¿Qué podrías conseguir con ocho horas más al día? Muchos de nosotros podríamos ser más productivos en el trabajo, disfrutar de más actividades de ocio e incluso pasar más tiempo con nuestros seres queridos. Dormir ocupa un asombroso tercio de nuestras vidas. Antaño, el tiempo era aún más crítico, ya que los seres humanos luchaban por satisfacer incluso sus necesidades básicas en el día a día. Además, la necesidad de dormir nos exponía a un mayor riesgo de sufrir daños a manos de depredadores o rivales.
A pesar de las razones obvias para evitar el sueño, el hecho indiscutible permanece: Todos los humanos necesitamos dormir. Pero, ¿por qué evolucionamos para dormir durante una parte tan importante de nuestras vidas? Una nueva investigación podría dar respuesta a esta vieja pregunta.
¿Por qué dormimos?
Todos los seres vivos tienen un ritmo circadiano interno de 24 horas que los sincroniza con el mundo que los rodea. En los animales, parte de este ritmo circadiano implica la necesidad de dormir. Los humanos somos animales diurnos, lo que significa que dormimos la mayor parte de la noche y estamos despiertos la mayor parte del día.
Según nuevas investigaciones, el sueño puede ser esencial por su efecto en nuestras células cerebrales. A medida que funcionamos durante el día, nuestras células cerebrales crean una gran cantidad de residuos metabólicos. Esto, a su vez, puede dañar el ADN y otras estructuras de nuestras neuronas.
En un estudio reciente, los investigadores examinaron la actividad cerebral del pez cebra, que tiene un ritmo circadiano sorprendentemente similar al de los humanos. Lo que descubrieron fue revolucionario. Cuando dormimos, diferentes áreas de nuestro cerebro se aquietan. Esto permite a las células realizar tareas básicas de mantenimiento, eliminar productos de desecho y reparar daños.
Los autores de este reciente estudio compararon la actividad cerebral durante el sueño con la reparación de baches. A medida que usamos las carreteras, éstas van acumulando daños. Sin reparar estos daños, las carreteras quedarían inutilizables. Aunque el sueño tiene muchos beneficios, la necesidad básica de dormir parece deberse a la necesidad de las neuronas de repararse tras los daños del día.
¿Qué ocurre cuando pasamos la noche en vela?
El autor principal del estudio, el profesor Lior Applebaum, señala que «a pesar del riesgo de una menor conciencia del entorno, los animales -desde la medusa al pez cebra, pasando por el ser humano- tienen que dormir para permitir que sus neuronas realicen un mantenimiento eficaz del ADN, y ésta es posiblemente la razón por la que el sueño ha evolucionado y está tan conservado en el reino animal.»
Incluso la acumulación a corto plazo de este daño puede tener efectos negativos notables en nuestro funcionamiento. Esto puede observarse en las personas que reducen sus horas de sueño incluso durante un breve periodo de tiempo. Cuando no dormimos bien ni siquiera una noche, sufrimos una disminución del estado de alerta y alteraciones de la memoria. También aumenta el riesgo de accidentes, que pueden ser mortales.
Nuestros antepasados dormían exponiéndose a los depredadores y a otros riesgos ambientales, porque saltarse el sueño les ponía en un peligro aún mayor. Podían sentir los efectos negativos que conllevan el insomnio y la falta de sueño suficiente, igual que todos nosotros en los tiempos modernos. Sin embargo, ahora sabemos que los riesgos a largo plazo de no dormir bien son aún mayores.
Los beneficios del sueño para la salud
Sea cual sea el motivo de nuestra necesidad de dormir, lo cierto es que nos va mejor cuando dormimos lo suficiente. Además, dormir durante las horas de oscuridad en lugar de durante el día parece ser fundamental para nuestra salud en general.
El sueño es esencial para la salud cardiovascular, sobre todo porque ayuda a prevenir la aterosclerosis. La aterosclerosis es precursora de las cardiopatías y los accidentes cerebrovasculares, por lo que la protección contra este endurecimiento y estrechamiento de las arterias es fundamental para el bienestar a lo largo de toda la vida. Es probable que esto se deba a las mismas actividades de mantenimiento celular que se observan en nuestro cerebro: la reparación de los tejidos y el ADN mientras dormimos.
Además, el sueño es importante para el sistema inmunitario. Cuando no dormimos lo suficiente, corremos un mayor riesgo de desarrollar una infección grave, ya que nuestro sistema inmunitario se esfuerza por combatir los gérmenes de nuestro entorno. Varios estudios sugieren que las personas que no duermen lo suficiente también corren un mayor riesgo de desarrollar enfermedades autoinmunes como el lupus y la esclerosis múltiple, en las que nuestras células inmunitarias atacan nuestros propios tejidos.
Consejos para dormir bien
Varios estudios han demostrado que el ser humano necesita entre siete y nueve horas de sueño para gozar de una salud óptima. Conseguir esta cantidad de sueño fue probablemente un reto para nuestros primeros antepasados, que luchaban por encontrar lugares seguros y cómodos donde pasar la noche. Sigue siendo un reto en un mundo moderno de luces ininterrumpidas y estrés constante.
Una buena higiene del sueño es uno de los métodos más eficaces para combatir el insomnio y otros trastornos del sueño. Acuéstese y levántese siempre a la misma hora. Apague todas las luces y pantallas alrededor de una hora antes de acostarse, y opte en su lugar por actividades tranquilizadoras como la meditación en una habitación poco iluminada. Para muchas personas, tomar un suplemento de melatonina antes de acostarse puede contribuir a una noche de sueño reparador.
Puede que la gente moderna no tenga que preocuparse de luchar contra leones por la noche, pero seguimos teniendo problemas para dormir. Al igual que nuestros antepasados cavernícolas, nuestro funcionamiento diario e incluso nuestro bienestar a lo largo de la vida dependen de que mantengamos un ritmo circadiano saludable.