El impacto de la privación del sueño es polifacético y afecta no sólo a la salud y el bienestar de las personas, sino también a la salud pública en su conjunto e incluso a las economías nacionales. Para el individuo, la privación de sueño aumenta el riesgo de numerosas enfermedades y se asocia a una disminución del rendimiento cognitivo y a un mayor riesgo de problemas de salud mental, como la depresión y la ansiedad. Un estudio reciente sobre la quercetina y la privación del sueño sugiere que este flavonoide, presente en diversos alimentos, puede ayudar a mitigar los comportamientos relacionados con la depresión y la ansiedad, así como el estrés oxidativo cerebral que resulta de la privación del sueño.
La privación del sueño: Un problema cada vez más común
La falta de sueño -no dormir las siete a nueve horas recomendadas por noche- se ha convertido en un problema cada vez más común en nuestro estilo de vida moderno, tecnológicamente avanzado, siempre «encendido» y siempre conectado. De hecho, se ha convertido en un grave problema de salud pública a escala mundial. Las exigencias laborales, la iluminación artificial que prolonga el día hasta bien entrada la noche, las tentaciones de entretenimiento y la contaminación lumínica urbana merman nuestro tiempo de sueño.
Un estudio internacional sobre el sueño realizado en 2019, en el que participaron 12 países, reveló que aproximadamente el 62% de los participantes declararon que no solían dormir todo lo bien que deberían. También se reveló en este estudio que el adulto promedio duerme poco menos de siete horas por noche durante la semana laboral, ni siquiera golpeando la recomendación mínima de sueño estándar. Esta falta crónica de sueño tiene un coste.
El alto coste de no dormir lo suficiente
La ciencia moderna está demostrando que cuando no damos prioridad a un sueño saludable, podemos pagar un precio muy alto, tanto para el individuo como para la sociedad en su conjunto. El sueño es esencial para la salud y no dormir lo suficiente está estrechamente relacionado con una amplia gama de problemas de salud física y mental, incluido un mayor riesgo de desarrollar numerosas enfermedades y un mayor riesgo de mortalidad por todas las causas.
No dormir lo suficiente contribuye a aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, obesidad, diabetes de tipo 2, depresión, ansiedad y disminución de la función inmunitaria, entre otras. Según un estudio publicado en la revista Rand Health Quarterly, siete de las 15 principales causas de muerte en Estados Unidos están relacionadas con un sueño insuficiente.
El impacto de la falta de sueño en el individuo no se detiene ahí. La privación de sueño se asocia a mayores índices de accidentes de tráfico y lesiones laborales. Según el Foro Económico Mundial (FEM), no dormir lo suficiente conduce a una disminución de la productividad en el lugar de trabajo, lo que repercute negativamente en las economías nacionales de todo el mundo, disminuyendo el Producto Interior Bruto (PIB) y costando a las naciones miles de millones de dólares.
Aunque dar prioridad a un sueño saludable es la solución obvia a la falta de sueño, en el mundo real hay momentos y situaciones que hacen que dormir sea más difícil. Por ejemplo, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), las familias monoparentales tienen más probabilidades de sufrir privación del sueño que las familias biparentales: el 42,6% de las familias monoparentales duermen menos de siete horas por noche. Los trabajadores de la salud y de las fuerzas del orden no suelen tener horarios de banquero. Por lo tanto, tiene sentido que la ciencia médica busque soluciones para ayudar a mitigar los daños de la privación del sueño.
La quercetina y la privación del sueño
Según una investigación reciente, la quercetina podría ayudar a atenuar los comportamientos derivados de la privación del sueño y a reducir el estrés oxidativo en el cerebro. En el estudio, se dividió a un grupo de 30 ratones machos en cinco grupos más pequeños para crear un grupo de control y comprobar el efecto de la quercetina en los efectos de la falta de sueño.
Los ratones privados de sueño experimentaron comportamientos depresivos, ansiedad, disminución del rendimiento de la memoria y mostraron signos de estrés oxidativo en el cerebro. Sin embargo, los que fueron tratados con quercetina obtuvieron resultados significativamente mejores, lo que confirma los resultados de un estudio anterior realizado de forma similar.
En los ratones que consumieron quercetina, disminuyó el comportamiento depresivo, se redujo la ansiedad y mejoró el rendimiento de la memoria. Los investigadores señalaron las propiedades antioxidantes de la quercetina, sugiriendo que esas propiedades específicas estaban actuando en la mitigación de los daños causados por la privación del sueño.
Aumente su consumo diario de quercetina
Llevar una dieta variada compuesta por alimentos integrales saludables es la clave para obtener suficiente quercetina en su dieta diaria. Este potente antioxidante proporciona importantes beneficios para la salud, aparte de su potencial para ayudar a mitigar los daños de la privación del sueño. Entre otros, favorece la salud del corazón y neutraliza los radicales libres. Las investigaciones indican que la quercetina también puede ayudar a reducir el riesgo de algunos tipos de cáncer y de la enfermedad de Alzheimer, así como a reducir la inflamación.
Entre los alimentos ricos en quercetina se encuentran las alcaparras frescas y en conserva, el zumo concentrado de saúco, los pimientos plataneros crudos, el cilantro, el eneldo, los arándanos, las frambuesas, las hojas de levístico crudas y las hojas de rábano fáciles de cultivar. Muchas variedades de rábano están listas para cosechar en sólo 28 ó 35 días. Las hojas jóvenes de rábano pueden comerse en ensalada y las viejas cocinarse como espinacas o añadirse a sopas y guisos.
Aunque actualmente no existe una cantidad diaria recomendada de quercetina, la dosis de los suplementos suele oscilar entre 500 y 1.000 mg al día. Consulte siempre a su médico acerca de nuevos suplementos.