Los científicos saben desde hace tiempo que el trabajo por turnos aumenta las probabilidades de padecer cáncer de mama. Sin embargo, nuevas investigaciones sugieren que incluso las personas que trabajan en horarios normales pueden tener un mayor riesgo de padecer este devastador cáncer si presentan un factor aparentemente inocente: La exposición a la luz exterior por la noche. Dado que los niveles de contaminación lumínica son una amenaza muy real y creciente en muchas partes del mundo, esto podría convertirse en una crisis de salud pública.
Los efectos de la luz exterior por la noche
¿Vive en una zona donde las luces brillan toda la noche? Aunque es habitual, también puede ser muy perjudicial para la salud. Los investigadores estudiaron a más de 100.000 mujeres, incluyendo su zona, factores de riesgo y tasas de cáncer. Cuando se ajustaron otros factores de riesgo, las mujeres que vivían en zonas con mucha contaminación lumínica tenían un 14% más de riesgo de desarrollar cáncer de mama. Esto sugiere que la contaminación lumínica puede ser un factor importante que contribuye al cáncer de mama en Estados Unidos y Europa.
Dado que el cáncer de mama es uno de los más mortales en Estados Unidos, se plantean preguntas interesantes. ¿Debe añadirse la contaminación lumínica al largo y creciente número de factores de riesgo del cáncer de mama, entre los que se incluyen los antecedentes familiares, las mutaciones genéticas, el tabaquismo, el consumo de alcohol y la falta de ejercicio? ¿Deberían las mujeres con alto riesgo de cáncer de mama mudarse a una zona rural oscura por la noche o colgar cortinas opacas en sus dormitorios? ¿Deberíamos todos tomar medidas activas para reducir la cantidad de luz a la que estamos expuestos por la noche?
Cáncer y ritmo circadiano
Aunque pueda parecer chocante que la exposición a la luz exterior por la noche aumente el riesgo de cáncer, esta conclusión ha sido respaldada por una gran variedad de estudios previos. Se sabe que la melatonina, una hormona que se libera principalmente cuando las retinas de nuestros ojos perciben la oscuridad, actúa como antioxidante y estimula la reparación del ADN. Ambas cosas pueden disminuir el riesgo de que las células se vuelvan malignas. Además, la exposición a la luz a altas horas de la noche interfiere con los horarios normales de sueño. La alteración del ritmo circadiano parece tener un efecto negativo en el riesgo de cáncer.
Por último, las personas con un ritmo circadiano alterado son menos propensas a tomar decisiones saludables que reduzcan el riesgo de cáncer. Las personas agotadas tienden a ingerir más calorías, a elegir alimentos menos saludables y a hacer menos ejercicio. La mayoría de las personas que están cansadas sólo pueden pensar en mantenerse despiertas y pasar el día. Como es más probable que suframos alteraciones metabólicas cuando no dormimos lo suficiente, estas malas decisiones pueden tener graves efectos sobre la salud a largo plazo.
El problema de la contaminación lumínica
Uno de los principales problemas de estos nuevos conocimientos es que la contaminación lumínica parece ser prácticamente inevitable para las personas que viven en una gran ciudad o cerca de ella. El resplandor de Los Ángeles puede verse hasta a 200 millas de distancia, por lo que a los residentes les resulta difícil escapar de él. El 99% de los habitantes del territorio continental de Estados Unidos están expuestos a una contaminación lumínica suficiente para influir de forma apreciable en su salud.
Los animales también se ven afectados por la presencia constante de luz eléctrica en nuestro mundo. La contaminación lumínica puede alterar su forma de migrar, alimentarse y reproducirse. Por ejemplo, las tortugas marinas están preparadas por la evolución para arrastrarse hacia la luz cuando salen del cascarón. Sin embargo, las luces de las ciudades pueden hacer que se arrastren hacia las autopistas en lugar de hacia el océano, una elección mortal. Los animales también pueden sufrir un alto riesgo de enfermedad debido a un ritmo circadiano desregulado, similar al de los humanos. Todos sufrimos la contaminación lumínica.
Reducir los efectos de la contaminación lumínica
Si quieres reducir los efectos de la contaminación lumínica sin tener que mudarte al medio de la nada, hay algunas cosas que puedes hacer. Considera la posibilidad de hacer algunos de los siguientes cambios:
- Apague las luces y los aparatos electrónicos al menos una hora antes de acostarse.
- Considere la posibilidad de utilizar cortinas opacas u otras cortinas diseñadas para impedir el paso de la mayor cantidad de luz posible.
- Utilice bombillas amarillas en el exterior. Es menos probable que interfieran con el sueño y también menos probable que influyan negativamente en el comportamiento de los animales.
- Abogue por leyes que fomenten o impongan el apagado de las luces por la noche.
- Utiliza bombillas más tenues en lugar de las de mayor potencia.
No hay forma de escapar completamente de la luz en la mayor parte de Estados Unidos y Europa. Sin embargo, reducir la exposición a la contaminación lumínica puede disminuir significativamente el riesgo de padecer enfermedades. Del mismo modo que sigue una dieta sana y hace ejercicio a diario para reducir el riesgo de enfermedad, es importante asegurarse de que también duerme lo suficiente.
La contaminación lumínica que baña la mayor parte de nuestro país puede estar enfermándonos. Sin embargo, hay formas de reducir el impacto de este tipo de contaminación. Tomar medidas para reducir la luz ambiental nos permitirá disfrutar de noches más oscuras y estrelladas en los años venideros, al tiempo que nos ayudará a mantenernos sanos y libres de cáncer.