Mucha gente cree que el momento de tu nacimiento puede afectar a tu personalidad e incluso a tu destino. Aunque la astrología ha sido (en su mayor parte) desacreditada, varios estudios nuevos han llegado a una conclusión sorprendente: La época del año en que naces puede tener efectos permanentes en tu salud. Según esta investigación, la estación en la que naces afecta a la mortalidad y a otros aspectos de tu salud a lo largo de tu vida.
La realidad de la salud y la estación de nacimiento
Muchas culturas tienen creencias relacionadas con cómo puede afectarte el momento de tu nacimiento. Es posible que hayas oído la expresión «mi dulce niño de verano», que hace referencia a la idea de que un bebé nacido en verano aún no ha pasado por dificultades. La mayor parte de esta sabiduría popular se centra en el hecho de que los bebés nacidos en invierno, una época de enfermedades y penurias, son más propensos a enfermar a causa de los retos de los meses fríos y oscuros.
Investigaciones anteriores han sugerido que los bebés nacidos en invierno se enfrentan a problemas de salud únicos. Tienen más probabilidades de morir de SMSL, un terrible suceso en el que los bebés mueren repentinamente por una causa desconocida. Los expertos lo atribuyen al hecho de que en los meses más fríos es más probable que los bebés estén envueltos en mantas o ropa extra.
Además, los bebés que aún son pequeños en los meses de invierno y principios de primavera corren más riesgo de morir de VRS, un virus que provoca síntomas respiratorios graves en los bebés que aún no han desarrollado un sistema inmunitario maduro.
Los riesgos para los bebés en invierno son fáciles de comprender. Sin embargo, nuevos estudios están demostrando que el momento de su nacimiento puede tener efectos a largo plazo sobre su salud y sus posibilidades de vivir una larga vida.
Cómo afecta la estación del año de nacimiento a la mortalidad
El Nurses’ Health Study (Estudio sobre la salud de las enfermeras) se inició en los años setenta y es uno de los mayores estudios sanitarios realizados hasta la fecha, ya que recoge datos sobre la salud y el estilo de vida de más de 100.000 enfermeras de todo Estados Unidos. Dado que este estudio recoge gran cantidad de datos socioeconómicos, los investigadores pueden controlar factores como la clase social.
Este fue uno de los primeros estudios en encontrar una relación entre el mes de nacimiento y la mortalidad. Aunque no se encontró una relación entre la mortalidad general y el momento del nacimiento, sí se halló una relación entre el mes de nacimiento y las probabilidades de muerte por eventos cardiovasculares. En concreto, las personas nacidas en diciembre parecían tener menos probabilidades de morir por causas cardiovasculares.
Este estudio plantea una pregunta interesante: ¿Cómo puede afectar el mes de nacimiento a la salud del corazón décadas más tarde? ¿Se da esta tendencia en otras profesiones o en otros países?
Un estudio más reciente analizó a suecos de entre 50 y 80 años de edad y diferentes causas de muerte. Las personas nacidas en primavera tenían más probabilidades de morir de enfermedades cardiovasculares, mientras que las nacidas en septiembre tenían más riesgo de morir de infecciones. En conjunto, las personas nacidas en noviembre y diciembre -lo contrario del proverbial niño dulce del verano- eran las menos propensas a morir por cualquier causa.
¿Los bebés de otoño viven más?
¿Cómo se confirma esta tendencia en las distintas zonas geográficas? Un nuevo estudio podría responder a esta pregunta. Este estudio es pionero porque ha utilizado como sujetos a personas de todo el mundo, incluido el hemisferio sur. Según esta nueva investigación, la estación del año en que se nace puede afectar a la salud y, en última instancia, a la esperanza de vida de las personas de todo el planeta. Las personas mayores que nacieron en otoño viven más que las que nacieron en primavera. Este hecho sigue siendo cierto en todas las regiones del mundo.
Aunque la razón de esta relación no está clara, muchos investigadores creen que puede tener algo que ver con los efectos de la vitamina D. La vitamina D se produce en las células de nuestra piel cuando se exponen a la luz solar. Como puede almacenarse durante varios meses seguidos, los bebés nacidos a finales de otoño son los que más vitamina D tienen, mientras que los nacidos en primavera corren un alto riesgo de carencia.
La vitamina D es importante para la salud humana, pero especialmente para las mujeres embarazadas. Las mujeres embarazadas con altos niveles de vitamina D tienen muchas menos probabilidades de sufrir complicaciones, lo que a su vez se traduce en bebés más sanos. Este pequeño impulso en el entorno prenatal y en el parto puede sumar efectos espectaculares a lo largo de la vida.
¿Qué significa esto para los que nacemos en primavera? Aunque estos estudios sugieren que el momento del nacimiento aumenta el riesgo, hay muchos factores que contribuyen a la salud y, en última instancia, a las posibilidades de tener una vida larga. Comer sano, hacer suficiente ejercicio y dormir lo suficiente siguen siendo elecciones importantes que ayudan a equilibrar otros factores.