Los estudios sobre el comportamiento de búsqueda de drogas en individuos con mutaciones genéticas clave sugieren un vínculo entre los ritmos circadianos y la adicción.
Dopamina. Serotonina. Melatonina. La mayoría de los modernos están familiarizados con estos neurotransmisores, que intervienen en el funcionamiento de casi todas las células de nuestro cuerpo, especialmente en los ciclos del sueño. Estas hormonas no sólo son esenciales para el sueño, el estado de ánimo y la función cognitiva, sino que también desempeñan un enorme papel en el abuso de sustancias y la adicción. Un nuevo estudio sugiere que las mutaciones en los genes relacionados con el ritmo circadiano pueden ser responsables de la relación entre los ritmos circadianos y la adicción.
Los genes que hay detrás de tus relojes internos
Los ritmos circadianos y la adicción se han relacionado en varios estudios importantes. Las personas adictas son más propensas a sufrir trastornos del sueño. Lo contrario también es cierto; quienes padecen trastornos del ritmo circadiano parecen ser especialmente propensos a las conductas adictivas y al abuso de sustancias.
Para descubrir más sobre la naturaleza de este vínculo, los investigadores de cronobiología estudiaron dos grupos de ratones: Un grupo con mutaciones en el gen del Reloj y otro con un gen que funcionaba normalmente. A ambos grupos de ratones se les administró la droga cocaína, altamente adictiva, y experimentaron los efectos estimulantes esperados. Sin embargo, el grupo de ratones sin un gen Clock funcional empezó a mostrar un comportamiento extraño. Permanecían en la zona donde se les había administrado la cocaína, incluso cuando se les ofrecían recompensas en otras zonas. Mostraban una enorme preferencia por la cocaína y estaban dispuestos a renunciar a otras actividades gratificantes por la posibilidad de obtener más cantidad de la droga.
La única diferencia significativa entre los dos grupos de ratones era el gen Clock, lo que sugiere que algo en este gen afectaba al comportamiento de búsqueda del placer.
Dopamina, ritmos circadianos y adicción
Cuando se estudiaron los cerebros de los ratones, se observaron varias diferencias clave entre los ratones con y sin el gen Clock funcional. Los ratones con deficiencia de reloj tenían neuronas productoras de dopamina que se disparaban con más frecuencia, con el consiguiente aumento del nivel de dopamina. La dopamina es un neurotransmisor clave implicado en el comportamiento de riesgo y recompensa, así como en el placer. Estos ratones tenían un mayor nivel de dopamina cuando estaban sobrios, pero también un enorme aumento cuando se les administraba cocaína. El resultado fue que los ratones con trastornos genéticos del ritmo circadiano obtenían una mayor cantidad de placer del consumo de cocaína.
Abuso de alcohol y trastornos del sueño y la vigilia
El gen Clock no es el único gen del ritmo circadiano que se ha implementado en la adicción. Otro estudio analizó el ritmo circadiano y el abuso del alcohol en ratones. Los ratones que tenían una mutación en el gen Per, otro gen relacionado con los ciclos de sueño-vigilia, eran propensos a beber más alcohol y también a metabolizarlo más lentamente. Los ratones con esta mutación mostraban lo que en un ser humano se denominaría comportamiento de borrachera, mientras que los que no tenían la mutación eran más propensos a beber con moderación.
¿Qué significa esto para las personas con trastornos circadianos?
Las personas no somos ratones, pero tenemos genes y comportamientos similares en el área del ritmo circadiano. Incluso antes de estos estudios, existían numerosas pruebas que sugerían que el ciclo sueño-vigilia está relacionado con la adicción. Por ejemplo, los adictos tienden a tener alteraciones del sueño mucho después de la abstinencia de una droga; la intensidad de estas alteraciones puede incluso predecir si la persona recaerá. Además, parece existir un ciclo de 24 horas en el consumo de drogas, y en los hospitales de todo el mundo se producen más sobredosis sobre las 18.30 horas.
El vínculo genético entre la dopamina, los ritmos circadianos y la adicción ofrece posibles vías de prevención y tratamiento. Tratar este desequilibrio dopaminérgico recién descubierto puede reducir el comportamiento de búsqueda de drogas, mientras que corregir los trastornos del sueño puede disminuir las posibilidades de recaída. Comprender el ciclo sueño-vigilia, incluidos los trastornos asociados a él, puede ayudar a muchas personas a conseguir una vida sana y libre de drogas.