El insomnio forma parte de tener un bebé. Como muchos padres primerizos han observado, los recién nacidos pasan sus primeras semanas y meses sin tener apenas noción de la noche y el día. Sin embargo, los bebés desarrollan sistemáticamente un ritmo circadiano humano normal, o ritmo de aproximadamente 24 horas, en los primeros meses de vida. Nuevas investigaciones en cronobiología han determinado algunos factores que ayudan a los recién nacidos a empezar a percibir la noche y el día.
El sueño y el cerebro del recién nacido
Nuestro ritmo circadiano es una parte muy controlada de nuestras vidas. Cuando nuestras retinas perciben la luz, envían señales al núcleo supraquiasmático del hipotálamo, que a su vez se comunica con la glándula pineal. La glándula pineal controla la liberación de melatonina, una de las hormonas que mantienen nuestro ritmo circadiano.
Aunque los recién nacidos tienen una glándula pineal desarrollada, que es realmente grande para su diminuto tamaño, no producen suficiente melatonina, ni la producen de forma constante por la noche. Esto conduce al clásico y conocido ciclo de sueño de los recién nacidos, en el que duermen durante muy poco tiempo y a horas intempestivas.
Un estudio reciente sobre la cronobiología de los recién nacidos profundizó en este proceso de desarrollo de un ritmo circadiano. Los bebés estudiados empezaron pronto a desarrollar ritmos diarios de temperatura, comportamiento social y fluctuación de la vigilia, pero los hábitos de sueño fueron los últimos en desarrollarse. Los niveles de melatonina vespertinos llegaron a ser lo suficientemente altos como para que los bebés se fueran a dormir a la hora familiar alrededor del 60º día de vida.
Este es también el momento en que el llanto y los cólicos suelen resolverse por sí solos. Los médicos creen que la melatonina puede ser responsable del fin de los llantos nocturnos, así como del inicio de hábitos de sueño más favorables para los padres.
Leche materna y melatonina
Sin embargo, hay esperanza para los padres que están luchando a través de los primeros 60 días y el horario extraño que este tiempo trae. Aunque los bebés no producen suficiente melatonina para dormirse por la noche por sí solos, tienen otra fuente: la leche materna. La melatonina de la madre está presente en su leche. Esto puede ayudar a los bebés amamantados a dormir más profundamente y también a reducir las horas de paseo de un recién nacido inconsolable. Algunos médicos e investigadores en biología circadiana sugieren incluso que la administración de suplementos de melatonina en estas primeras semanas puede prevenir los cólicos y, al mismo tiempo, ayudar al bebé a transitar más rápidamente hacia un ritmo circadiano maduro. Sin embargo, este tema todavía se está investigando y ningún padre debe dar a su bebé ningún suplemento sin la aprobación de un médico.
El ritmo circadiano en los bebés: Esperanza para los padres primerizos
Hasta que se haya estudiado a fondo la seguridad de los suplementos de melatonina para lactantes, hay una luz al final del túnel para los nuevos padres que anhelan una buena noche de sueño. Hay formas de ayudar a los bebés a desarrollar un ritmo circadiano lo antes posible. En primer lugar, apagar las luces a la hora de dormir, incluidos los televisores y otras pantallas, animará a los recién nacidos a empezar a percibir la noche como un momento para dormir. Del mismo modo, reducir el ruido ambiental y la interacción social puede ayudar a fomentar la idea de que la noche es un momento para dormir y no para jugar. El cerebro infantil tarda de dos a tres meses en desarrollar la capacidad de producir melatonina en los niveles necesarios para dormir, pero estas señales ambientales y sociales ayudarán.
Es importante que todas las personas, incluidos los bebés y sus padres, tengan un ritmo circadiano saludable. Aunque parece que los recién nacidos tardan en desarrollar su reloj interno de 24 horas, los padres pueden animarles a dormir por la noche dándoles el pecho y cambiando el entorno para que favorezca el sueño nocturno.