Aunque parezca que el cerebro se apaga cuando dormimos, las investigaciones han descubierto que en realidad permanece muy activo durante toda la noche. De hecho, algunas de las tareas de mantenimiento más importantes del tejido cerebral se realizan por la noche mientras dormimos. Cuando dormimos, las células inmunitarias mantienen el tejido cerebral y un complejo sistema glinfático limpia nuestros tejidos de desechos metabólicos. Si necesitabas otra razón para asegurarte de que duermes lo que es tan vital para tu salud, aquí la tienes.
Su cerebro sobre el sueño
Hubo un tiempo, no hace mucho, en el que se creía que nuestro cerebro se apagaba por completo por la noche, excepto para soñar de vez en cuando. Ahora, sin embargo, la tecnología moderna y las pruebas han hecho posible que veamos exactamente lo ocupado que está nuestro cerebro cuando estamos profundamente dormidos. En muchos sentidos, nuestro cerebro está más ocupado cuando dormimos que cuando estamos despiertos y plenamente conscientes.
Cuando dormimos, nuestro cerebro pasa por ciclos eléctricos que pueden medirse e incluso utilizarse para predecir si estamos soñando. Estos ciclos consisten en la actividad eléctrica que nuestro cerebro utiliza para comunicarse entre las células cerebrales, o neuronas. Pasamos por ciclos de sueño no REM y REM para obtener la cantidad adecuada de descanso y permitir que nuestro cerebro se reconstruya para el día siguiente.
Estos ciclos de sueño nos llevan a través del sueño profundo y ligero, soñando y sin soñar, repetidamente hasta que nuestros cerebros terminan de limpiar la casa y han completado sus tareas para la noche. Mientras soñamos, el cerebro humano se prepara para un nuevo día.
El trabajo de un cerebro dormido
La actividad eléctrica aumenta cuando dormimos porque nuestro cerebro está trabajando duro, formando picos literales en un electroencefalograma que se conocen como husos de sueño. Cuando dormimos, nuestro cerebro consolida los recuerdos, el último paso en el aprendizaje de nueva información. Esta es la razón por la que las personas que estudian justo antes de acostarse obtienen mejores resultados en los exámenes que las que estudian a otras horas.
La actividad eléctrica no es el único ejercicio que realiza nuestro cerebro mientras dormimos. Nuestro cerebro también inunda las neuronas con líquido cefalorraquídeo por la noche para ayudar a eliminar los desechos metabólicos. Cuando este sistema, llamado sistema glinfático, no funciona correctamente, corremos un mayor riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
Según un nuevo estudio, esta limpieza a fondo puede ir más allá del simple lavado de los tejidos. Los científicos han descubierto que células inmunitarias especializadas mantienen el tejido cerebral cuando dormimos, literalmente «sacando la basura».
Cómo las células inmunitarias «sacan la basura» mientras dormimos
La microglía es una parte crucial de la salud cerebral. Estas células inmunitarias se agrupan en los tejidos cerebrales y ayudan a formar la barrera hematoencefálica, que impide que las sustancias químicas tóxicas y la mayoría de las bacterias entren y dañen nuestro cerebro.
La microglía desempeña un papel fundamental en la limpieza del cerebro. Eliminan cualquier sustancia química no deseada al tiempo que identifican y reparan los daños en nuestros tejidos. Sin embargo, estas células inmunitarias no funcionan eficazmente cuando estamos despiertos. Según un nuevo estudio, la microglía está diseñada para hacer la mayor parte de su trabajo sucio mientras dormimos.
Cuando dormimos, nuestra estructura hormonal cambia drásticamente. Nuestros niveles de melatonina aumentan drásticamente, mientras que las hormonas cortisol, epinefrina y norepinefrina disminuyen. Esto es significativo porque, según este nuevo estudio, la propia microglía se duerme cuando los niveles de norepinefrina son altos. Entonces, cuando nos dormimos y los niveles caen en picado, se despiertan para realizar sus tareas esenciales de limpieza.
Insomnio: malo para el cerebro
Millones de personas en todo el mundo padecen insomnio. Este estudio reciente sugiere que estas personas no sólo pueden sentirse más cansadas al día siguiente de dormir mal, sino que sufren daños reales en el cerebro. Dependemos de la microglía y de nuestro sistema glinfático para mantener nuestros tejidos cerebrales sanos y listos para trabajar. Sin sueño, ambos sistemas no pueden funcionar con la máxima eficacia.
A medida que envejecemos, el insomnio y otros trastornos del sueño pueden afectar aún más. Las personas que no duermen lo suficiente corren un mayor riesgo de desarrollar Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas graves. Además, un ritmo circadiano desregulado puede dejarle en mayor riesgo de enfermedad mental, delirio y otras enfermedades que pueden empañar sus años dorados.
Encontrar sus sueños en el sueño profundo
Dormir lo suficiente es esencial para llevar una vida larga y sana. Sin embargo, muchas personas siguen dando vueltas en la cama gran parte de la noche. Si le cuesta conciliar el sueño, piense si tiene hábitos que puedan alterar sus relojes internos. ¿Mantiene encendidas pantallas como el teléfono o la televisión hasta altas horas de la noche? ¿Tiene una rutina nocturna que le ayude a relajarse y a conciliar el sueño? Incluso pequeños cambios en su rutina habitual pueden aumentar sus probabilidades de conciliar el sueño y permanecer dormido toda la noche.