Los investigadores han relacionado la somnolencia diurna excesiva con diversas enfermedades y afecciones, algunas bastante graves. La somnolencia diurna se considera excesiva cuando se produce casi todos los días durante al menos tres meses.
La somnolencia diurna puede deberse a numerosas causas, como no dormir lo suficiente. Sin embargo, cuando la somnolencia diurna se vuelve crónica, puede tener consecuencias reales para la salud a largo plazo. Según los investigadores, la somnolencia excesiva durante el día puede incluso ser un factor predictivo del Alzheimer, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer.
Vínculos entre la somnolencia diurna excesiva y el Alzheimer
Según los resultados de un estudio publicado en la revista Journal of the American Medical Association, la somnolencia excesiva durante el día en los ancianos puede indicar un mayor riesgo de desarrollar Alzheimer. Esto se debe a que la somnolencia excesiva durante el día se asocia con un aumento de beta-amiloide en el cerebro; un exceso de esta sustancia se encuentra típicamente en los cerebros de los pacientes de Alzheimer.
Un sueño insuficiente y de mala calidad, en el que no se alcanzan plenamente las fases del sueño, puede ser un factor que contribuya tanto a la sensación de somnolencia durante el día como a la acumulación de beta-amiloide en el cerebro. Los estudios indican que durante el sueño, la beta-amiloide y otras toxinas potenciales se eliminan del cerebro.
La acumulación excesiva de proteína tau también está asociada al Alzheimer. Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de California en San Francisco (UCSF) descubrió un deterioro significativo en las partes del cerebro que sirven para mantener la vigilia diurna en pacientes con Alzheimer. Estas regiones cerebrales son el locus coeruleus, el área hipotalámica lateral y el núcleo tuberomamario. Los investigadores descubrieron una acumulación excesiva de tau y una muerte significativa de células cerebrales; de hecho, tres cuartas partes de las neuronas de estas áreas cerebrales habían desaparecido.
Losestudios han demostrado que los niveles elevados de beta-amiloide y tau están relacionados con un sueño profundo insuficiente. Esto ha llevado a algunos investigadores a teorizar que la práctica rutinaria de un sueño nocturno de calidad puede ayudar a reducir el riesgo de Alzheimer mediante la eliminación del exceso de beta-amiloide y tau durante las fases profundas y reparadoras del sueño. Si bien es cierto que dormir mal no es el único factor implicado en el desarrollo de esta enfermedad, con una enfermedad tan devastadora como el Alzheimer, tiene sentido reducir tantos factores de riesgo potenciales como sea posible.
La conexión con los telómeros
Un estudio reciente realizado por investigadores de la Clínica Mayo ha relacionado la somnolencia habitual durante el día con el acortamiento de los telómeros, las cubiertas protectoras de los extremos de los cromosomas que ayudan a preservar su función protegiéndolos de los daños. Según el estudio, presentado en la reunión anual de la American Physiological Society (APS) en Experimental Biology 2021, no sólo las personas con apnea del sueño tienen telómeros más cortos que las personas sin apnea del sueño, sino que las personas que experimentan somnolencia excesiva durante el día también tienen telómeros más cortos que las que no tienen sueño durante el día.
Los telómeros acortados pueden tener importantes implicaciones para la salud. Aunque los telómeros parecen acortarse a medida que envejecemos, hay una serie de factores que parecen influir tanto en el ritmo de acortamiento de los telómeros como en el ritmo de envejecimiento. La genética desempeña un papel importante en el ritmo de acortamiento de los telómeros, pero hay otros factores que están más bajo nuestro control. Entre ellos están el tabaquismo, el estrés, la falta de ejercicio, la mala alimentación y, según el estudio de la Clínica Mayo, la falta de sueño. Algunos investigadores teorizan que existe una relación entre la longitud de los telómeros y el proceso de envejecimiento; que los factores ambientales y de estilo de vida que provocan un mayor acortamiento de los telómeros pueden acelerar el envejecimiento.
El acortamiento de los telómeros se asocia a un mayor riesgo de padecer varias enfermedades, entre ellas algunos tipos de cáncer. Los investigadores han descubierto una relación entre el acortamiento de los telómeros y un mayor riesgo de desarrollar cáncer de pulmón, vejiga, gastrointestinal, riñón, cabeza y cuello. Numerosos estudios realizados en las dos últimas décadas han relacionado una menor longitud de los telómeros con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, cardiopatías, accidentes cerebrovasculares e infartos de miocardio. Los telómeros acortados también se asocian a un mayor riesgo de enfermedades neurodegenerativas, enfermedades relacionadas con la edad, diabetes, deterioro de la función cognitiva y demencia.
El sueño está profundamente relacionado con la salud
La investigación clínica sigue aumentando el número de pruebas que relacionan el sueño con la salud. Estas conexiones son mucho más profundas de lo que se creía, y afectan a la mecánica misma del funcionamiento del organismo para preservar la salud y el bienestar. Descuidar el sueño no sólo afecta a cómo se siente hoy, sino que puede tener graves consecuencias a largo plazo para su salud, aumentando el riesgo de desarrollar enfermedades graves que afectan a la calidad de vida y pueden influir en la longevidad general. Proteja su salud -y sus telómeros- a largo plazo reordenando hoy sus prioridades para asegurarse de que duerme lo suficiente y con calidad cada día.