Numerosos estudios han demostrado que muchas de las tareas esenciales del sistema inmunitario se rigen por un ciclo de actividad de 24 horas. En términos prácticos, esto significa que la hora del día afecta a la función del sistema inmunitario de forma importante, incluida la actividad de las células del sistema inmunitario y la respuesta general del sistema ante las amenazas.
Este ciclo de 24 horas, conocido como ritmo circadiano, ha estado con nosotros, influyendo en nuestro funcionamiento físico y mental, desde que somos humanos. De hecho, toda la vida en la Tierra se ve afectada por el ciclo de aproximadamente 24 horas del día y la noche.
Ritmo circadiano y actividad celular
El ritmo circadiano general de aproximadamente 24 horas afecta a nuestro funcionamiento general hasta el nivel celular, ya que cada célula organiza sus actividades de acuerdo con este ritmo vital fundamental.
Teniendo en cuenta que las reacciones químicas están en la base de las actividades celulares, incluido el metabolismo y la eliminación de residuos celulares, los investigadores han descubierto a lo largo de los años que existe un patrón para los distintos niveles químicos celulares y sus actividades resultantes. En diferentes momentos del día o de la noche, las células realizan diferentes actividades, normalmente siguiendo un patrón regular.
Cómo afecta la hora del día al funcionamiento del sistema inmunitario
Las células activas del sistema inmunitario también están sujetas a estos ritmos básicos e influidas por ellos. Un estudio del Instituto Politécnico Rensselaer, por ejemplo, demostró que la actividad de las células asesinas del sistema inmunitario está directamente relacionada con el ritmo circadiano a través de la sincronización rítmica del metabolismo, un proceso que también está conectado con el ritmo circadiano.
Se descubrió que la oscilación diaria de sustancias clave de las células del sistema inmunitario, como proteínas y enzimas, influye en las bacterias del sistema inmunitario y en las respuestas de lucha contra las enfermedades, incluida la temperatura corporal y la respuesta inflamatoria. La producción de energía dentro de las células del sistema inmunitario es otro proceso cíclico esencial vinculado a la sincronización influida por el ritmo circadiano.
Uno de los resultados de estos procesos cíclicos es que conducen a patrones de actividad relativamente predecibles. Además de influir en las acciones celulares más fundamentales del sistema inmunitario, la hora del día puede influir incluso en la ubicación de las células inmunitarias en el organismo. Por ejemplo, durante el día, estas células tienden a concentrarse en los tejidos, listas para entrar en acción protectora durante lo que durante la mayor parte de la historia de nuestra especie fue la parte más activa del ciclo de 24 horas. Durante ese periodo activo, las personas son más propensas a sufrir cortes y arañazos, lo que supone una vía de entrada de bacterias en el organismo, y es más probable que estén rodeadas de un mayor número de personas ajenas a su grupo familiar, lo que aumenta su potencial de exposición a enfermedades transmisibles.
Por la noche, sin embargo, estas células circulan por todo el cuerpo. Parte de su viaje incluye visitar los ganglios linfáticos. El paso por los ganglios linfáticos ayuda a mejorar la memoria celular mediante la comunicación a las células del sistema inmunitario de la información que el sistema inmunitario ha recogido a través de encuentros bacterianos y otras interacciones con posibles agentes de infección. Esto ayuda a promover una respuesta inmunitaria más específica la próxima vez que se encuentre la bacteria u otro posible agente causante del problema.
El «cuándo» puede ser importante
Los investigadores han descubierto que la gravedad de una infección vírica puede verse afectada por el momento del día en que se produce. Las tasas de replicación vírica pueden verse afectadas por las funciones del sistema inmunitario que contribuyen a crear un entorno más o menos favorable para la replicación de virus como el de la gripe y el Covid-19. Estas funciones del sistema inmunitario varían según el momento del día. Estas funciones del sistema inmunitario varían según el ciclo diario de actividad celular y sistémica.
Siguiendo este mismo concepto, los investigadores han descubierto que ciertos medicamentos, como las estatinas, e incluso algunas vacunas -incluidas las de la gripe- parecen ser más eficaces cuando se administran a determinadas horas del día, en función de los ritmos naturales de actividad del sistema inmunitario.
Ritmo circadiano y salud
Mantener un ritmo circadiano saludable y mínimamente alterado influye en la salud de diversas maneras. El ritmo circadiano actúa como agente coordinador de la sincronización de innumerables procesos corporales esenciales. Influye en el ciclo de sueño y vigilia. La calidad del sueño también está estrechamente relacionada con la salud y el bienestar general, así como con una función inmunitaria óptima.
Los ritmos circadianos son un motor importante de las funciones críticas del sistema metabólico y están relacionados con la sincronización de la producción hormonal. La alteración crónica del ritmo circadiano, común entre los trabajadores por turnos y los que pasan la noche en el trabajo, se ha relacionado con un mayor riesgo de padecer diversas enfermedades, como cardiopatías, trastornos metabólicos y algunos tipos de cáncer.
Mejores ritmos, mejor salud
Centrarse en mejorar los ritmos naturales del cuerpo ayudará a promover una función inmunitaria óptima y a mejorar la salud y el bienestar general. Adopte decisiones de estilo de vida que den lugar a un ritmo circadiano más saludable, como mantener un horario regular de vigilia, sueño y comidas.
La luz es una poderosa señal ambiental para el ritmo circadiano, así que aumente la exposición a la luz por la mañana y reduzca la exposición a la luz artificial brillante por la noche para dormir mejor y tener un ritmo circadiano más natural. Realice suficiente actividad física cada día, pero hágala a primera hora del día, para no alterar el ritmo de los patrones de actividad a los que evolucionó su cuerpo; los entrenamientos nocturnos pueden alterar su ritmo circadiano. No cabe duda de que un ritmo de vida más sano puede mejorar la función inmunitaria y la salud.