Existen muchos productos en el mercado que nos ayudan a combatir los signos del envejecimiento, pero todos ellos tratan el síntoma y no la causa. Para llegar a los factores subyacentes que causan el envejecimiento, tenemos que fijarnos en nuestras células y en cómo envejecen con el paso del tiempo. Nuevos estudios han descubierto que la forma en que envejecen nuestros tejidos, e incluso cómo desarrollamos las canas, está determinada por nuestro reloj biológico y su efecto en las células individuales.
¿Cómo afecta nuestro reloj biológico a cada célula?
El bioinformático Steve Horvath, de la Universidad de California, quería determinar cómo afecta el reloj biológico interno al envejecimiento de las células. Su investigación consistió en examinar la tasa de «metilación del ADN», un proceso por el que las moléculas de ADN cambian su tasa de actividad sin alterar sus secuencias. La tasa de metilación del ADN en nuestro cuerpo cambia a medida que envejecemos, creando un reloj biológico que determina la rapidez con la que mostramos los signos del envejecimiento.
Utilizando muestras de ADN de más de 8.000 especímenes, Horvath examinó 51 tipos diferentes de células. De esta vasta colección, pudo aislar 353 indicadores de metilación que revelaban signos del proceso de envejecimiento a nivel celular. Se descubrió que estos casos de cambios en la actividad celular podían establecer un reloj que mostraba el proceso de envejecimiento en diversos órganos corporales.
En las mujeres, se descubrió que el tejido mamario envejece más rápido que el tejido de otras partes del cuerpo. Por lo general, el tejido mamario de las mujeres es hasta tres años más viejo que cualquier otra parte del cuerpo femenino. A medida que se desarrolla el cáncer de mama, las células de esta zona sufren un proceso de envejecimiento acelerado y pueden llegar a ser hasta 12 años más viejas que las células del tejido sano de la persona. Horvath también descubrió que los tumores cancerosos parecen ser unos 36 años más viejos que cualquier otra célula del cuerpo del huésped, lo que podría ayudar a explicar por qué somos más propensos a desarrollar cáncer a medida que envejecemos.
Horvath explica que espera que su investigación continúe. En última instancia, su intención es utilizar esta investigación para desarrollar métodos más eficaces de retrasar el envejecimiento y combatir el cáncer.
Una nueva investigación descubre que las canas están determinadas por el reloj biológico
Todos sabemos que las canas son un signo natural del envejecimiento y que la probabilidad de que nos salgan canas aumenta con la edad. Sin embargo, es un hecho bastante desconocido que el momento en que aparecen las primeras canas está determinado por nuestro reloj biológico innato. Investigaciones recientes han descubierto que nuestro reloj interno puede determinar cuándo empezarán a salirnos canas y con qué rapidez las canas o el pelo blanco sustituirán a nuestro color natural.
Nuestro color de pelo se determina antes de nacer, cuando la melanina empieza a rellenar la parte central del tallo piloso. La cantidad de melanina, así como el tipo, determinarán la coloración y el tono de nuestro cabello. A medida que envejecemos, el nivel de mel anina que produce nuestro cuerpo disminuye gradualmente, lo que hace que nuestro pelo sea cada vez más claro. Con el tiempo, perdemos toda la pigmentación en los nuevos folículos pilosos, lo que hace que nos salga pelo gris o blanco.
Como ya se ha mencionado, existen diferentes tipos de melanina. Las personas con eumelanina son las que tienen el pelo de color más oscuro, principalmente castaño y negro. Por otro lado, los tonos rojizos son el resultado de la pigmentación más clara que crea la feomelanina. Una combinación de estas pigmentaciones ayuda a crear la amplia gama de colores de pelo que vemos en la población humana.
En una investigación reciente, el Dr. Desmond Tobin descubrió que un reloj melanogénico determina el ritmo al que nuestro cabello pierde su pigmentación. Esencialmente, todo se reduce a la herencia y el Dr. Tobin cree que la genética determinará la rapidez con la que un individuo pierde pigmentación en sus folículos pilosos. De hecho, cada folículo perderá pigmentación a su propio ritmo, lo que explica por qué no encanecemos todos a la vez. Dado que el ADN de cada persona es único, la rapidez con la que envejece y le salen canas también será diferente.
¿Tiene nuestro pelo un reloj biológico?
En investigaciones anteriores, se descubrió que tenemos células madre melanocíticas que son responsables de la producción de melanocitos. Estos melanocitos son células que viven en las capas inferiores de la piel y que regulan la producción de melanina. Si los melanocitos mueren o se inhibe su funcionamiento de algún otro modo, los folículos pilosos de esa zona empezarán a perder pigmentación. Todo este proceso está determinado por el reloj melanogénico, que es en definitiva el mecanismo por el que envejece nuestro cabello.
Al igual que otras células de nuestro cuerpo, las células que regulan la salud de nuestro cabello acaban envejeciendo. Por ello, los investigadores han identificado tres etapas en el envejecimiento del folículo piloso:
- Anágena: Es la fase más larga y dura entre dos y siete años. Aproximadamente el 80 por ciento del cabello se encuentra en esta fase en un momento dado y se considera la fase más saludable para el cabello. Es el momento en el que el cabello está más vivo y colorido.
- Catágena: En esta fase, el crecimiento del cabello comienza a ralentizarse. Esta fase es breve y dura entre 10 y 20 días.
- Telógena: Alrededor del 10-15% del cabello se encuentra siempre en esta fase de reposo, que dura hasta 100 días. Es la fase final antes de la caída del cabello.
La producción de melanina cesará por completo
Dado que el reloj melanogénico es responsable de estas distintas fases, también ayuda a regular la producción de melanina. Cuando un folículo piloso alcanza la fase telógena, el reloj melanogénico ordena a las células que dejen de enviar melanina a ese folículo. Por eso verás una raíz blanca si te arrancas un pelo viejo.
Amedida que envejecemos, todo este sistema empieza a decaer: Por eso las canas empiezan a crecer más rápidamente a medida que envejecemos. Finalmente, la producción de melanina cesará por completo, lo que dará lugar a una cabeza llena de canas o pelo blanco. Aunque el ritmo al que se ralentiza este proceso es diferente en cada persona, todos llegaremos a este punto tarde o temprano.