La comprensión de la compleja relación entre el ritmo circadiano y las enfermedades cardiovasculares ha evolucionado a lo largo de siglos de observación y estudio científicos. Los rápidos avances de los siglos XX y XXI han ayudado a los científicos a determinar con precisión los mecanismos biológicos y genéticos de los relojes del organismo, hasta el nivel molecular, así como los del ritmo circadiano general que sirve para mantener sincronizados esos sistemas. Los relojes circadianos influyen en una amplia gama de funciones del sistema cardiovascular. Y, cuando los ritmos circadianos se alteran, puede producirse una disfunción del sistema y un mayor riesgo de enfermedad.
Sistemas complejos ligados a un ritmo fundamental
Los investigadores han desarrollado procedimientos específicos, como el protocolo de desincronía forzada, para separar la influencia del ritmo circadiano de otros factores, como la actividad física. Utilizando este tipo de técnicas de pruebas específicas, se ha demostrado que casi todas las funciones del sistema cardiovascular están relacionadas con el ritmo circadiano, incluida la coagulación de la sangre, el funcionamiento de los vasos sanguíneos y la frecuencia cardiaca.
Esto está relacionado, en parte, con los ritmos circadianos fundamentales de las células que componen los tejidos cardiovasculares. Estas células tienen ciclos de actividad, cronometrados por sus propios relojes biológicos, todos los cuales trabajan para conseguir una función y una salud cardiovasculares generales.
La ciencia confirma que somos, en el fondo, criaturas naturales y, como tales, evolucionamos en sintonía con el ritmo natural del día y la noche. Este ciclo de aproximadamente 24 horas rige las innumerables interacciones químicas que regulan los complejos sistemas del organismo, incluido el sistema cardiovascular.
Según este ritmo natural, muchas funciones del sistema cardiovascular operan de acuerdo con una expectativa evolutiva de mayor actividad durante las horas diurnas y menor actividad durante la noche. Sin embargo, en nuestra era moderna, muchos de nosotros vivimos vidas que ya no se ajustan a los antiguos ritmos que han dado forma al funcionamiento de nuestro sistema corporal.
La alteración conecta el ritmo circadiano y las enfermedades cardiovasculares
La medicina cardiovascular ha observado desde hace tiempo un patrón específico en la aparición de lo que se ha denominado acontecimientos cardiacos adversos, como los infartos de miocardio. Es más probable que este tipo de eventos cardíacos potencialmente mortales se produzcan durante las horas de la mañana. En la actualidad, los investigadores médicos han relacionado esta probabilidad con el flujo de actividad del sistema cardiovascular, influido por los ritmos circadianos.
Cuando el organismo se prepara para pasar del funcionamiento nocturno a las posibles exigencias del funcionamiento diurno, se producen una serie de actividades, como un aumento de la capacidad de coagulación de la sangre, un incremento de la frecuencia cardiaca y un aumento de la tensión arterial. Para las personas con debilidades y vulnerabilidades del sistema cardiovascular, estas fluctuaciones pueden provocar problemas, incluso una crisis cardiaca. Para muchos, estas debilidades y vulnerabilidades cardiovasculares se deben a enfermedades cardiovasculares, que a menudo se adquieren con el estilo de vida.
Cada vez hay más pruebas que relacionan la alteración del ritmo circadiano con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular. La alteración del ritmo circadiano afecta a una serie de factores de sincronización y funcionamiento del sistema cardiovascular, incluida la liberación de hormonas, como el cortisol, que está relacionado con la tensión arterial, y la melatonina, una hormona que, entre otras funciones, también ayuda a controlar la tensión arterial.
El papel de las hormonas en la salud cardiaca se pone de relieve por las diferencias de género en el riesgo de enfermedad cardiaca entre los hombres y las mujeres premenopáusicas, que suelen tener un riesgo menor. El modo en que el ritmo circadiano afecta a la función cardiaca también difiere entre hombres y mujeres. Las mujeres parecen estar más protegidas que los hombres en caso de alteración del ritmo circadiano. Esta mayor resistencia en relación con la alteración del ritmo circadiano tiene sentido en el contexto biológico de las mujeres, ya que la lactancia materna -un imperativo biológico para la supervivencia de la especie durante gran parte de la historia evolutiva humana- es inherentemente perturbadora del ciclo natural del sueño.
Ritmo circadiano y medicación cardiaca
Una vez establecida claramente la influencia de los ritmos circadianos en la función y la salud cardiovasculares, los investigadores también están estudiando la posibilidad de que esos ritmos influyan en la eficacia de los medicamentos cardiovasculares. Existen pruebas de que la sincronización de estos medicamentos con puntos específicos del ritmo circadiano puede ayudar a maximizar su eficacia.
La cronoterapia, es decir, la prescripción de un medicamento a una hora concreta del día para un objetivo terapéutico específico, ha demostrado su eficacia en algunas circunstancias cardiovasculares. Puede ser tan simple como tomar la medicación para la tensión arterial por la noche para evitar los picos nocturnos o puede dirigirse a procesos más complejos, como la función del sistema renina-angiotensina, que ayuda a controlar el volumen sanguíneo y la presión vascular.
Este tipo de avances médicos sientan las bases de planes de tratamiento altamente personalizados que pueden ser más eficaces a nivel individual, caso por caso. Dadas las diferencias demostradas en el modo en que los ritmos circadianos afectan al corazón de hombres y mujeres, este tipo de tratamiento estrechamente adaptado puede tener una repercusión real en los resultados de la salud cardiaca.
La atención al ritmo circadiano puede ayudar a preservar la salud del corazón
En el riesgo de enfermedad cardiovascular intervienen muchos factores. Es una buena noticia, porque muchos de esos factores pueden controlarse, reduciendo el riesgo. Curiosamente, muchos de los factores que se sabe que reducen el riesgo de cardiopatías, como una actividad física suficiente y unos hábitos alimentarios saludables, también ayudan a preservar la salud y la función del ritmo circadiano.
Los ciclos regulares de sueño y vigilia, la atención a los niveles de luz nocturna y el esfuerzo por exponerse a la luz matutina también son importantes para el ritmo circadiano en general. No cabe duda: Mantener el ritmo circadiano alineado es una parte esencial de la salud cardiovascular.