De un momento a otro, el entorno que nos rodea y nuestro cuerpo cambian ligeramente a lo largo del día; y nuestros riesgos para la salud cambian con ellos. ¿Cuáles son los peores momentos del día para la salud? Dado que cada momento del día aporta un conjunto único de ventajas y desventajas para la salud, la respuesta depende de la enfermedad a la que seamos más propensos.
Al que madruga… ¿le da un infarto?
En las horas previas a despertarnos, nuestro cuerpo se inunda de hormonas que favorecen el estado de alerta. Aunque esto es importante para ayudar al organismo a hacer frente a los retos de la mañana, también puede sobrecargar el corazón. El cortisol, la adrenalina y otras hormonas asociadas a la vigilia matutina pueden aumentar el riesgo de infarto, así como de otros episodios cardiovasculares graves, en torno a un 40 por ciento.
Las hormonas que provocan la vigilia también hacen que el corazón lata con más fuerza. El pulso y la tensión arterial aumentan para impulsar las actividades matutinas. Esto aumenta las probabilidades de sufrir un infarto de miocardio, un ictus y otros episodios cardiovasculares mortales. Al mismo tiempo, el aumento de la actividad provoca una mayor demanda de oxígeno en las células del corazón, lo que significa que se producen más daños en caso de que se produzca un episodio grave. De hecho, las personas que sufren infartos a primera hora de la mañana sufren hasta un 80% más de daños y también tienen más probabilidades de morir.
No hay forma de evitar las mañanas. Sin embargo, hay formas de evitar los daños asociados a los infartos de miocardio en las primeras horas de la mañana. Los cardiólogos empiezan a recomendar tomar la medicación para la tensión arterial antes de acostarse y no por la mañana, para que ya esté en el torrente sanguíneo en el momento en que el corazón corre mayor riesgo.
En una nota menos peligrosa para la vida, las mañanas también son el mejor momento para la artritis y otras fuentes de dolor en las articulaciones. El aumento de las moléculas inflamatorias a primera hora de la mañana hace que las articulaciones rígidas duelan y se hinchen aún más. Esta puede ser la razón por la que muchas personas comienzan la mañana con un estiramiento vigoroso.
Desafíos vespertinos para la salud
El cortisol desaparece a primera hora de la tarde, lo que deja a muchas personas listas para una siesta vespertina. Además, este descenso del cortisol puede hacer que sea más propenso a sufrir urticaria y otras reacciones alérgicas. Dado que los niveles de polen alcanzan su máximo diario a última hora de la mañana y primera de la tarde, las horas posteriores al almuerzo son las más propensas a la tos, los estornudos y otros síntomas de alergia.
Si padece alergias, evitar el polen o tomar medicamentos antialérgicos puede ayudarle a pasar el día con menos síntomas. Sin embargo, estos medicamentos pueden provocar somnolencia, lo que no ayudará a esas ganas de echarse la siesta.
A pesar del aumento de las alergias, la tarde es un momento saludable del día para muchas personas. Por lo general, nuestros cuerpos han alcanzado la homeostasis y funcionan a pleno rendimiento cuando nos acercamos a la tarde.
Tarde y noche: Los peores momentos del día para las enfermedades infecciosas
Los datos científicos sugieren que estas últimas horas del día son también las más propicias para la fiebre, los problemas respiratorios y otros síntomas de enfermedades infecciosas. Todos los padres que han estado despiertos hasta altas horas de la noche con niños enfermos pueden confirmar que las horas en las que se supone que deberíamos estar durmiendo suelen ser las peores para los síntomas de resfriados y gripes.
El cortisol alcanza su nivel más bajo durante las 24 horas del día a última hora de la tarde, lo que aumenta el riesgo de sufrir síntomas de resfriado como la tos. Dado que la temperatura corporal es naturalmente más alta por la noche, la fiebre puede alcanzar cifras alarmantes en ese momento. Además, por la noche tenemos niveles más altos de histaminas, la sustancia bioquímica responsable del picor, los estornudos y la secreción nasal.
Acostarse para dormir también puede plantear problemas de salud a un niño enfermo. Acostarse permite que se acumule líquido detrás de las orejas, lo que puede exacerbar el dolor y la presión de un dolor de oídos. También puede aumentar la acumulación de mucosidad en los bronquios, empeorando la tos.
Como todo padre sabe, es importante llegar a la noche preparado. Tome antifebriles, antitusígenos y otros remedios antes de acostarse para evitar sorpresas a medianoche. Acuéstese apoyado en almohadas si se siente congestionado. La mayoría de las enfermedades infecciosas empeoran inevitablemente por la noche, pero los peores síntomas a menudo pueden mitigarse o prevenirse por completo.
Mantener la salud durante el día
Esta información puede utilizarse para promover la buena salud de varias maneras. En primer lugar, los medicamentos y otros tratamientos pueden programarse para que se administren en el momento en que tengan mayor efecto. Esta práctica, conocida como cronofarmacología, ya está ganando adeptos en diversas especialidades médicas.
En segundo lugar, las personas propensas a ciertas enfermedades pueden ser muy cuidadosas en momentos clave del día, evitando riesgos específicos. Por ejemplo, una persona alérgica puede evitar ciertas plantas por la tarde, cuando su reacción alérgica será peor. Las personas con problemas cardiacos pueden evitar los factores estresantes a primera hora de la mañana, que pondrían a prueba su ya de por sí estresado sistema cardiovascular. En definitiva, conocer mejor el funcionamiento de nuestro organismo nos ayudará a llevar una vida más larga y sana.