Nuestro mundo está iluminado las 24 horas del día. Esta exposición constante a la luz artificial puede tener más efectos sobre la salud de los que creemos.
La luz artificial cambió el mundo de muchas maneras. De repente, la gente no dependía del sol para ser productiva: El trabajo, el juego y la socialización podían tener lugar a cualquier hora del día. Con la llegada de los ordenadores, los teléfonos inteligentes y otros dispositivos, nuestro mundo está constantemente bañado en luz. ¿Cómo afecta esto a nuestra salud?
Los efectos sobre la salud de la luz artificial constante
Según un estudio reciente, la exposición a la luz artificial que es una constante en muchos ámbitos puede tener graves efectos sobre la salud. Se estudiaron dos grupos de ratones, uno expuesto a ciclos irregulares de luz-oscuridad y otro expuesto a luz constante. Los resultados fueron sorprendentes: Los ratones expuestos a luz constante vieron cómo su salud se deterioraba mucho más rápidamente, desarrollando osteoporosis e incluso perdiendo músculo. Además, estos ratones tenían niveles más altos de una clase inflamatoria de moléculas conocidas como citoquinas. Las citoquinas están implicadas en diversos problemas de salud, desde enfermedades autoinmunes hasta el cáncer.
Y lo que es aún más sorprendente, estos importantes cambios negativos en la salud se produjeron en tan sólo unos meses. Aunque los animales muestran algunos efectos por estar en oscuridad constante, como depresión, fatiga y aumento de peso, estar en luz constante parece ser mucho peor para nuestra salud. Los investigadores observaron que hasta el 75% de la población mundial vive actualmente en una zona donde la luz ambiental es constante.
Contaminación lumínica y salud humana
Aunque este estudio presenta nuevos efectos relacionados con la exposición constante a la luz, no es el primero que cuestiona cómo puede afectar esta luz a nuestra salud. Estudios anteriores han constatado que muchas personas del mundo occidental viven en una zona que sufre contaminación lumínica, es decir, una presencia constante de luz ambiental. Muchas personas no pueden ver la mayoría de las estrellas del cielo nocturno debido a esta luz.
Esta luz no sólo puede afectar a nuestros huesos y músculos, sino que también puede estar afectando a nuestra salud de diversas maneras. Entre las personas que viven en zonas con contaminación lumínica, el 29% afirma tener dificultades para conciliar el sueño. Esto puede deberse a una baja producción de melatonina cuando las retinas de los ojos perciben la luz. Se sabe que esta falta de sueño de calidad contribuye a diversas enfermedades, desde cardiopatías hasta cáncer. Además, gran parte de esta luz es artificial, creada por bombillas y dispositivos. Estos dispositivos emiten longitudes de onda de luz azul y blanca, los dos colores que, según los estudios de biología circadiana, tienen los efectos más negativos en los ciclos de sueño-vigilia humanos.
La mayoría de nosotros teníamos miedo a la oscuridad cuando éramos niños. Sin embargo, parece que deberíamos temer más a la luz. Mientras que una cantidad moderada de luz durante el día es saludable para nosotros, demasiada luz puede tener efectos muy graves para la salud. Las personas evolucionamos para tener mucha luz brillante durante el día y oscuridad total por la noche. Cuando nos desviamos de este patrón innato, lo hacemos por nuestra cuenta y riesgo.