Cuando la epilepsia ataca es un duro golpe, no sólo para las personas afectadas, sino también para sus seres queridos. La búsqueda de una cura puede consumir a una familia, haciendo difícil pensar en otra cosa mientras persistan los síntomas.
El intrincado diseño del cuerpo humano es realmente maravilloso. Cada sistema en particular es tan complejo, con tantas variables, que comprender realmente cómo controlar o vencer una enfermedad como la epilepsia requiere una percepción y un discernimiento increíbles. A veces, requiere un médico que esté dispuesto a pensar fuera de la caja con respecto no sólo a qué medicamentos prescribir, sino cuándo prescribir su uso.
La epilepsia y el reloj interno
Durante muchos años, la ciencia ha comprendido que el reloj interno ejerce una poderosa influencia sobre el cuerpo. Sin embargo, saber que este reloj interno es influyente y comprender cómo aprovechar esa influencia para afectar a la curación es un área en la que muchos médicos estadounidenses carecen de formación.
En 1971, los investigadores Alain Reinberg y Franz Halberg descubrieron que los tratamientos farmacéuticos podían optimizarse alineándolos con determinados ritmos circadianos. Gracias a los nuevos avances de la ciencia en los últimos años, el estudio de la cronofarmacología ha vuelto a captar el interés de quienes están decididos a hacer más eficaces diversos tratamientos. La epilepsia es un ejemplo perfecto de cómo una mejor comprensión de la cronobiología, es decir, el estudio de cómo los distintos ritmos rigen nuestro cuerpo, puede servir para aumentar la eficacia de los medicamentos.
Un nuevo e interesante estudio publicado en la revista médica ChronoPhysiology and Therapy examina las posibilidades de tratamiento de la epilepsia, como la cronoterapia, que a menudo se pasan por alto. La cronofarmacología, es decir, el estudio de cómo la eficacia de los fármacos puede verse alterada por la sincronización de los acontecimientos y ritmos biológicos, se basa en la comprensión de que las patologías siguen patrones claros: Algunas son ciclos de 24 horas, otras ritmos ultradianos, diurnos o estacionales. Administrando el tratamiento y la medicación en los segmentos horarios de máxima actividad de esas patologías, los pacientes pueden minimizar los efectos secundarios negativos y maximizar la potencia de los tratamientos.
La cronoterapia en la lucha contra la epilepsia
Aunque la mayoría de los profesionales médicos son muy conscientes de la importancia de tener en cuenta factores como el metabolismo, la absorción y la excreción, apenas están empezando a darse cuenta de hasta qué punto los ritmos circadianos, o el ciclo de 24 horas, también pueden utilizarse para desempeñar un papel importante en el procesamiento de tratamientos y medicamentos por parte del organismo.
Además de la cronofarmacología, pueden emplearse otras formas de cronoterapia para tratar al paciente epiléptico. Un ejemplo de ello es la fototerapia, que puede ajustar los desequilibrios circadianos en un esfuerzo por corregir los problemas ocultos que contribuyen a la epilepsia.
La fototerapia es una idea especialmente interesante para muchos que desean explorar métodos más naturales de tratamiento de la epilepsia. La luz solar, que ayuda a regular la vitamina D y la melatonina, ya se utiliza con gran éxito entre quienes sufren depresión. Dado que tanto la melatonina como la vitamina D influyen en la frecuencia y gravedad de los ataques, esta terapia menos invasiva resulta prometedora.