Según una investigación reciente sobre la cafeína y la falta de sueño, el café y otras bebidas con cafeína no son la mejor opción para tratar los resultados de un sueño deficiente o insuficiente. Publicados en la revista Journal of Experimental Psychology: Learning, Memory, and Cognition, los resultados de un estudio del Laboratorio del Sueño y el Aprendizaje de la Universidad Estatal de Michigan descubrieron que la cafeína era incapaz de compensar la falta de sueño. Esto era especialmente evidente cuando se trataba del rendimiento en tareas cognitivas de alto nivel. Además, utilizar la cafeína como sustituto de un sueño adecuado puede contribuir a los trastornos del sueño y a una mala calidad del mismo.
El café: No es una solución eficaz
En el estudio de la MSU sobre la cafeína y la privación de sueño participaron algo más de 275 personas a las que se pidió que realizaran determinadas tareas cognitivas tras haber estado privadas de sueño la noche anterior. Los investigadores descubrieron que, aunque la cafeína puede ayudar a las personas a mantenerse despiertas y puede mejorar el estado de ánimo cuando están cansadas, así como ayudar en la realización de tareas cognitivas sencillas, no podía aliviar el impacto de la privación de sueño en la realización de tareas cognitivas más complejas. La profesora asociada de psicología Kimberly Fenn, responsable del estudio, señaló el impacto que puede tener esta disminución del rendimiento cognitivo, incluido un mayor riesgo de accidentes de tráfico y errores médicos.
La relación entre la cafeína y la falta de sueño
La privación y la mala calidad del sueño se han reconocido como graves problemas de salud pública a nivel mundial. Un sueño insuficiente y de mala calidad puede tener un poderoso impacto negativo tanto en la salud física como mental. No dormir lo suficiente y un sueño de mala calidad se asocian a un mayor riesgo de desarrollar numerosas enfermedades y afecciones crónicas, como enfermedades cardiovasculares, diabetes y obesidad.
La calidad del sueño influye en la función inmunitaria y en los procesos de curación y crecimiento del organismo. Las personas que crónicamente no duermen bien corren un mayor riesgo de sufrir depresión, ansiedad, otros trastornos del estado de ánimo y trastornos cognitivos. Y el número de personas que padecen sueño insuficiente, sueño de mala calidad y trastornos del sueño va en aumento.
Aunque hay diversos factores que contribuyen a los problemas de sueño en el mundo, incluido el propio estilo de vida moderno, los investigadores han descubierto una importante conexión entre la cafeína y la falta de sueño. Esa conexión radica, en parte, en la semivida de la cafeína, es decir, el tiempo que tarda el organismo en procesar la mitad de la cafeína que ha consumido una persona. Esta vida media oscila entre cuatro y seis horas. Dependiendo de la cantidad y el momento de la ingesta, el consumo de cafeína puede retrasar el sueño e interrumpir las fases profundas y reparadoras del mismo. También puede empeorar trastornos del sueño ya existentes, como el insomnio. Despertarse cansado una vez más lleva a muchos a buscar su bebida con cafeína preferida para ayudarles a pasar otro día.
El consumo de cafeína no sólo incluye el café y el té. Aunque el consumo de refrescos ha disminuido en los últimos años, la gente sigue bebiendo muchos, incluidos los refrescos carbonatados con cafeína. Con demasiada frecuencia, las bebidas azucaradas y con cafeína son las preferidas durante todo el día y hasta bien entrada la noche. Muchas personas, para combatir el agotamiento, consumen bebidas energéticas con alto contenido en cafeína o café y otras bebidas con cafeína durante el día y la noche, con la esperanza de que el impulso de energía les ayude a superar otra ronda de tareas y responsabilidades. Sin embargo, para muchos, esas mismas bebidas con cafeína están dificultando que duerman bien por la noche, poniendo así en riesgo su salud y bienestar general, además de inhibir su capacidad para rendir al máximo.
Abordar el problema, no los síntomas
Recurrir a la cafeína para superar el cansancio que se experimenta tras una mala noche de sueño no es la mejor opción porque se limita a tratar los síntomas, y ni siquiera de forma suficiente. La mejor opción es apuntar al origen de los síntomas, al problema real: no dormir lo suficiente y con calidad.
Es hora de reconocer que dormir bien es un cuidado personal esencial que desempeña un papel vital en la salud física y mental y el bienestar general. La mejor solución a los efectos de la falta de sueño es hacer que dormir lo suficiente sea una verdadera prioridad en su vida.
Para muchas personas, por supuesto, es más fácil decirlo que hacerlo. Al fin y al cabo, la vida es exigente, sobre todo si se tienen en cuenta las exigencias y responsabilidades profesionales y familiares. Sin embargo, mirar con lucidez sus prioridades puede ayudarle. Considere su salud a largo plazo frente a lo que esas horas extra en el trabajo pueden aportarle materialmente y si realmente merece la pena sacrificar el sueño por esas obligaciones sociales. Simplificar su estilo de vida y despejarla puede ayudarle a encontrar tiempo para dormir mejor.
Dormir mejor, vivir mejor
Dormir mejor está relacionado con una mejor salud física, mental y cognitiva. No hay nada que pueda sustituir a una buena noche de sueño. En lugar de tratar rutinariamente de sobrellevar un día somnoliento con cafeína, trabaje para dar prioridad a dormir lo suficiente y mejorar la higiene del sueño. Le será mucho más útil, tanto a corto como a largo plazo.