El cáncer de hígado es una enfermedad grave que afecta a unas 8.000 personas sólo en Alemania, pero es un problema mundial. Los hombres tienen tres veces más probabilidades de verse afectados que las mujeres, con una edad media de aparición de 69 años. El 11% de los enfermos no sobrevive a los cinco años del diagnóstico. Por eso es importante desarrollar métodos de tratamiento innovadores. Según las investigaciones actuales, el reloj interno del cuerpo puede desempeñar un papel crucial en la lucha contra ciertos tipos de cáncer de hígado.
El hígado y el ritmo circadiano
El hígado es uno de los órganos más importantes del cuerpo, ya que desempeña una serie de funciones vitales en el organismo. No sólo garantiza una desintoxicación adecuada, sino que también convierte los nutrientes de la dieta diaria en sustancias que el cuerpo puede utilizar. También interviene en la coagulación de la sangre, la digestión de las grasas y el control de los niveles de azúcar en sangre. El hígado es el único órgano del cuerpo capaz de regenerarse. Y: El hígado tiene su propio ritmo circadiano.
El reloj interno, también conocido como reloj circadiano, es un sistema de cronometraje intrínseco de 24 horas que funciona en todas las células del cuerpo y regula el sueño, el metabolismo y otras funciones corporales vitales. En el hígado, el reloj circadiano regula el metabolismo de los fármacos y las fuentes de energía, como la glucosa, los lípidos y las proteínas. Las investigaciones también demues tran que el hígado no es autónomo en el metabolismo de las grasas y que es un músculo el que envía el mensaje de que es hora de activar el metabolismo de los ácidos grasos y cómo hacerlo.
Reloj circadiano y cáncer de hígado
Investigadores del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en Houston han logrado inhibir el crecimiento del cáncer de hígado en experimentos con ratones manipulando el reloj circadiano a nivel celular. El estudio se centró en el carcinoma hepatocelular (CHC), la neoplasia maligna hepática humana más frecuente y la segunda causa de muerte por cáncer de todas las neoplasias malignas. El carcinoma hepatocelular está relacionado con la enfermedad del hígado graso asociada a la obesidad.
Los investigadores identificaron una proteína defectuosa que inhibía la expresión de un factor de transcripción circadiano clave y bloqueaba la capacidad de un supresor tumoral para llevar a cabo sus funciones celulares normales de 24 horas. Cuando los investigadores forzaron a las células tumorales a reexpresar la proteína circadiana deficiente, las células tumorales murieron. Estos resultados sugieren que atacar el reloj circadiano en el CHC podría ser un tratamiento prometedor para el crecimiento y la progresión del tumor de CHC.
Proteínas del reloj implicadas en la replicación celular del cáncer
El carcinoma hepatocelular (CHC) está aumentando de forma alarmante tanto en EE.UU. como en el resto del mundo. Por este motivo, los médicos buscan específicamente nuevos métodos de tratamiento. Estudios recientes han proporcionado pistas sobre un posible objetivo: las proteínas del reloj circadiano de las células, que ayudan a coordinar los cambios en la función corporal a lo largo del día. Pero la mayoría de estas investigaciones sólo apuntan a una relación indirecta entre la función del reloj circadiano y el CHC, por ejemplo la observación de que las células recogidas de pacientes con cáncer de hígado alteraban el ritmo circadiano.
Una investigación de la Facultad de Medicina Keck, publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, pone de relieve cómo las células cancerosas activan la maquinaria del reloj circadiano para dividirse y propagarse. En primer lugar, los investigadores demostraron que dos proteínas clave del reloj, denominadas CLOCK y BMAL1, son esenciales para la replicación de las células cancerosas de hígado en cultivo celular. Si se suprimen CLOCK y BMAL1, puede interrumpirse el proceso de replicación de las células cancerosas. Como resultado, las células comienzan a morir (apoptosis). Este es precisamente el objetivo de los tratamientos modernos contra el cáncer: destruir las células e impedir que se dividan y sigan propagándose.
Los científicos también probaron sus hallazgos in vivo. Los ratones a los que se inyectaron células humanas de cáncer de hígado no modificadas desarrollaron tumores de gran tamaño, mientras que a los que se les inyectaron células modificadas para reprimir CLOCK y BMAL1 el crecimiento del cáncer fue escaso o nulo.
La investigación ofrece nuevas opciones de tratamiento
Esta investigación es pionera para frenar la propagación del cáncer de hígado, porque entender cómo afectan las células cancerosas al reloj circadiano es el primer paso para desarrollar nuevos métodos de tratamiento. Sin embargo, se necesita más investigación para dilucidar los mecanismos exactos implicados en el desarrollo del cáncer, como el gen P53, que ayuda a prevenir su crecimiento. Las mutaciones de este gen se asocian desde hace tiempo a un mayor riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer.