Las investigaciones sugieren que la melatonina puede desempeñar un papel importante en el proceso y tratamiento de enfermedades graves como la esclerosis múltiple.
La esclerosis múltiple es frecuente en Estados Unidos y los países del norte de Europa. Si bien en el pasado este diagnóstico era casi una sentencia de muerte segura, los nuevos fármacos y tratamientos están haciendo posible que las personas que padecen ésta y otras enfermedades autoinmunes tengan una vida más larga y saludable. Según nuevos estudios sobre la esclerosis múltiple y la melatonina, mantener un buen sueño y unos niveles saludables de melatonina puede ser especialmente importante para controlar esta enfermedad.
¿Qué es la esclerosis múltiple?
La esclerosis múltiple, también conocida como EM, es una enfermedad autoinmune en la que el propio sistema inmunitario del organismo ataca la mielina, una sustancia parecida al colesterol que aísla los nervios para que puedan conducir los impulsos a gran velocidad. Sin este aislamiento, las personas con esclerosis múltiple pueden sufrir problemas de movimiento, equilibrio, visión, control de esfínteres y otros. También pueden experimentar debilidad, fatiga, dolor crónico y otros síntomas debilitantes. Aunque algunas personas pueden acabar muriendo a causa de la enfermedad, muchas pueden llevar una vida relativamente normal con los tratamientos modernos.
Los expertos no conocen con exactitud las causas de la esclerosis múltiple, pero existen algunos rasgos comunes. La mayoría de las personas que desarrollan EM empiezan a mostrar síntomas entre los 20 y los 40 años. Es mucho más frecuente en mujeres que en hombres. Las infecciones víricas parecen desencadenar a menudo el inicio y las recaídas de la EM. Por último, las personas que desarrollan esta enfermedad tienen más probabilidades de vivir en latitudes septentrionales con menos luz, independientemente de su raza o etnia.
Sueño, melatonina y esclerosis múltiple
Independientemente de la causa de la esclerosis múltiple, ésta parece estar profundamente vinculada al sueño. Más de la mitad de las personas con EM tienen un trastorno del sueño documentado. Esto se debe en parte a problemas como el dolor crónico y la espasticidad muscular, que pueden interferir con el descanso. Sin embargo, la melatonina también parece desempeñar un papel importante.
Muchas personas con EM tienen niveles extremadamente bajos de melatonina y de alfa-MSH, la hormona que estimula la producción de melatonina. La prevalencia de melatonina baja en las personas que padecen esta enfermedad ha llevado a algunos científicos a preguntarse si el fallo de la glándula pineal, que produce y almacena melatonina, puede ser uno de los acontecimientos clave en la exacerbación de los síntomas.
Cronobiología: ¿Una futura opción de tratamiento para la EM?
Estudios recientes sugieren que la melatonina puede ser un tratamiento eficaz para combatir la esclerosis múltiple. La melatonina tiene un efecto antiinflamatorio que puede ayudar a reducir algunos de los daños que sufre la mielina en el cerebro. Además, la melatonina puede ayudar a regular la actividad de distintos tipos de células T, que son importantes en el desarrollo de esta enfermedad. Existen dos tipos de células T: Las células T patógenas, que atacan los tejidos, y las células T reguladoras, que regulan y suprimen la actividad innecesaria de las células T patógenas. Las personas que tienen altos niveles de melatonina tienen niveles más altos de células T reguladoras, lo que puede ayudar a prevenir gran parte del daño asociado con la EM. Esta podría ser la razón por la que las personas con esta enfermedad suelen sufrir menos brotes y recaídas en los meses de clima frío, cuando la luz es escasa y los niveles de melatonina altos.
¿Podría ser la melatonina una opción de tratamiento segura y eficaz para la esclerosis múltiple? Aunque se necesitan más estudios en este campo, las pruebas sugieren que esta hormona puede ser útil para muchas personas que luchan contra esta enfermedad debilitante. La melatonina afecta a mucho más que el sueño, con diversas funciones en la salud humana que apenas estamos empezando a descubrir.