Un estudio publicado recientemente y realizado por investigadores de la Universidad de York y la Universidad de Cambridge descubrió que la falta de sueño favorece los pensamientos no deseados, así como los patrones de pensamiento negativos y repetitivos. Los resultados del estudio también indicaron que dormir poco disminuye la capacidad de controlar este tipo de pensamientos.
Aunque investigaciones anteriores pudieron establecer una conexión entre la mala calidad del sueño y los pensamientos no deseados, la causalidad fue un poco más difícil de precisar. Este nuevo estudio, sin embargo, fue capaz de precisar cómo el sueño afecta a la propia mecánica de la cognición.
La conexión entre el sueño y los pensamientos negativos
Un estudio anterior de la Universidad Estatal de Nueva York en Binghamton, publicado en la edición de marzo de 2018 del Journal of Behavior Therapy and Experimental Psychiatry, reveló una conexión entre la calidad del sueño y los pensamientos negativos repetitivos. Los sujetos del estudio fueron elegidos específicamente por sus altas puntuaciones en el Cuestionario de Pensamiento Perseverativo, una prueba predictiva diseñada para medir las tendencias de pensamiento repetitivo.
En el estudio, se mostró a los sujetos una variedad de imágenes emparejadas; algunas seleccionadas por su impacto emocional y otras por su neutralidad emocional. Utilizando movimientos oculares para medir cuánta atención prestaban los sujetos a cada imagen, los investigadores registraron los datos de sus respuestas. Los investigadores también interrogaron a los sujetos sobre sus hábitos de sueño y la calidad del mismo.
Al comparar los dos conjuntos de datos, los investigadores observaron que los sujetos con peor calidad de sueño tardaban más en desviar su atención de los estímulos negativos. De hecho, cuanto peor dormía un sujeto, más tardaba en desviar la atención.
El pensamiento repetitivo puede afectar al bienestar mental
El pensamiento repetitivo, o patrón recurrente de pensamientos no deseados, puede incluir el diálogo interno negativo, la preocupación y la rumiación. Más intensa que la preocupación y a menudo teñida de vergüenza, autorrecriminación o autodesprecio, la rumiación puede producir un profundo surco de repetición negativa que puede rozar la obsesión.
Como explica la profesora Meredith E. Coles, de la Universidad Estatal de Nueva York en Binghamton, este tipo de pensamiento está asociado a diversos trastornos psicológicos, como la depresión y la ansiedad. El trastorno obsesivo-compulsivo también puede presentar pensamientos intrusivos y repetitivos, al igual que el trastorno de estrés postraumático.
Los resultados del estudio plantean interrogantes sobre la posibilidad de que la mejora de la calidad del sueño alivie los síntomas de estos trastornos, e incluso pueda desempeñar un papel en su tratamiento. Sin embargo, aunque invita a la reflexión, este estudio concreto no incluyó un grupo de control. Sin un grupo de control, se puede determinar una correlación, pero la causalidad sigue estando fuera de alcance.
Comprender cómo la privación del sueño fomenta los pensamientos no deseados
El estudio más reciente de la Universidad de York sí incorporó un grupo de control. El objetivo era comprobar si la falta de sueño afectaba o no a la capacidad de una persona para controlar los pensamientos no deseados. En el ensayo, los investigadores emparejaron imágenes de caras con otros tipos de imágenes, algunas negativas y otras neutras. La intención era que los sujetos asociaran el rostro con la imagen, de modo que el rostro pudiera evocar el recuerdo de la imagen con la que se emparejaba. También enseñaron a los participantes técnicas específicas para suprimir los recuerdos que les resultaban desagradables.
Se dividió a los participantes en dos grupos. A un grupo se le permitió dormir la noche anterior a la prueba y al otro se le privó de sueño antes de la prueba. La tarea de los participantes durante la prueba consistía en suprimir las imágenes asociadas a las caras; en otras palabras, no permitir que esas imágenes se entrometieran.
El estudio reveló que los del grupo privado de sueño tenían un 50 por ciento más de pensamientos no deseados que los del grupo que dormía. Los que durmieron antes de las pruebas descubrieron que, a medida que transcurría el periodo de estudio, controlar los pensamientos reprimidos resultaba más fácil.
Los investigadores atribuyeron este efecto al papel que desempeña un sueño suficiente en la mecánica fundamental de los procesos cognitivos. La falta de sueño compromete la eficacia de las actividades cerebrales prefrontales y, por tanto, los procesos que dependen de esas actividades. Los investigadores sospechan que la falta de sueño tiene un impacto negativo en el funcionamiento de las redes neuronales encargadas específicamente del control inhibitorio, así como en la comunicación cerebral con y entre partes del lóbulo temporal medial, que está relacionado con la memoria, el aprendizaje y la emoción.
Formas de mejorar la calidad del sueño
Esta investigación subraya la importancia de dar prioridad al sueño reparador. Para garantizar un sueño reparador, cree un espacio cómodo para dormir. Normalmente, las personas duermen mejor en espacios oscuros, tranquilos, frescos y con buena ropa de cama. Proteja su ritmo circadiano intentando mantener unos horarios fijos para dormir y levantarse, una exposición diaria al sol y ejercicio u otra actividad física por la mañana o por la tarde. Establezca una rutina agradable a la hora de acostarse para relajarse por la noche y facilitar la transición a un sueño reparador, quizás incorporando elementos como técnicas de relajación y aromaterapia. Apague la televisión. Mejor aún, sáquela del dormitorio.
Loscambios en la dieta también pueden mejorar el sueño. Adoptar una dieta mediterránea rica en nutrientes, alejar las comidas copiosas de la hora de acostarse y limitar el consumo de cafeína por la tarde y por la noche pueden favorecer un sueño reparador. Las bebidas alcohólicas también deben limitarse para mejorar la calidad del sueño. Procure hidratarse durante el día y reducir la ingesta de líquidos cuando se acerque la hora de acostarse para aumentar las probabilidades de dormir toda la noche.
No se sienta culpable por resistirse a las exigencias del trabajo y decir no a las actividades que interfieren con un sueño saludable. Como revela el estudio de la Universidad de York, la privación de sueño fomenta pensamientos no deseados a través de la interrupción de una serie de procesos cognitivos. El sueño es vital para la función cerebral y el bienestar mental. Merece que le des prioridad en tu vida.