Las industrias modernas mantienen a la gente trabajando las veinticuatro horas del día. Fuera de la rutina general de nueve a cinco, existen los trabajadores por turnos. Estas personas trabajan hasta tarde, rotan sus horarios de una semana a otra o intentan seguir trabajando hasta el amanecer. Mientras consumen una taza de café tras otra para mantener a raya la presión de la fase REM, las constantes ganas de dormir les siguen dando la lata durante toda la noche.
Basta con que un operario de maquinaria pesada demasiado cansado se quede dormido en su puesto para que se produzca una situación peligrosa en la planta. Las exigencias del trabajo obligan a los que trabajan en el turno de noche a seguir adelante mientras su reloj biológico les dice que es hora de dormir. Aunque el turno haya terminado, en el momento en que el trabajador exhausto se pone al volante, la posibilidad de dormitar mientras conduce se convierte también en un peligro para otros conductores desprevenidos. Aunque los peligros de no dormir lo suficiente están bien documentados desde hace años, muchas personas siguen sin ser conscientes del impacto negativo que tiene dormir hasta tarde en sus ritmos biológicos internos y en su salud en general.
La ciencia de la cronobiología
Situado en el hipotálamo, todo ser humano está equipado con un reloj biológico. Este reloj interno rige la sincronización de los ritmos biológicos. Fija el cuerpo en un ciclo de 24 horas que suele ser regular, lo que se conoce como ritmo circadiano. Cuando una persona no tiene acceso a las señales horarias normales del entorno, como los cambios en la intensidad de la luz producidos por la posición del sol, el ritmo circadiano se ajusta por defecto a un ciclo periódico de aproximadamente 24,3 horas. Los científicos que investigan en el campo de la cronobiología han encontrado recientemente pruebas de factores genéticos que han ayudado a identificar que la periodicidad del ritmo circadiano de cada individuo es el resultado de la herencia genética. Además de estudiar el papel de la genética en los ritmos biológicos, una parte importante de los estudios de los cronobiólogos se centra en los problemas ocupacionales y patológicos que producen trastornos relacionados con el ritmo biológico.
Peligros de alterar nuestro ciclo circadiano
Dado que los trabajadores por turnos trabajan habitualmente con un horario que se opone al ritmo circadiano inherente al cuerpo, estas alteraciones se han convertido en una importante fuente de preocupación para los cronobiólogos y otros médicos. Las alteraciones frecuentes de los ritmos normales del cuerpo se han relacionado con una serie de trastornos perjudiciales para la salud, que van desde los pacientes que presentan problemas relacionados con el sueño hasta afecciones médicas graves como la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares. También se ha observado que las personas que viajan con frecuencia a través de muchas zonas horarias acaban experimentando muchos resultados indeseables, como el jet lag. Esta afección, que se produce cuando el reloj interno del cuerpo se desincroniza con el entorno exterior, produce síntomas de somnolencia, irritabilidad e incluso molestias gastrointestinales. Sin embargo, hallazgos recientes también han demostrado que la leve privación de oxígeno que experimentan los pasajeros durante los vuelos largos, también ha producido evidencias de reducciones en los niveles máximos nocturnos de melatonina. En consecuencia, los trabajadores por turnos que también vuelan con frecuencia debido a su trabajo podrían tener un mayor riesgo de sufrir trastornos de salud relacionados con el ritmo biológico.
Cambios en el estilo de vida para mejorar los trastornos del trabajo por turnos
Para las personas que corren el riesgo de sufrir problemas de salud debido a trastornos del ritmo biológico, es necesario cambiar el estilo de vida para ayudar a que el cuerpo y sus ritmos biológicos vuelvan a la normalidad. Aunque el trabajo por turnos suele estar en el centro de estos problemas, cambiar a un horario diurno es un cambio importante en el estilo de vida que mejorará drásticamente los ritmos biológicos de una persona, permitiéndole realinearse con el entorno exterior. Otra medida importante a tener en cuenta es reducir significativamente o eliminar la cantidad de cafeína de la dieta de una persona. La cafeína tiene un efecto estimulante en el organismo, lo que hará que el cuerpo esté despierto cuando debería estar preparándose para dormir. Evitar hacer ejercicio muchas horas antes de acostarse también es recomendable para quienes intentan adquirir el hábito de normalizar sus ritmos biológicos.