Aunque sabemos que la dieta y el ejercicio son los principales factores que determinan el riesgo de obesidad, una nueva investigación sugiere que también pueden influir otros factores externos. En concreto, la luz artificial que desprenden las lámparas, los televisores y las pantallas de ordenador puede aumentar el riesgo de sobrepeso u obesidad.
Estos hallazgos pueden ayudar a explicar por qué las tasas de obesidad en Estados Unidos casi se han triplicado en los últimos 50 años, lo que ha llevado a que casi el 70 por ciento de la población tenga sobrepeso.
¿Puede la luz artificial nocturna aumentar el riesgo de obesidad en las mujeres?
Un nuevo estudio sobre los efectos de la luz artificial, realizado en los Institutos Nacionales de la Salud (NIH), examinó los efectos de los factores ambientales en la salud de 43.722 mujeres. Se pidió a las participantes que rellenaran encuestas en las que se detallaban sus hábitos de vida. La encuesta incluía preguntas sobre la exposición de las mujeres a la luz artificial por la tarde y a altas horas de la noche. Tras evaluar los cuestionarios, las mujeres se dividieron en cuatro grupos:
- las que dormían sin exposición a la luz artificial
- las que dormían con una pequeña luz nocturna
- las que dormían con una luz fuera del dormitorio
- las que dormían con una luz o un televisor encendidos dentro del dormitorio
La información recogida por los investigadores al inicio del estudio también incluía estadísticas vitales como la altura, el peso, la circunferencia de la cintura y las medidas de la cadera. Utilizando datos registrados previamente, que se recogieron como parte de un estudio hermano, los investigadores también tuvieron acceso a la altura y el peso de las mujeres durante un periodo de tiempo que abarcaba de cinco a siete años.
Analizando la información recopilada, el equipo de investigación pudo hallar una correlación entre el aumento de los niveles de luz y el empeoramiento del estado de salud. Las mujeres que dormían con el mayor nivel de exposición a la luz artificial también presentaban índices de masa corporal más elevados. Su relación cintura-cadera también era mayor, lo que indica una mayor acumulación de grasa en el intestino. El estudio también descubrió que las mujeres de este grupo dormían menos horas, comían alimentos menos saludables y no realizaban una actividad física adecuada.
Tras realizar un seguimiento de las mujeres, los investigadores descubrieron que el exceso de luz artificial por la noche se traducía en un riesgo del 17% de ganar un mínimo de cinco kilos, o 11 libras. En comparación con las mujeres que no dormían con ningún tipo de luz, también había un 13 por ciento más de probabilidades de que el índice de masa corporal de las mujeres aumentara en un factor del 10 por ciento.
El Dr. Yong-Moon Mark Park, coautor del estudio, señala que al estudiar los efectos de la luz artificial se tuvieron en cuenta la dieta, el ejercicio y los hábitos de sueño. Señala que, incluso después de eliminar esos factores de la ecuación, la exposición a la luz artificial tuvo un impacto notable en el riesgo de obesidad de las mujeres.
Otros riesgos para la salud influidos por la exposición a la luz artificial a altas horas de la noche
Incluso después de todos los avances tecnológicos que hemos realizado en nuestra sociedad, nuestros cuerpos siguen dependiendo de un ciclo natural de luz y oscuridad para regular las funciones biológicas. Cuando nuestro reloj biológico interno, o ritmo circadiano, se altera, aumenta nuestro riesgo de desarrollar una enfermedad. Las investigaciones han descubierto que la exposición a la luz artificial por la noche puede aumentar el riesgo de padecer depresión, diabetes de tipo 2, cáncer de mama y otras enfermedades.
La razón por la que alterar el ritmo circadiano con luz artificial es tan peligroso es que impide que el cerebro produzca melatonina. Cuando el ritmo circadiano detecta la oscuridad, induce al cerebro a producir niveles elevados de la hormona melatonina. La melatonina ayuda a regular el sueño, pero si la luz artificial impide que el ritmo circadiano reconozca la noche, se inhibirá la producción de melatonina.
Además de dificultar conciliar el sueño, unos niveles insuficientes de melatonina perjudican al cuerpo físico. La melatonina actúa como un antioxidante que ayuda a mantener sano el sistema inmunitario, reduce los niveles de colesterol y mejora el funcionamiento de varios órganos de todo el cuerpo. La melatonina afecta a las glándulas suprarrenales, los ovarios, los testículos, el páncreas y la tiroides.
La exposición a la luz artificial se relaciona con la pérdida de masa ósea y la inflamación
En otro estudio, los investigadores examinaron los efectos de bombardear a ratones de laboratorio con luz ambiental constante. Descubrieron que el ritmo circadiano de los ratones se inhibía hasta en un 70% como resultado de la exposición a la luz. También descubrieron que los ratones perdían masa muscular con el tiempo, lo que los debilitaba notablemente. También se observó pérdida ósea en los ratones de prueba. El descubrimiento más alarmante fue que los ratones presentaban un aumento de la inflamación similar al que se desarrollaría como resultado de una exposición patógena.
Llevando el estudio un paso más allá, los investigadores eliminaron la luz ambiental, permitiendo a los ratones volver a una rotación típica de luz y oscuridad. En pocas semanas, sus ritmos circadianos volvieron a la normalidad. Los investigadores también observaron que las deficiencias de salud causadas por la luz ambiental desaparecían al restablecerse el ritmo circadiano.
Conclusión
Los resultados de varios estudios sobre los efectos de la luz artificial en la salud parecen indicar que nuestro cuerpo sigue dependiendo en gran medida del ciclo de luz y oscuridad para el funcionamiento saludable de muchos procesos corporales. Alterar ese ciclo con luz artificial no sólo afecta a nuestra capacidad para dormir profundamente por la noche.
Ya sabemos que la exposición a la luz artificial mientras dormimos puede aumentar el riesgo de desarrollar obesidad, diabetes y cáncer de mama. A medida que se investigue más sobre el tema, es posible que una exposición excesiva a la luz artificial por la noche nos exponga a muchas más afecciones y enfermedades.