El concepto de una conexión entre el sueño y la salud mental ha estado con nosotros desde los días de Hipócrates, el padre de la medicina moderna. El conjunto de pruebas que demuestran que el sueño afecta a la ansiedad sigue aumentando, y los investigadores han demostrado que existe una relación entre no dormir lo suficiente y una disminución de la capacidad del cerebro para regular la respuesta al miedo.
La alteración de la regulación de la respuesta al miedo puede desempeñar un papel importante en trastornos mentales como la ansiedad y el trastorno de estrés postraumático (TEPT). Estas últimas investigaciones sugieren que la mejora de la calidad del sueño puede aumentar las posibilidades de éxito del tratamiento de este tipo de trastornos.
Cómo afecta el sueño a la ansiedad
Investigadores del Hospital General de Massachusetts, la Facultad de Medicina de Harvard y la Universidad de Pittsburgh llevaron a cabo un estudio sobre el sueño y la regulación del miedo en el que participaron 154 personas. Durante el estudio, los investigadores emplearon un proceso estándar de condicionamiento y extinción del miedo y utilizaron una máquina de resonancia magnética para medir la actividad cerebral y la respuesta al miedo. La primera noche que los participantes pasaron en el laboratorio del sueño, se les permitió dormir según sus pautas habituales.
Una vez finalizado el proceso de condicionamiento y extinción del miedo, se dividió a los participantes en tres grupos para la segunda noche en el laboratorio del sueño. A un grupo se le permitió dormir una noche normal. A otro grupo se le permitió dormir sólo la mitad de lo normal, manteniendo la primera mitad de su horario de sueño habitual. Se les mantuvo despiertos durante lo que habría sido la segunda mitad de su tiempo de sueño en una noche normal. Al tercer grupo no se le permitió dormir en absoluto. Al día siguiente, se realizaron pruebas para averiguar el éxito del proceso de extinción del miedo en los participantes en el estudio.
Según los resultados del estudio, publicados en Biological Psychiatry: Cognitive Neuroscience and Neuroimaging, la falta de sueño parece afectar a la regulación de la respuesta al miedo en el cerebro. Los que durmieron una cantidad normal y suficiente lograron extinguir el condicionamiento del miedo. Sus cerebros mostraron actividad relacionada con la regulación del miedo en el córtex prefrontal y a través de la red de saliencia. Los que durmieron poco tuvieron mucho menos éxito en superar el miedo condicionado, mostrando poca acción reguladora en sus cerebros. Curiosamente, el grupo que obtuvo peores resultados fue el que durmió sólo la mitad de lo habitual.
A partir de los resultados, los investigadores teorizaron que fue, en parte, la interrupción del sueño de movimientos oculares rápidos (MOR) lo que provocó las diferencias significativas en el éxito de la extinción del miedo entre los tres grupos, ya que esta fase del sueño se produce más tarde en el ciclo general del sueño. Apoyaron esta conclusión señalando otros estudios que indican que es durante el sueño REM cuando se abordan los miedos del día a través de la deconstrucción y el desaprendizaje de dichos recuerdos.
Implicaciones para la ansiedad y otros trastornos de regulación del miedo
Los trastornos mentales como la ansiedad y el TEPT suelen implicar una alteración del proceso de regulación de la respuesta al miedo. Los trastornos relacionados con la ansiedad se encuentran entre los trastornos mentales más comunes del mundo. La ansiedad y el TEPT son mucho más frecuentes en personas que sufren interrupciones regulares del sueño, como los trabajadores por turnos, los trabajadores sanitarios y los militares. Las personas que padecen insomnio también corren un mayor riesgo de sufrir este tipo de trastornos. De hecho, el insomnio se ha asociado claramente a un mayor riesgo de depresión y ansiedad, lo que subraya el papel de la calidad del sueño en la salud mental.
La ansiedad, el TEPT y otros trastornos similares pueden ser debilitantes y difíciles de tratar. Comprender mejor el papel del sueño, en concreto el de la fase REM, en el proceso de regulación del miedo puede mejorar el éxito del tratamiento de este tipo de trastornos. La comprensión de la mecánica del proceso puede incluso utilizarse para ayudar a reducir el riesgo de desarrollar este tipo de trastornos en las personas más vulnerables a padecerlos. Se ha demostrado que mejorar la calidad del sueño por sí solo mejora la salud mental y reduce el riesgo de desarrollar ansiedad o TEPT.
Mejorar la calidad del sueño para reducir la ansiedad y mejorar la salud mental
En múltiples estudios, los investigadores han establecido una clara conexión entre el sueño y la salud mental en general. Vivimos en un mundo estresante, que nos exige las 24 horas del día. Sin embargo, para reducir los niveles de ansiedad y mantener una salud mental óptima a corto y largo plazo, es esencial ser proactivo con respecto a la calidad y cantidad del sueño.
Las interrupciones crónicas y rutinarias del sueño tendrán un impacto negativo en los niveles de ansiedad y en la salud mental y el bienestar general, contribuyendo a un mayor riesgo de trastornos mentales como la depresión y la ansiedad. Empiece hoy mismo a mejorar la calidad del sueño mejorando la higiene del sueño. Establezca y cumpla horarios regulares de sueño y vigilia. Limite el uso de dispositivos electrónicos en las dos horas anteriores a acostarse. Asegúrese de realizar suficiente actividad física durante el día. Éstas son sólo algunas de las formas en que puede contribuir activamente a un buen descanso nocturno y mantener los niveles de ansiedad al mínimo.