Con el aumento del uso de dispositivos que emiten luz azul, como los teléfonos móviles y las tabletas, y de la iluminación artificial, como las luces LED, el posible impacto de la luz azul en la salud ha sido objeto de una mayor atención por parte de los investigadores. Los estudios han demostrado que la luz azul puede afectar a la producción de melatonina, la calidad del sueño, el ritmo circadiano y la salud ocular. Afortunadamente, se está tomando conciencia de estos posibles problemas de salud. Sin embargo, es importante saber que las nuevas investigaciones sugieren que la luz azul daña la piel, algo que es preocupante no sólo en términos de apariencia, sino también -principalmente, se podría argumentar- porque la piel es el órgano más grande. Su salud es importante.
Sueño, ritmo circadiano y salud ocular
Para la producción de melatonina, la calidad del sueño y la salud del ritmo circadiano, el momento de exposición a la luz azul es importante. Nuestra mayor exposición a la luz azul es al aire libre. Al fin y al cabo, el cielo nos parece azul gracias a la luz azul. Durante la mayor parte de la historia de la humanidad, el sol ha sido nuestra principal exposición a la luz azul. Sin embargo, los tiempos han cambiado y nos han traído la iluminación artificial y multitud de dispositivos modernos. Nuestra exposición a la luz azul ya no está limitada por la disponibilidad de luz natural.
Mientras que la exposición a la luz azul durante el día es importante para la salud del ritmo circadiano, la exposición a la luz azul por la noche puede suprimir la producción de melatonina. Esta hormona, entre sus otras importantes funciones en el organismo, ayuda a sentir sueño, facilitando el sueño reparador que es tan importante para la salud y el bienestar general.
La supresión de la producción de melatonina puede retrasar el ritmo del sueño, lo que puede tener un impacto negativo en la calidad del sueño y alterar el ritmo circadiano, todo lo cual puede afectar negativamente a la salud física y mental de varias maneras. Esa exposición adicional a la luz azul también puede afectar a la salud ocular, aumentando el riesgo de desarrollar fatiga visual digital, degeneración macular y cataratas.
Cómo daña la piel la luz azul
La luz azul es un tipo de luz visible que se caracteriza por ser de alta energía y onda corta. Esas ondas cortas se dispersan más fácilmente, razón por la cual el cielo aparece azul a nuestros ojos. Este tipo de luz, según investigaciones recientes, puede dañar la piel con el tiempo de diversas maneras.
Según un estudio realizado por un equipo de investigadores de Berlín (Alemania) y publicado en Oxidative Medicine and Cellular Longevity, una revista revisada por expertos, la exposición a la luz azul produce radicales libres, también denominados átomos inestables, que contribuyen al estrés oxidativo, vinculado al envejecimiento y al aumento del riesgo de varias enfermedades, como el cáncer, la diabetes, las cardiopatías y algunas enfermedades neurodegenerativas.
Ese aumento de radicales libres y el consiguiente estrés oxidativo pueden contribuir a dañar el ADN, así como el colágeno y la elastina, ambos esenciales para la salud y el aspecto de la piel. Una investigación publicada en el Journal of Investigative Dermatology descubrió que la exposición a la luz azul puede contribuir al envejecimiento prematuro de la piel y a desarrollar hiperpigmentación. Según un estudio publicado en el Journal of Cosmetic Dermatology, existen indicios de que, si bien la exposición a la luz azul de baja energía y alta energía puede ser beneficiosa para la piel en algunas circunstancias, actuando para prevenir o reducir el riesgo de algunas enfermedades cutáneas, la exposición prolongada o excesiva a la luz azul de alta energía puede ser perjudicial, incluso debilitando potencialmente la capacidad de la piel para funcionar como barrera; una de sus tareas más importantes.
Sea más consciente de la exposición a la luz azul
La exposición a la luz azul no se puede evitar. De hecho, sería perjudicial para la salud evitarla por completo. Sin embargo, una exposición excesiva y en el momento equivocado puede tener un impacto real en su salud, causando daños reales a los ojos y la piel, al tiempo que aumenta el riesgo de enfermedad en una variedad de maneras. Por eso es importante prestar más atención a la exposición a la luz azul. Asegúrese de exponerse diariamente a la luz natural por la mañana. Esfuércese por exponerse a la luz natural a lo largo del día y al final de la tarde, cuando la luz se desvanece.
Utilice esa luz natural que se va desvaneciendo como guía para una exposición saludable a la luz. Limite su exposición a luces artificiales brillantes por la noche. Evite utilizar los dispositivos que emiten luz azul, como el teléfono móvil, la tableta y el ordenador, entre dos y tres horas antes de acostarse. Mantén esos dispositivos fuera del dormitorio. Asegúrese de que el dormitorio esté a oscuras mientras duerme. Coloque cortinas oscuras o persianas si las luces de la calle y otros tipos de iluminación urbana son un problema.
Las elecciones saludables pueden ayudar a mitigar los daños
Vivimos en un mundo moderno con exigencias modernas, así que lo más probable es que no reduzcamos la exposición a la luz azul vespertina y nocturna tanto como deberíamos. Reduzca todo lo que pueda y siga trabajando para alcanzar ese objetivo, pero también tome otras decisiones saludables para ayudar a mitigar el daño potencial.
Siga una dieta sana centrada en alimentos reales e integrales, incluidos los ricos en antioxidantes, como las bayas, las verduras de hoja verde oscura, las verduras de color naranja intenso, los cítricos y los tomates. Elimine los alimentos ultraprocesados. No son saludables, contribuyen al estrés oxidativo y aumentan el riesgo de enfermedad. Asegúrese de realizar suficiente actividad física todos los días.