El sueño es un factor importante para la libido, ya que contribuye a un deseo sexual saludable de varias maneras. La importancia del sueño para el deseo sexual y la función reproductora va mucho más allá del simple hecho de no estar demasiado cansado para mantener relaciones sexuales. Dormir lo suficiente y bien aumenta la libido porque influye en los mecanismos del deseo sexual, como la producción de hormonas. De hecho, el sueño -tanto en cantidad como en calidad- puede pasarse por alto con demasiada frecuencia a la hora de considerar o tratar los problemas de bajo deseo sexual en las mujeres.
Síntomas y causas del deseo sexual bajo
Según la Clínica Mayo, es perfectamente natural que el deseo sexual de una mujer experimente picos y valles a lo largo de los años. Los niveles de deseo sexual pueden cambiar, y a menudo cambian, con experiencias como el embarazo, los cambios en las relaciones, las enfermedades, los problemas de salud mental, los niveles de estrés y la menopausia.
Como individuos, lo que a una mujer le puede parecer un deseo sexual bajo, en cuanto a la frecuencia con la que desea actividad sexual, a otra le puede parecer perfectamente normal. No es fácil establecer una definición para algo que podría considerarse bastante subjetivo, pero la Clínica Mayo ofrece una orientación útil. Entre los síntomas de un deseo sexual bajo en la mujer se incluyen no tener nunca o casi nunca impulsos o pensamientos sexuales, tener poco o ningún interés en la actividad sexual, ya sea en pareja o en solitario, y sentirse preocupada o molesta por la ausencia de estos pensamientos, deseos y actividades.
El bajo deseo sexual puede deberse a diversas causas, entre ellas algunos tipos de medicamentos, como los que se recetan para algunos trastornos del estado de ánimo. Otras causas son traumas pasados, problemas de pareja, depresión, enfermedades físicas, problemas de estilo de vida, consumo o abuso de sustancias, periodos de estrés y agotamiento o no dormir lo suficiente de forma crónica.
Cómo un buen sueño aumenta la libido
La mayoría de las personas, especialmente los padres que trabajan, están familiarizados con la conexión más obvia entre el sueño y la libido. Después de todo, con las continuas demandas familiares, profesionales y sociales, dormir lo suficiente puede ser difícil, dejando a las mujeres a menudo demasiado cansadas para tener mucho apetito sexual. Sin embargo, ésta no es la única forma en que el sueño afecta a la libido. Los estudios demuestran que el sueño afecta a la libido a un nivel mucho más profundo, influyendo en la mecánica del deseo sexual.
En un estudio en el que participaron 171 estudiantes universitarios, ninguno de los cuales tomaba antidepresivos, los investigadores pudieron relacionar la calidad del sueño con el deseo sexual. Una vez establecido un patrón de sueño de referencia para los participantes, los investigadores descubrieron que dormir más horas se traducía en un mayor deseo sexual al día siguiente. Según los resultados del estudio, publicados en la revista Journal of Sexual Medicine, cada hora adicional de sueño aumentaba el deseo sexual de los participantes en un 14%.
Según un estudio reciente, publicado en Menopause: The Journal of The North American Menopause Society, no sólo importa la cantidad de sueño, sino también la calidad. En este estudio, las mujeres que tenían un sueño de mala calidad eran casi dos veces más propensas a experimentar un bajo deseo sexual y una disminución del placer sexual que las mujeres que dormían bien. Según los investigadores, la cantidad de sueño era menos importante que su calidad. Eso, sin embargo, no quiere decir que la cantidad de sueño no sea importante, porque lo es. Las mujeres incluidas en el estudio que dormían cinco horas o menos por noche también eran más propensas a declarar un bajo deseo sexual u otras dificultades sexuales.
El sueño desempeña un papel fundamental en muchos aspectos de la salud física y el funcionamiento, incluida la salud reproductiva. La producción hormonal y el momento en que se produce están estrechamente relacionados con el ritmo circadiano y el sueño adecuado. Las hormonas, incluidos los estrógenos, la progesterona y la testosterona, son elementos esenciales para la salud y el funcionamiento reproductivos, e influyen en el deseo sexual. El equilibrio es clave para una función sexual óptima y un sueño adecuado es un elemento vital para alcanzar y mantener ese equilibrio.
Dedicar tiempo
Mejorar la cantidad y la calidad del sueño es bastante sencillo a primera vista para la mayoría de las personas. Para muchas mujeres, el verdadero reto consiste en encontrar el tiempo necesario para dormir las siete o nueve horas nocturnas que una persona necesita para dar lo mejor de sí misma. Para los padres que conviven, eso puede significar negociar un mejor reparto de las tareas domésticas y de crianza que permita a ambos dormir lo suficiente. Para los profesionales ocupados y otras personas que se enfrentan a una avalancha de exigencias diarias -y nocturnas-, puede significar aceptar el poder del no y el superpoder de la delegación.
Tome las medidas necesarias para mejorar el sueño
Consciente de que el sueño aumenta la libido, una vez reservado el tiempo necesario, la persona normal puede hacer algunos cambios sencillos en su estilo de vida para mejorar el sueño:
- Establezca un horario de sueño y vigilia y cúmplalo, incluso en los días libres.
- Haga lo mismo con los horarios de las comidas, porque también influyen en el ritmo circadiano y el sueño.
- Evite los alimentos pesados y el alcohol en las tres horas anteriores a acostarse.
- Vigile de cerca los niveles de cafeína, sobre todo una vez pasada la mañana.
- Modere la exposición nocturna a luces brillantes y aparatos electrónicos, sobre todo durante las dos horas previas a acostarse.
- Realice suficiente actividad física durante el día, pero evite hacer ejercicio por la noche. Lo mejor es realizar actividad física al sol de la mañana. Esto ayuda a ajustar los tiempos de su cuerpo para dormir mejor por la noche.
- Considere la posibilidad de tomar un suplemento de melatonina de liberación pulsátil para facilitar la transición a unos mejores hábitos de sueño.