Comprender y atacar el ritmo circadiano de las células cancerosas puede ser la forma más eficaz de tratar cánceres como la leucemia mieloide aguda, según un nuevo estudio.
Tratar cánceres como la leucemia mieloide aguda es uno de los mayores retos de la medicina moderna. Dado que las células cancerosas son células humanas, muchas terapias dirigidas a las células cancerosas también pueden afectar a las sanas. Con el fin de desarrollar mejores tratamientos con menos efectos secundarios, los investigadores han estado estudiando qué hace diferentes a las células cancerosas. Una diferencia clave entre las células sanas y las cancerosas radica en su ritmo circadiano, que puede ofrecer nuevas vías de tratamiento.
¿Qué es la leucemia mieloide aguda?
La leucemiamieloide aguda es un tipo de cáncer de médula ósea que afecta a las células sanguíneas y sus precursores. Puede afectar a los glóbulos rojos, los glóbulos blancos, las plaquetas o cualquier combinación de éstos. Dado que las células sanguíneas son fundamentales para casi todas las funciones corporales, este tipo de cáncer puede presentarse con una amplia variedad de síntomas como fatiga, fiebre y facilidad para la aparición de hematomas. Este tipo de leucemia también tiene un alto riesgo de metástasis, o diseminación, porque las células sanguíneas acceden a todo el organismo.
El ritmo circadiano del cáncer
Se ha demostrado que la alteración del ritmo interno de una célula es una de las principales causas del cáncer, pero también puede ser el tratamiento del cáncer. Cuando las personas no duermen lo suficiente o lo hacen a horas intempestivas, son más propensas a desarrollar mutaciones que conducen al cáncer. Las mutaciones en los genes CLOCK y otros genes relacionados con el ritmo circadiano parecen especialmente importantes en el paso de una célula sana a anormal o maligna.
Un nuevo estudio sugiere que las células de la leucemia mieloide aguda tienen un ritmo circadiano muy diferente al de las células sanas. Las células cancerosas suelen crecer de forma incontrolada, sin los controles y equilibrios que controlan el crecimiento en las células sanas. Las células leucémicas parecen depender especialmente de dos genes, BMAL1 y CLOCK. Mientras que el CLOCK es un gen necesario para los precursores de las células sanguíneas sanas, el BMAL1 no lo es. Atacar el gen BMAL1 podría destruir las células de la leucemia mieloide aguda sin afectar a las células sanas.
Además, las células leucémicas parecen estar activas en momentos del día en los que las células normales no lo están. Dirigir las terapias a estos momentos, lo que se conoce como cronofarmacología, conduce a un tratamiento más eficaz de este cáncer con escasos efectos sobre otras células del organismo.
Cronofarmacología y tratamiento del cáncer
La cronofarmacología, o programación de los tratamientos para el momento en que serán más eficaces, es una de las áreas más candentes de la investigación médica. Hasta hace poco, los científicos y los médicos carecían de conocimientos sólidos sobre las bases bioquímicas del ritmo circadiano. La última década ha traído miles de nuevos estudios sobre los ritmos naturales de distintas células y sistemas orgánicos, así como nuevas formas de medir la actividad celular. El cáncer parece ser especialmente sensible a un tratamiento cuidadosamente programado, ya que los ritmos innatos de las células cancerosas son casi siempre diferentes de los de los tejidos sanos. La información sobre el funcionamiento interno de las células cancerosas está aportando nuevos enfoques al tratamiento.
El cáncer es una enfermedad profundamente interrelacionada con los relojes internos del organismo. Debido a esta relación, la cronofarmacología resulta especialmente prometedora en el tratamiento de diversos tipos de cáncer. Sin embargo, la cronología parece desempeñar un papel importante en muchos problemas de salud. Comprender la relación entre los ritmos innatos y las enfermedades ayudará a médicos y científicos a tratar a los pacientes con mayor eficacia y menos efectos secundarios.