El TDAH y los trastornos relacionados han aumentado hasta alcanzar niveles casi epidémicos en Estados Unidos. Las investigaciones sugieren que la alteración del ritmo circadiano puede desempeñar un papel clave.
El trastorno por déficit de atención con hiperactividad, también conocido como TDAH, es un problema común en el mundo occidental. Alrededor del 11% de los niños estadounidenses han sido diagnosticados con este trastorno, pero no se limita a la infancia. Más del cuatro por ciento de los adultos también lo padecen, pero se cree que está infradiagnosticado, ya que los adultos pueden aprender mecanismos de afrontamiento que hacen que el TDAH sea menos evidente para los profesionales sanitarios. Las dificultades para prestar atención pueden afectar a todos los aspectos de la vida, desde la educación a las relaciones sociales, pasando por la carrera profesional.
Aumento del TDAH
Los síntomas del TDAH incluyen falta de atención, hiperactividad e impulsividad, que se manifiestan en diversos ámbitos e interfieren en la vida. El trastorno puede controlarse a menudo con medicación y terapia conductual, pero muchas personas tienen dificultades incluso con estos tratamientos estándar. Además, los medicamentos utilizados para tratar el TDAH pueden tener efectos secundarios desagradables. Incluso con un tratamiento precoz y exhaustivo, los déficits de atención y los problemas de conducta asociados afectan a más personas que nunca, con un aumento del 42% sólo en la última década.
Los estadounidenses están sufriendo un aumento del trastorno por déficit de atención con hiperactividad y también un aumento de los trastornos del sueño. ¿Podrían estar relacionados ambos problemas?
La cronobiología del TDAH
Aunque los trastornos del sueño no forman parte de los criterios diagnósticos del TDAH, muchas personas padecen ambos trastornos. Muchos expertos creen que los medicamentos estimulantes utilizados para tratar el trastorno son parcialmente responsables. Sin embargo, es probable que también intervengan otros mecanismos. Los niños que se acuestan tarde pueden actuar de forma hiperactiva para mantenerse despiertos al día siguiente. Además, la falta de sueño puede dificultar la concentración y la memorización de información. Mientras que muchas personas se acostarían temprano después de una noche de insomnio y se sentirían descansadas al día siguiente, las personas con TDAH tienen una alta prevalencia de trastorno de la fase retardada del sueño. Incluso después de un día de agotamiento, les cuesta conciliar el sueño por la noche. Esto crea más síntomas al día siguiente, lo que les aboca al fracaso.
¿Podría tratarse eficazmente el TDAH tratando los trastornos del sueño subyacentes? Varios estudios sugieren que sí. Alrededor de dos tercios de los padres de niños con TDAH observaron una mejora a largo plazo en el comportamiento de sus hijos cuando se les administraba melatonina todas las noches. Se ha comprobado que la fototerapia tiene efectos similares en adultos con este trastorno. También se ha descubierto que corregir los trastornos del ritmo circadiano mitiga algunos de los efectos secundarios de los medicamentos, como el retraso del crecimiento.
Sueño y función mental
¿Cómo se entrelazan a nivel bioquímico el trastorno por déficit de atención con hiperactividad y la biología circadiana? Los investigadores han descubierto que las células de las personas con este trastorno presentan un ritmo circadiano alterado. Además, los genes del reloj BMAL1 y PER2 carecen de su ritmicidad normal. Las personas con este trastorno también tienen alterados los ritmos endocrinos, mostrando una menor variación en la liberación de melatonina, cortisol y otros importantes reguladores hormonales del ritmo circadiano. Se sabe que el insomnio provoca comportamientos similares al TDAH, por lo que la falta de sueño de calidad puede ser en realidad la causa fundamental de este trastorno en muchas personas.
El futuro del tratamiento del TDAH puede estar en los suplementos de melatonina, la fototerapia y otras medidas que aborden las causas profundas de este trastorno. Estos nuevos descubrimientos ofrecen esperanza a millones de personas, incluidos niños, que luchan por pasar el día y dormir por la noche.