que padecen insomnio y otros trastornos del sueño. Según un nuevo estudio, esto puede ser especialmente destructivo para las personas mayores, que ya luchan por conseguir el descanso que necesitan.
Relación entre contaminación lumínica y somníferos
Un nuevo estudio ha analizado la salud de más de 50.000 ancianos de Corea del Sur, un país similar a EE.UU., con centros urbanos en expansión y tierras de cultivo rurales. Se recopilaron sus problemas de salud y recetas, así como información demográfica.
Se descubrió que los ancianos que vivían en zonas con altos niveles de contaminación lumínica tenían más probabilidades de que se les recetara zolpidem (llamado Ambien en EE.UU.) y triazolam, medicamentos comunes para dormir. También eran más propensos a necesitar más cantidad de estos fármacos y a tomarlos durante más tiempo. Los jóvenes que vivían en zonas rurales y urbanas no mostraban una diferencia tan drástica en los trastornos del sueño.
Esto sugiere que los ancianos de estas zonas son más propensos a sufrir problemas de sueño cuando viven en una zona con altos niveles de contaminación lumínica. Esto podría ser especialmente problemático porque las personas mayores ya son más propensas a padecer insomnio y otros trastornos del sueño.
Problemas de sueño en los ancianos
Las personas mayores son más propensas a sufrir diversos problemas de salud, pero el sueño puede ser especialmente problemático. Más de la mitad de las personas mayores padecen insomnio; otros trastornos del sueño también son más frecuentes en esta población. Esto puede tener efectos devastadores para su salud y sus funciones mentales, en un momento en que sus capacidades ya están disminuyendo rápidamente.
Por ello, la prescripción de somníferos es especialmente elevada en esta población. Aunque los somníferos pueden ayudar a conciliar el sueño, pueden ser especialmente peligrosos para los ancianos. Dado que los ancianos no pueden metabolizar los somníferos tan rápidamente como los jóvenes, pueden sentirse aturdidos y sufrir efectos secundarios durante un periodo de tiempo mucho más prolongado.
Además, los ancianos que toman somníferos son más propensos a sufrir problemas de memoria y confusión. Corren un mayor riesgo de sufrir caídas y accidentes que pueden ser mortales. El insomnio y la contaminación lumínica son claramente un problema para las personas mayores, pero los somníferos son una respuesta peligrosa al problema.
Cómo combatir la contaminación lumínica en casa
Una forma eficaz de combatir el insomnio en los ancianos es eliminar de la casa y del dormitorio la contaminación lumínica que puede mantener a los ancianos despiertos por la noche. Hay varias maneras de lograr esto:
- Apague las luces por la noche. Si la iluminación es necesaria por seguridad, considere el uso de luces activadas por movimiento.
- Utilice cortinas diseñadas para bloquear la luz ambiental.
- Defienda políticas en su zona que reduzcan la contaminación lumínica.
- Atenúe las luces interiores y apague los aparatos electrónicos una hora antes de acostarse.
- Considere la posibilidad de tomar un suplemento de melatonina para compensar la menor producción.
Estas estrategias son importantes para cualquier persona que viva en una zona con altos niveles de luz ambiental. Son especialmente importantes para las personas susceptibles de sufrir efectos más graves sobre la salud a causa de la contaminación lumínica, como los ancianos. Aunque el mundo moderno no está preparado para mantener un ritmo circadiano saludable, hay formas de garantizar que cada uno de nosotros duerma lo necesario para un bienestar óptimo.