Los efectos de la privación de sueño son un campo importante de la investigación en cronobiología. La privación de sueño puede disminuir el sistema inmunitario, aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas y tener un efecto negativo en la función neurológica y cognitiva. Sin embargo, un nuevo estudio sugiere que estos efectos pueden depender en gran medida del sexo de la persona privada de sueño.
¿Qué le ocurre al cerebro privado de sueño?
Elsueño es el momento en que el cerebro elimina toxinas, repara el daño celular e induce la producción de hormonas que preparan al cuerpo para un nuevo día. Cuando las personas están privadas de sueño, se produce una contracción real en ciertas áreas cerebrales, lo que hace que los afectados pierdan la capacidad de crear nuevos recuerdos, controlar sus emociones, evaluar el riesgo y mucho más. Además, los niveles de melatonina, cortisol y otras hormonas se vuelven inestables y no se producen en las cantidades y momentos adecuados.
En numerosos estudios se ha descubierto que los hombres y las mujeres tienen ligeras diferencias en sus cerebros, tanto anatómicas como funcionales. Por lo tanto, no fue una sorpresa cuando un estudio reciente sobre biología circadiana descubrió que la reacción a la privación del sueño a menudo se ve afectada por el género.
Privación de sueño y conductas de riesgo
Un estudio reciente de los NIH tomó a estudiantes universitarios y les privó de sueño antes de pedirles que realizaran tareas cognitivas, incluida la toma de decisiones. Los investigadores esperaban observar diferencias en la capacidad para tomar decisiones y en el comportamiento de riesgo, ya que se ha comprobado que la privación de sueño provoca un mayor índice de accidentes y malas decisiones. Sin embargo, se sorprendieron al encontrar una gran disparidad de género. Los hombres eran más propensos a adoptar conductas de riesgo cuando estaban privados de sueño, mientras que las mujeres se volvían más reacias al riesgo. Ambos grupos mostraron un marcado cambio en su capacidad para manejar el riesgo, pero los cambios fueron en direcciones opuestas.
En general, las mujeres tienden a ser más reacias al riesgo, lo que se cree que se debe a diferencias de género en las zonas del córtex prefrontal del cerebro que se activan. El córtex prefrontal es una región de la parte frontal del cerebro que controla los impulsos y ayuda a las personas a tomar decisiones acertadas. Los investigadores sospechan que la privación de sueño afecta a estas zonas de forma diferente. Sin embargo, se observaron otras diferencias más sutiles. Las mujeres, por ejemplo, se mostraban más altruistas cuando estaban privadas de sueño, mientras que los hombres no. Se trata de un estudio pequeño, con poco más de 30 participantes, por lo que serán necesarias más investigaciones para determinar estos detalles.
Presión arterial y hormonas
Éste no es el único estudio que examina las diferencias relacionadas con el sexo en la reacción a la privación de sueño. Otro estudio de los NIH analizó por qué las mujeres son más propensas a desarrollar hipertensión, también conocida como tensión arterial alta, como consecuencia de la privación de sueño. Mientras que los hombres son más susceptibles a la hipertensión y a las enfermedades cardiovasculares en general, las mujeres son más propensas a desarrollar hipertensión como resultado de la privación crónica de sueño.
El mecanismo bioquímico exacto no se ha determinado, pero los investigadores postulan que hormonas femeninas como el estrógeno y la progesterona pueden ser el eslabón perdido. Estas hormonas se vuelven menos estables cuando las mujeres están privadas de sueño, lo que puede provocar una reacción de “lucha o huida” en el sistema nervioso simpático. El sistema nervioso simpático es una parte del sistema nervioso que reacciona ante el estrés y el peligro preparando al cuerpo para una actividad física intensa. Esta reacción incluye la liberación a gran escala de epinefrina, una hormona del estrés también conocida como adrenalina, que eleva la presión arterial.
Dado que sólo alrededor del 30 por ciento de los adultos estadounidenses duermen lo necesario, es importante comprender qué le ocurre al organismo privado de sueño y cómo se pueden mitigar con éxito estos efectos. Sin embargo, estos nuevos estudios en cronobiología también señalan nuevas e interesantes diferencias entre la reacción del cuerpo masculino y femenino a distintos factores estresantes.