¿Ha oído el consejo popular de evitar comer por la noche? ¿Le han dicho alguna vez que desayunar abundantemente puede ayudar a perder peso? En varios estudios de cronobiología publicados recientemente se han revelado numerosos vínculos entre los relojes internos y el sistema endocrino. Algunas de las investigaciones más recientes sugieren que los niveles de glucosa en sangre están inseparablemente conectados a nuestro ritmo circadiano y se desestabilizan cuando el reloj natural de 24 horas de una persona no está sincronizado.
La glucosa en sangre y el ritmo circadiano
Los endocrinólogos y otros profesionales sanitarios que trabajan con pacientes diabéticos saben desde hace tiempo que los niveles de glucosa en sangre varían con la hora del día, incluso independientemente de los hábitos alimentarios y el uso de insulina. Muchas personas diabéticas experimentan lo que se conoce como fenómeno del amanecer, en el que el hígado libera grandes cantidades de glucosa en el torrente sanguíneo justo antes del amanecer. El nivel de azúcar en sangre puede ser tanto como el que contienen dos latas de refresco normal. Esto puede causar problemas a las personas con una diabetes difícil de controlar. Además, se aconseja a los diabéticos que no tomen comidas ricas en carbohidratos a altas horas de la noche, ya que esto suele provocar niveles de glucosa en sangre más elevados que los que provocarían los mismos alimentos a otras horas del día.
La posibilidad de que exista una relación entre el ritmo circadiano y los niveles de glucosa en sangre se analizó más a fondo en un estudio de 2014 en el que se descubrió que los trabajadores por turnos tienen un mayor riesgo de diabetes en comparación con la población. Sin embargo, se desconocía la causa bioquímica exacta de este vínculo. Un nuevo estudio en cronobiología ha conectado los puntos, mostrando que tanto los niveles de glucosa en sangre como la resistencia a la insulina están sujetos a un reloj interno de 24 horas. Trabajar en turnos de tarde y noche altera el ritmo circadiano y desincroniza el comportamiento con los niveles hormonales que dependen del tiempo. Esto puede dar lugar a una amplia gama de problemas de salud, como cáncer, enfermedades cardíacas y diabetes.
Alimentación, sueño y trabajo por turnos
En este estudio reciente, un grupo de personas vivía en condiciones de laboratorio rígidamente controladas. Su dieta y el tiempo que pasaban durmiendo eran idénticos. Sin embargo, se modificaron los horarios para ver su efecto sobre la salud cuando todos los demás factores son iguales.
Durante ocho días, los participantes en el estudio siguieron un ritmo diario normal con desayuno por la mañana, cena por la tarde y sueño por la noche. A continuación, se invirtió este horario durante cuatro semanas. Los participantes desayunaban por la tarde, trabajaban toda la noche, cenaban por la mañana y dormían todo el día. Los niveles de glucosa en sangre se controlaron durante todo el experimento, con resultados sorprendentes. Los niveles de glucosa en sangre después de las comidas eran un 17% más altos por la noche que por la mañana, incluso después de comidas idénticas. Esto ocurría independientemente del turno de trabajo de los participantes en el estudio.
No se trata sólo de lo que se come, sino de cuándo se come
Esta nueva información ofrece una posible explicación del hecho de que los trabajadores por turnos sean más propensos a desarrollar diabetes. En el mundo occidental, los desayunos tienen un mayor contenido en carbohidratos que las cenas; ingerir este tipo de comidas por la noche puede provocar fluctuaciones sostenidas de azúcar en sangre que, a la larga, causan resistencia a la insulina. Cuando las personas llevan una vida que no está en sintonía con el ritmo natural de su sistema endocrino, los niveles de glucosa en sangre pueden volverse lo suficientemente inestables como para contribuir al desarrollo de la diabetes. Esta es probablemente la causa de los niveles más elevados de diabetes en los trabajadores por turnos.
Además, esto explica por qué los trabajadores por turnos suelen tener más dificultades para controlar la diabetes y son más propensos a la obesidad. Una discrepancia entre el estilo de vida actual y los ritmos naturales del cuerpo, denominada desajuste circadiano, puede ser devastadora para la salud.
Esta nueva información no se aplica sólo a los trabajadores por turnos. Muchas personas llevan una vida ajetreada en la que su ritmo circadiano queda relegado a un segundo plano. El aumento de la obesidad, el síndrome metabólico y la diabetes de tipo 2 puede estar relacionado con el desajuste circadiano generalizado.
El futuro de una dieta basada en la cronobiología
Los retos de la vida moderna no van a desaparecer, pero pueden gestionarse para que estén mejor alineados con nuestro ritmo circadiano. Por ejemplo, las comidas más ricas en carbohidratos pueden tomarse al mediodía en lugar de por la noche y así tener menos efecto sobre la glucosa en sangre. Los trabajadores por turnos y otras personas que no pueden dormir a horas normales pueden recurrir a la fototerapia y a los suplementos de melatonina para alinear su ritmo circadiano con el ritmo de su vida y sus hábitos alimentarios. De hecho, los profesionales médicos ya están realizando ensayos de investigación para determinar si programar la ingesta de alimentos a determinadas horas puede tener inmensos efectos positivos para la salud, incluso para las personas que trabajan en un turno diurno normal.
Está claro que nuestros relojes internos están relacionados con los niveles de glucosa en sangre y las numerosas enfermedades asociadas a su descontrol. A las personas modernas les vendrá muy bien saber cómo pueden introducir sencillos cambios en su estilo de vida para mejorar su salud general.