La atención a los detalles puede marcar la diferencia en los deportes de competición de categoría mundial. Los ritmos circadianos son un detalle importante a tener en cuenta.
Ganar una medalla de oro no es sólo cuestión de talento natural. Los atletas se entrenan durante décadas con personal muy variado y planifican todos los aspectos de su rendimiento y su salud para asegurarse de que están en su mejor momento cuando tengan la oportunidad de ir a por el oro. Para muchos atletas modernos, esta atención al detalle incluye una cuidadosa consideración de los ritmos circadianos y la forma en que los ciclos de sueño-vigilia pueden afectar al rendimiento.
Avances tecnológicos en la planificación de los ciclos sueño-vigilia
Los deportes de competición requieren viajar, lo que a su vez exige cambiar de zona horaria con regularidad. Estudios recientes sobre cronobiología han dado lugar a nuevos dispositivos y tecnologías interesantes para los deportistas que van a sufrir una alteración importante de sus ritmos circadianos justo antes de una competición.
Por ejemplo, las gafas Propeaq tienen lentes de colores para que los atletas puedan ajustar el color de la luz que reciben sus retinas, lo que permite un cambio lento del ritmo circadiano. La aplicación Propeaq incluida ayuda a los usuarios a determinar qué lentes son las mejores para cada situación. Aunque son relativamente nuevas, ya las han utilizado 115 atletas de los Países Bajos, Bélgica, Australia, el Reino Unido y los Estados Unidos. También se utilizan auriculares especiales Halo Neuroprimer que transmiten señales eléctricas al cerebro, aumentando la función mental y física cuando se sufre jet lag. Éstas son sólo algunas de las muchas tecnologías que se utilizan cuando los atletas van a por el oro.
Los deportistas de élite tienen acceso a muchas tecnologías que están fuera del alcance del público en general. Sin embargo, hay algunas formas en las que usted también puede entrenar su ritmo circadiano como un atleta olímpico.
Dieta, deporte y ritmo circadiano
Los hábitos alimentarios son una parte importante para llegar a lo más alto en cualquier aspecto de la vida, pero especialmente en el atletismo. Planificar la dieta para maximizar el rendimiento significa algo más que ingerir muchas verduras y proteínas magras. El momento de comer también puede marcar una diferencia notable. Las personas que comen a horas regulares tienen fluctuaciones rítmicas en la actividad de sus bacterias intestinales que pueden mejorar la digestión y reducir el aumento de peso. En cambio, quienes no comen a horas regulares no tienen estas fluctuaciones rítmicas, lo que puede provocar alteraciones metabólicas y desajustes circadianos.
Ciclos de sueño-vigilia en un horario que cambia constantemente
Tendemos a pensar que los atletas son sobrehumanos, pero tienen la misma fisiología que las demás personas. Esto incluye la necesidad de un ritmo circadiano estable. Viajar por todo el mundo para participar en competiciones deportivas supone un reto para los ciclos de sueño-vigilia de un deportista, lo que puede provocar una disminución del rendimiento físico, una bajada de la moral e incluso un mayor índice de lesiones. Este desfase horario se ve agravado por el hecho de que muchas competiciones, incluidas algunas pruebas olímpicas, se celebran a altas horas de la noche o de madrugada. Por ejemplo, las competiciones de natación celebradas en Río tendrán lugar en torno a las 22.00 y las 24.00 horas. ¿El motivo? La audiencia de Estados Unidos quiere ver esa competición en horario de máxima audiencia. Los atletas rinden al máximo en estas situaciones con una mezcla de fototerapia, melatonina y horarios de actividad cuidadosamente planificados. Empiezan a planificar su cambio de huso horario días o semanas antes de partir, y luego continúan moviendo sus cuerpos hacia la hora local tan pronto como llegan. Además, muchos deportistas planifican los entrenamientos para que se produzcan a la misma hora que el futuro partido. Afinar el ritmo circadiano antes de un “gran día” de cualquier tipo conduce a un mejor rendimiento.
El impacto psicológico es otra consideración importante. Las personas que sufren jet lag tienen más probabilidades de estar deprimidas, ansiosas y de tomar malas decisiones. Esta es una de las principales razones por las que la gente contrata a consultores especializados en deportes de competición y ritmos circadianos. Planificar de forma proactiva estos síntomas y desarrollar formas de prevenirlos puede marcar la diferencia para una persona que se está esforzando al máximo.
¿Está cansado de rendir por debajo de sus posibilidades? Adoptar algunas de estas medidas para encauzar su ritmo circadiano puede ser la respuesta. Si los deportistas se benefician de la fototerapia, la melatonina y otras terapias del ritmo circadiano, es probable que las personas normales también noten la diferencia. La investigación sobre la optimización de los deportes y los ritmos circadianos puede aplicarse fácilmente a su propia vida para darle la ventaja competitiva que necesita.