Un interesante estudio publicado en Molecular Biology demuestra que el ayuno intermitente mejora la memoria, sobre todo la de largo plazo. Realizado en ratones en el King’s College de Londres por investigadores del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia, el estudio también observó que el ayuno intermitente se asociaba al desarrollo de nuevas neuronas hipocampales adultas.
Los investigadores teorizan que este desarrollo de nuevas neuronas hipocampales adultas podría ayudar a ralentizar el deterioro cognitivo relacionado con la edad. El ayuno intermitente, descrito por algunos como un biohack y por otros como una estrategia de horarios de comidas que funciona con nuestros códigos evolutivos, ofrece una variedad de importantes beneficios para la salud.
Cómo mejora la memoria el ayuno intermitente
Los investigadores del King’s College realizaron un estudio de tres meses de duración con tres grupos de ratones hembra. El grupo de control fue alimentado según las normas dietéticas normales para ratones. A un segundo grupo se le administró diariamente una dieta restringida en calorías (un 10 por ciento menos que la dieta normal de los ratones). El tercer grupo también comió un 10 por ciento menos que los ratones de la dieta normal, pero se les sometió a ayuno intermitente, comiendo en días alternos.
Según los resultados de ese estudio, el ayuno intermitente mejora la memoria de los ratones. De los tres grupos de ratones, los que seguían la dieta de ayuno intermitente mostraron una mejora apreciable en la retención de la memoria a largo plazo. Los investigadores lo atribuyen a que el ayuno sirve como mecanismo para fomentar una mayor expresión del gen Klotho. Curiosamente, este gen recibe el apodo de «gen de la longevidad»; sin embargo, en este contexto, como explican los investigadores del King’s College, el gen Klotho está asociado a la producción de nuevas neuronas hipocampales nacidas de adultos, también denominada neurogénesis.
Este proceso de neurogénesis hipocampal es importante porque las neuronas del hipocampo nacidas de adultas son una parte esencial de la capacidad del cerebro para formar recuerdos. Por lo tanto, apoyar ese proceso con el ayuno intermitente ayuda a mejorar la memoria a través de los procesos físicos y estructurales reales que intervienen en la creación de la memoria. A medida que envejecemos, la producción de este tipo de neuronas se ralentiza. Los investigadores relacionan el deterioro cognitivo relacionado con la edad en parte con esta reducción de la producción, y teorizan que una estrategia de planificación de las comidas que incorpore el ayuno intermitente planificado podría ayudar a ralentizar este tipo de deterioro cognitivo.
Cuándo comer es importante
La mayoría de la gente sabe que lo que come es importante para su salud física general y su bienestar mental. Sin embargo, son menos los que reconocen que cuándo se come también puede tener un impacto significativo en la salud física y mental. El horario de las comidas puede influir en el riesgo de desarrollar una serie de enfermedades y trastornos crónicos de salud, especialmente los relacionados con el funcionamiento o la disfunción del sistema metabólico, como la diabetes y la obesidad, ambos asociados también a un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares.
El horario de las comidas también está relacionado con el funcionamiento saludable del ritmo circadiano. La alteración del ritmo circadiano también se asocia a un mayor riesgo de enfermedad -incluidos algunos tipos de cáncer, obesidad, diabetes, trastornos metabólicos y enfermedades cardiacas- y a un envejecimiento acelerado.
Conceptos básicos del ayuno intermitente
El ayuno forma parte de la historia evolutiva de la humanidad. A veces era circunstancial, relacionado con el grado de disponibilidad de alimentos. El ayuno intencionado, por ejemplo por motivos espirituales y religiosos, también forma parte de la experiencia humana. Sólo durante un periodo de tiempo comparativamente breve han tenido los humanos el tipo de acceso a los alimentos del que solemos disfrutar en el mundo moderno.
La evolución es un proceso relativamente lento, por lo que no es descabellado sugerir que aún no hemos alcanzado a nivel evolutivo nuestras actuales condiciones de saciedad rutinaria y bien alimentados. En otras palabras, nuestro cuerpo parece funcionar mejor en las condiciones que le resultan más naturales, es decir, el ayuno intermitente.
La premisa básica del ayuno intermitente es limitar la ingesta de alimentos a un periodo de tiempo específico y evitar comer fuera de ese periodo, manteniendo al mismo tiempo unos niveles nutricionales correctos. Existe una gran variedad de planes de horarios de comidas, algunos dirigidos a resultados específicos, como la pérdida de peso, el aumento de la función cognitiva o una mejor salud metabólica. Las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, los niños y las personas con una salud frágil no deben practicar el ayuno intermitente a menos que se lo aconseje y oriente específicamente un profesional médico cualificado y responsable. De hecho, cualquier persona que haga cambios importantes en su dieta debe comentarlos con su médico de cabecera.
Entre los métodos de ayuno intermitente más comunes se encuentran el encajar las comidas diarias en un periodo de ocho horas y ayunar durante dieciséis horas. Algunas personas comprimen sus comidas en un período de seis horas, ayunando durante las horas restantes. Otros eligen dos días a la semana para hacer sólo una comida diaria de 400 a 500 calorías, haciendo tres comidas al día los otros cinco días. Otros siguen dietas de planificación de comidas específicas, como la Cronodieta, que ayuda a mantener la salud del ritmo circadiano mediante el ayuno intermitente y un plan de alimentación que aporta los nutrientes adecuados en el momento óptimo para maximizar su efecto sobre la salud y el funcionamiento.
Beneficios asociados del ayuno intermitente para la salud
El ayuno intermitente ofrece una serie de importantes beneficios para la salud. Popularizado en los últimos años por su potencial para quemar grasa y perder peso, el ayuno intermitente también se asocia con la optimización de la producción y función hormonal, incluida la insulina. El ayuno intermitente está relacionado con un menor riesgo de diabetes, enfermedades cardiacas y algunos tipos de cáncer. Además, también puede contribuir a la reparación celular, disminuir el estrés oxidativo y reducir la inflamación, factores que desempeñan un papel clave en muchas enfermedades crónicas, y puede ayudar a ralentizar algunos procesos de envejecimiento.