Las personas que viven con la enfermedad de Parkinson descubren rápidamente que incluso las tareas rutinarias se vuelven difíciles a medida que avanza la enfermedad. Es frecuente que la enfermedad de Parkinson y los trastornos del sueño vayan de la mano. Nuevas investigaciones en cronobiología sugieren que la melatonina, en particular la de liberación programada, no sólo puede ayudar a las personas con enfermedad de Parkinson a conciliar el sueño que necesitan, sino también a ralentizar el curso de esta devastadora enfermedad.
La enfermedad de Parkinson y el sueño
La enfermedad de Parkinson, o EP, es una de las enfermedades neurodegenerativas más comunes, que afecta a millones de personas. Sus cuatro efectos principales son la rigidez muscular, los temblores, la bradicinesia (o lentitud de movimientos) y la sensación de inestabilidad cuando se está erguido. Sin embargo, también son muy frecuentes los trastornos del sueño y las alteraciones emocionales. De hecho, muchas personas desarrollan los trastornos del sueño asociados a la EP antes de tener cualquier otro síntoma de la enfermedad.
Las personas con EP suelen tener problemas para conciliar el sueño y permanecer dormidas. El sueño REM está especialmente alterado, y se produce demasiado tarde en el ciclo de sueño o incluso no se produce en absoluto. Además, muchos padecen apnea del sueño, lo que reduce enormemente la calidad del sueño. Gran parte de la fatiga y las alteraciones emocionales de esta enfermedad pueden deberse a los trastornos del sueño que forman parte de la enfermedad de Parkinson.
La fisiopatología de los trastornos del sueño relacionados con la enfermedad de Parkinson
La melatonina es la principal hormona asociada al sueño. Secretada por la glándula pineal a partir de señales del núcleo supraquiasmático del cerebro, la melatonina se une a receptores en las células y activa o desactiva genes dependientes del tiempo. Mientras que el núcleo supraquiasmático no se ve afectado por la enfermedad de Parkinson, los receptores de melatonina parecen disminuir sustancialmente en las áreas del cerebro asociadas a la enfermedad de Parkinson. Esto impide que la melatonina estimule el sueño en las personas que padecen EP y deja al ritmo circadiano sin una de sus principales fuentes de regulación.
¿Cómo puede ayudar la melatonina de liberación prolongada?
La melatonina se ha utilizado durante mucho tiempo para tratar los trastornos del sueño. Los investigadores han descubierto que, aunque la melatonina de inicio rápido es mejor para los trastornos de inicio del sueño o los trastornos que causan dificultad para conciliar el sueño, no es eficaz para los trastornos de mantenimiento del sueño. Las personas que padecen trastornos del mantenimiento del sueño tienen dificultades para permanecer dormidas y, por tanto, necesitan una dosis constante de esta hormona a lo largo de la noche, imitando los niveles de melatonina de las personas que tienen un patrón de sueño saludable.
Las personas con enfermedad de Parkinson suelen tener trastornos tanto del inicio como del mantenimiento del sueño. Es importante que tengan un régimen de cronoterapia que incluya melatonina de liberación programada para que puedan dormir toda la noche. Esto no sólo hace que estén más cómodos y descansados, sino que las investigaciones sugieren que algunos síntomas del Parkinson se hacen menos graves al tener un sueño adecuado.
¿Puede la melatonina tratar otros síntomas de la enfermedad de Parkinson?
Las personas con enfermedad de Parkinson que toman melatonina tienden a tener menos síntomas de menor gravedad que las que no la toman. Durante mucho tiempo, esto se atribuyó a la naturaleza reparadora de un sueño adecuado. Sin embargo, ahora sabemos que la melatonina no sólo es una hormona inductora del sueño, sino también neuroprotectora. Aunque todavía se está investigando, se cree que las cualidades neuroprotectoras de la melatonina ralentizan la progresión de la EP, retrasando el daño neurológico que causa la pérdida progresiva de la función neuromuscular.
El ritmo circadiano, es decir, el ciclo de aproximadamente 24 horas del cuerpo, también es un factor importante que debe tenerse en cuenta a la hora de administrar otros medicamentos a las personas con EP. Los inhibidores de la COMT, por ejemplo, son una clase común de fármacos utilizados para tratar la enfermedad de Parkinson. Éstos se absorben en niveles mucho más altos cuando se toman por la mañana, ofreciendo así un mayor efecto terapéutico. Dado que el tratamiento de la EP es complicado, es importante tomar los fármacos en los momentos en los que serán más eficaces.
Los estudios en el campo de la cronobiología están ofreciendo nuevos tratamientos para algunas de las enfermedades más difíciles de la humanidad. Las personas que padecen la enfermedad de Parkinson podrían obtener pronto el sueño que necesitan para funcionar, así como tratamientos más eficaces, gracias a una mejor comprensión de los efectos de esta enfermedad sobre el ritmo circadiano.