¿Le cuesta dormir? ¿Tiene mala memoria? Nuevas investigaciones sobre la consolidación de la memoria sugieren que estos dos síntomas tan distintos pueden estar relacionados.
Las dificultades de memoria son un problema común que afecta a casi el 13% de las personas mayores de 60 años y a una proporción considerable de personas más jóvenes. Aunque este problema común y a menudo debilitante suele ser un signo de enfermedad, también afecta a muchas personas sanas. Nuevas investigaciones sugieren que el sueño, en particular la actividad autonómica durante el mismo, es una parte importante de un paso crucial en la consolidación de la memoria.
El proceso de la memoria
La memoria es el proceso de almacenamiento y acceso a la información a lo largo del tiempo. Esta sencilla acción se rige por un complejo proceso en el que intervienen varias partes del cerebro. En primer lugar, debemos fijarnos en la información e integrarla, un proceso que tiene lugar en el hipocampo. La información emocional se procesa en la amígdala. A continuación, esta información se almacena en la memoria a corto plazo. Si la información se utiliza repetidamente, se convierte en memoria a largo plazo en un proceso conocido como consolidación de la memoria. Gran parte de la consolidación de la memoria se produce mientras dormimos, sobre todo durante la fase REM.
Sin el proceso de consolidación de la memoria, no podemos crear nuevos recuerdos a largo plazo. Las personas que tienen problemas para recordar los nombres de nuevos compañeros de trabajo, por ejemplo, pueden tener un déficit en la consolidación de la memoria.
Sueño, consolidación de la memoria y autonomía
El sistema nervioso autónomo es la parte del cuerpo que controla actividades involuntarias como el ritmo cardíaco, la respiración y la digestión. La actividad autonómica varía durante el sueño de forma predecible. Este ritmo autonómico parece ser muy importante en el proceso de almacenamiento de recuerdos a largo plazo, según un nuevo estudio.
Para determinar el papel del sistema nervioso autónomo en la memoria, los investigadores observaron a un grupo de voluntarios antes, durante y después de una siesta al mediodía. Los que presentaban los cambios esperados en la actividad autonómica durante el sueño REM mostraron una mayor consolidación de los recuerdos al ser examinados después de despertar. Aún se desconoce exactamente cómo diferencias como un cambio en la frecuencia cardiaca pueden afectar a la memoria. Sin embargo, está claro que esta actividad parece desempeñar un papel en el proceso de almacenamiento de los recuerdos a largo plazo.
¿Podrían los trastornos del ritmo circadiano afectar a la memoria?
No es la primera vez que se descubre que los trastornos del ritmo circadiano afectan a la memoria. Un estudio anterior descubrió que el sueño está profundamente ligado a la memoria. Nuestro núcleo supraquiasmático es la parte del cerebro que gobierna nuestros relojes internos. Parece que lo hace controlando los niveles de sustancias bioquímicas como la melatonina y el GABA, un neurotransmisor inhibidor. Cuando se bloquea el GABA durante el sueño, los animales de experimentación con trastornos del ritmo circadiano y demencia mostraron mejoras en la memoria.
Muchas personas sufren trastornos del sueño y pueden tener una menor función de la memoria sin ni siquiera darse cuenta. Además, algunas de las formas más debilitantes de demencia, como la enfermedad de Alzheimer, implican cambios en los patrones de sueño. Es posible que tomar medidas para fomentar un buen sueño, especialmente una actividad REM saludable, pueda mejorar la memoria.
Los vínculos entre el sueño y la memoria se van sumando: El sueño y la memoria están inseparablemente unidos. Aunque a menudo se sacrifica el sueño para estudiar o trabajar, esto puede ser contraproducente. La gente necesita dormir para formar recuerdos a largo plazo y para funcionar bien a lo largo del día.