La mayoría de la gente es consciente de los muchos factores que contribuyen al aumento de peso y la obesidad, como la mala alimentación y el letargo. Sin embargo, la ciencia ha demostrado que una cantidad inadecuada de sueño es un factor clave en el sobrepeso.
La falta de sueño afecta a todos los grupos de edad
La obesidad es una epidemia en continuo crecimiento. Los Centros para el Control de Enfermedades afirman que aproximadamente el 35% de los adultos y el 17% de los niños (de 2 a 19 años) de Estados Unidos tienen sobrepeso o son obesos. Los científicos están analizando patrones a largo plazo para descubrir todos los factores que contribuyen al creciente número de niños, adolescentes y adultos obesos y con sobrepeso. Nuevas pruebas apuntan a una correlación entre la falta de descanso y el aumento del índice de masa corporal, o IMC, a lo largo del tiempo.
Durante generaciones, los niños se acostaban temprano cada noche porque los grupos pediátricos coincidían en que necesitaban descansar tras largas jornadas de juego para desarrollarse y crecer adecuadamente, así como para tener un sistema inmunitario fuerte. Los adultos y los adolescentes necesitan un descanso nocturno completo para funcionar a pleno rendimiento en el trabajo y en la escuela. Ahora los estudios están descubriendo que se necesitan cantidades adecuadas de reposo para mantener un peso saludable.
Cronobiología y biología circadiana
Cada año los científicos aprenden más cosas sobre el cuerpo humano. La cronobiología, un campo en auge en la comunidad científica, es una rama de la biología que estudia los ciclos naturales de nuestro cuerpo. El ritmo más reconocido en los seres humanos es un ciclo de 24 horas de nuestros procesos fisiológicos llamado ritmo circadiano. Cuando se altera este delicado ritmo, los efectos secundarios más notables que sufre una persona son la falta de alerta y la sensación perpetua de estar cansado o somnoliento. Ahora nos enteramos de que puede haber una consecuencia a largo plazo que no se nota inmediatamente: el aumento de peso.
Lo que dicen los estudios sobre la relación entre el sueño y el peso
El Estudio Longitudinal Nacional sobre la Salud de los Adolescentes analizó a 3.300 jóvenes y adultos en Estados Unidos entre 1994 y 2009. Encontraron correlaciones entre la hora de acostarse de los sujetos y su IMC. Los investigadores concluyeron que los adolescentes no duermen las 9 horas recomendadas y que esta alteración de sus procesos biológicos dificulta que se mantengan alerta y despiertos en la escuela. También descubrieron que los que se acostaban más tarde eran más propensos a tener un IMC más alto. Por cada hora perdida, los sujetos ganaban 2,1 puntos en el índice de IMC. Para calcular su IMC o conocer los índices de IMC normales, haga clic aquí.
Otro estudio de la Universidad de Chicago descubrió que la privación continua del descanso durante varios días puede interrumpir los niveles hormonales y alterar el metabolismo. En el estudio, restringieron las horas de descanso de 11 adolescentes sanos a entre cuatro y seis horas por noche durante seis noches. Sus conclusiones mostraron que la capacidad de los adolescentes para procesar el azúcar en la sangre había disminuido. Los científicos del estudio atestiguan que la falta de reposo provoca fatiga y hace descender los niveles de leptina -la hormona que suprime el hambre- en el organismo. Cuando disminuyen los niveles de leptina, el cuerpo recibe la señal de que necesita comer. El aumento del hambre lleva a comer en exceso y, por tanto, a ganar peso.
La Escuela de Salud Pública de Harvard afirma que docenas de estudios en los cinco continentes han investigado la relación entre la hora de acostarse y la obesidad, pero los estudios más convincentes fueron longitudinales (es decir, que abarcan un largo periodo de tiempo). El mayor y más largo de los estudios realizados hasta la fecha se centró en 68.000 mujeres de mediana edad. Se denominó Nurses’ Health Study (Estudio sobre la salud de las enfermeras). Se estudió a mujeres estadounidenses con horarios de trabajo irregulares o rotativos que alteraban su horario de sueño. Los investigadores descubrieron que cuanto más tiempo trabajaban las enfermeras con un horario irregular, mayor era su riesgo de padecer diabetes tipo 2 y obesidad.
Ajuste su ritmo de vida
Con cada vez más pruebas que apoyan la correlación entre la falta de descanso sustancial y el aumento de peso, no hay nada malo en fomentar más horas de sueño en beneficio de la salud pública. Sencillamente, no nos cuidamos como deberíamos. El estilo de vida moderno se ha vuelto tan ajetreado que nos apresuramos cada día para acostarnos tarde y volver a empezar el ciclo al día siguiente. Esto es perjudicial para nuestra salud. Deberíamos escuchar los consejos de los profesionales de la medicina y tomar medidas para acostarnos nosotros y nuestra familia más temprano. Creando buenos hábitos y rutinas, nuestro cuerpo puede normalizarse y funcionar correctamente. A largo plazo estaremos mejorando nuestra salud y longevidad. Moraleja: aprovecha tus Zzzs.