Parece que cuanto más aprendemos sobre el sueño, más nos damos cuenta de lo estrechamente relacionada que está la calidad del sueño con la salud y el bienestar general. Por ejemplo, es durante el sueño profundo cuando tienen lugar los procesos de reparación celular, crecimiento de los tejidos y fortalecimiento del sistema inmunitario, junto con otras tareas esenciales de mantenimiento, como la eliminación de toxinas del cerebro.
Por lo tanto, no es de extrañar que los investigadores hayan encontrado vínculos entre la mala calidad del sueño y el envejecimiento acelerado. En otras palabras, dormir mal envejece más rápido. Y esto no sólo se refiere al aspecto físico, sino también a la edad biológica general.
Cómo envejece una persona que duerme mal
Un estudio realizado por un equipo internacional de investigadores que incluía investigadores de la Universidad de Stanford, el Instituto Buck de Investigación sobre el Envejecimiento, la Universidad China de Hong Kong e Insilico Medicine de Hong Kong, arrojó algunos resultados interesantes sobre el envejecimiento. El estudio, que utilizó datos de más de 11.000 personas, se centró en el ritmo de envejecimiento y en cómo los factores psicológicos pueden contribuir a ese ritmo. Según sus resultados, la mala calidad del sueño figura entre los factores significativos que pueden contribuir a acelerar el envejecimiento.
Considerado como un único factor, un sueño agitado, interrumpido o de mala calidad puede acelerar el envejecimiento en 0,44 años. A primera vista, puede parecer un aumento pequeño o insignificante. Sin embargo, quedarse con esa suposición a primera vista sería un error. Esto se debe a lo que ya sabemos gracias a una ciencia bien establecida y a un conjunto de pruebas cada vez mayor que demuestran que el sueño afecta a casi todo en lo que se refiere a la salud física y el bienestar mental.
En cuanto al tema de este estudio -la relación entre los factores psicológicos y el ritmo de envejecimiento-, se descubrió que tener un estado psicológico deficiente o negativo es una de las principales causas del envejecimiento acelerado, que puede añadir hasta 1,65 años a la edad biológica de una persona. Dormir poco o mal con regularidad está estrechamente relacionado con un mayor riesgo de depresión, ansiedad y otros trastornos mentales. El sueño desempeña un papel vital en la salud y el funcionamiento cognitivos.
Además, no dormir bien, sobre todo cuando ese sueño deficiente es crónico, puede llevar a sentirse fatigado habitualmente y a tener bajos niveles de energía. Esto puede hacer que sea mucho más difícil hacer el tipo de cosas que ayudan a proteger la salud mental y el bienestar, como mantener relaciones sociales y ser activo en la comunidad. Mantener las relaciones y los vínculos sociales es fundamental para envejecer con salud. De hecho, algunos dirían que no se puede exagerar su valor.
Dormir mal afecta a la salud y a la edad biológica
Esto es algo que sabemos lógicamente; que una mala salud puede contribuir a acelerar el envejecimiento. Sin embargo, de lo que quizá no seamos plenamente conscientes es de la miríada de formas en que la mala calidad del sueño contribuye a la mala salud que puede acelerar el proceso de envejecimiento. Por ejemplo, dormir mal puede estar directamente relacionado con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, como señala Brooke Aggarwal, profesor adjunto de ciencias médicas del Colegio de Médicos y Cirujanos Vagelos de la Universidad de Columbia.
También existe una relación entre dormir mal y los malos hábitos alimentarios, según un estudio que relacionó el dormir mal con una mayor probabilidad de comer en exceso y de ingerir más alimentos de baja calidad y muy procesados. La mayoría de nosotros ha recurrido alguna vez a la comida precocinada, se ha parado en un autoservicio o ha pedido comida a domicilio en lugar de cocinar algo sano porque se sentía demasiado cansado para hacerlo, así que es fácil entender que la relación entre dormir mal y una dieta deficiente pueda ser cierta. Sin embargo, este tipo de comportamiento tan frecuente puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, obesidad, diabetes de tipo 2 y otros numerosos problemas de salud. Una alimentación sana está asociada a un mejor sueño. Dormir mal también altera el ritmo circadiano, lo que también puede repercutir negativamente en la obesidad y los riesgos para la salud cardiovascular.
Según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles, incluso una sola noche de mal sueño puede acelerar el envejecimiento celular en las personas mayores. Dormir mal no sólo prepara el terreno para un aumento de la edad biológica, sino que, cuando el sueño deficiente es crónico, también puede aumentar la vulnerabilidad de una persona a las enfermedades, incluidas las cardiovasculares y el cáncer.
Dormir bien es una parte esencial del envejecimiento saludable
Los problemas de sueño no deben ignorarse a ninguna edad, pero eso puede ser especialmente cierto para las personas mayores que buscan preservar su salud y bienestar a medida que envejecen. Los somníferos de venta libre y los fármacos suelen ser malos sustitutos de un sueño reparador natural y pueden no ser la mejor opción para las personas mayores. Los cambios en el estilo de vida pueden ser la mejor opción, como una mejor higiene del sueño y un horario diario regular para dormir, despertarse, comer y realizar actividad física.
También es importante exponerse a la luz en el momento adecuado. Hay que exponerse diariamente a la luz brillante de la mañana y a la luz natural a lo largo del día. Limite la exposición a la luz brillante, incluida la de los dispositivos emisores de luz azul, como teléfonos móviles y tabletas, por la noche, especialmente durante las dos horas anteriores a la hora de acostarse.