El tentempié de medianoche es casi una institución de la vida estadounidense, en la que muchas personas sucumben a un asalto nocturno a sus frigoríficos y congeladores. Sin embargo, nuevas investigaciones sugieren que estos ataques de picoteo fuera de horario pueden estar relacionados con un sueño deficiente.
¿Es malo comer antes de acostarse?
Comer tarde por la noche puede interferir en el sueño de varias maneras. En primer lugar, las personas que comen un helado a altas horas de la noche podrían y probablemente deberían aprovechar ese tiempo para dormir. En segundo lugar, el metabolismo de los carbohidratos y la liberación de insulina son más lentos por la noche, lo que significa que puede haber más picos de azúcar en sangre si los alimentos ingeridos son ricos en azúcar o carbohidratos simples. Las comidas nocturnas también pueden exacerbar el reflujo, la acidez y otros trastornos digestivos que interfieren con el sueño. Si la comida o bebida contiene cafeína, como el chocolate y algunos tés, también puede interferir con el ritmo circadiano e impedir que la persona que come entre comidas descanse bien más tarde.
Comer de noche y privarse del sueño
En la cultura occidental, es frecuente que los estudiantes universitarios y los profesionales pasen la noche en vela para ponerse al día con el trabajo que no han terminado durante el día. En muchos casos, estas sesiones nocturnas de estudio o trabajo se acompañan de un tentempié. Sin embargo, comer a altas horas de la noche puede exacerbar los síntomas de la falta de sueño, dejando a estas personas aún más afectadas por los déficits de atención, la falta de coordinación y la pérdida de memoria que acompañan a la falta de sueño.
Investigadores de la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania estudiaron los efectos de comer por la noche en personas privadas de sueño. A 44 personas se les permitió dormir sólo cuatro horas por noche. A la mitad se les dio acceso ilimitado a la comida durante su vigilia nocturna, mientras que a otros se les restringió al agua. A todos los participantes se les sometió a pruebas cognitivas y psicológicas a las 2 de la madrugada. A la cuarta noche de privación de sueño, los sujetos a los que se permitió picar mostraron un peor rendimiento en todos los aspectos, incluidos la memoria, la capacidad de atención y el tiempo de reacción, en comparación con las personas que sólo bebieron agua por la noche.
El sueño y el metabolismo
El impulso de picar algo por la noche puede tener consecuencias desafortunadas para las personas que ceden a sus antojos. Comer por la noche no sólo contribuye a la falta de sueño, sino también a la obesidad. Dormir mal está relacionado con una menor tasa metabólica, lo que combinado con las calorías nocturnas adicionales contribuye a la obesidad y a los problemas de salud asociados a un peso poco saludable. Los investigadores en biología circadiana sugieren que las personas privadas de sueño deberían ingerir menos calorías debido a una tasa metabólica más baja, pero en realidad muchos noctámbulos ingieren una media de 500 calorías más cada día.
Efectos del sueño insuficiente
Aunque nunca es divertido pasar el día agotado, la comodidad personal no es lo único que se ve afectado por la falta de sueño de calidad. Los investigadores en cronobiología han descubierto que la falta de sueño de calidad está relacionada con diversos trastornos de salud graves, como el cáncer, las cardiopatías y la diabetes. Además, los Centros para el Control de Enfermedades advierten de que la falta de sueño es en realidad un problema de salud pública, en parte debido a los mayores índices de accidentes de tráfico e industriales en personas que no descansan bien. Mantener un ritmo circadiano saludable es esencial para gozar de buena salud.
La próxima vez que sienta un antojo nocturno, quizá sea mejor que se vaya a la cama en lugar de darse el capricho. Aunque se necesitan más estudios sobre los efectos de las comidas nocturnas en el ritmo circadiano, parece que las comidas nocturnas pueden contribuir a un sueño deficiente, lo que a su vez contribuye a una mala salud.