Estados Unidos ha sufrido recientemente una ola de calor de proporciones épicas, que ha dejado muchas zonas con diez grados más de calor de lo habitual, o incluso más. Una de las quejas más comunes durante estas temperaturas extremas es que resulta más difícil conciliar el sueño. Existen muchas tradiciones sobre la temperatura corporal y el sueño, y muchas culturas creen que es mejor dormir en una habitación fría. Nuevas investigaciones sobre la relación entre la temperatura corporal y el ritmo circadiano sugieren que la gente no se lo imagina cuando las temperaturas extremas les dejan exhaustos y sin dormir.
La interacción entre la temperatura corporal y el ritmo circadiano
Como muchos otros aspectos de la salud humana, la temperatura corporal está controlada por el ritmo circadiano. El núcleo supraquiasmático (SCN) de nuestro cerebro es el centro de coordinación de nuestros ciclos de sueño-vigilia, y señala una serie de procesos fisiológicos que son cruciales para nuestro bienestar.
Todos los animales de cuerpo caliente experimentamos ligeros cambios de temperatura corporal a lo largo del día. Son muy pequeños, a menudo de menos de un grado, pero tienen un gran efecto. Al igual que muchas fluctuaciones diarias, estos pequeños cambios de temperatura son señalados por el reloj maestro de nuestro cerebro.
Estos ligeros cambios de temperatura desempeñan un papel importante en diversos procesos bioquímicos de nuestros tejidos y células. Los pequeños cambios de temperatura desencadenan distintas reacciones que contribuyen a la reparación celular, el metabolismo y otras actividades cruciales.
Curiosamente, los animales de sangre fría e incluso las plantas tienen relaciones similares entre la temperatura y los procesos fisiológicos. En estos organismos, sin embargo, la temperatura externa es la que marca sus relojes. Los cambios de temperatura en los animales de sangre caliente, como los humanos, pueden ser una adaptación de estos antiguos procesos.
Cuando los relojes internos se desajustan
Un estudio reciente sobre pacientes con lesiones cerebrales subraya la relación entre temperatura y salud. Los investigadores observaron a un grupo de pacientes que se encontraban en distintos niveles de coma tras una lesión cerebral traumática. Controlaron su temperatura corporal y su nivel de respuesta al entorno.
Los pacientes que presentaban fluctuaciones de temperatura similares a las observadas en personas sanas obtuvieron mejores puntuaciones en las mediciones de la conciencia emergente, lo que indicaba que se encontraban en un estado de coma más leve.
A continuación, los investigadores expusieron a ocho pacientes a luz brillante en determinados momentos del día, simulando patrones de luz diurna. Dos de estos pacientes mostraron una mejora en la respuesta. Esto sugiere que algunas personas en coma pueden beneficiarse de tratamientos que estimulen su ritmo circadiano.
Los científicos señalan que aún quedan varias áreas por explorar en la relación entre el ritmo circadiano y la recuperación de una lesión cerebral. Este estudio fue extremadamente pequeño, por lo que sus conclusiones pueden no aplicarse a todas las personas en coma. Además, la mejora se midió por el rendimiento en una escala de coma en lugar de por hallazgos objetivos como las imágenes. No obstante, ayudar a que el ritmo circadiano vuelva a su cauce puede dar a las personas con estas devastadoras lesiones una mejor oportunidad de recuperación.
¿Debería dormir en una habitación fría?
¿Son ciertos los cuentos de viejas sobre dormir en una habitación fría? Los resultados del estudio no están claros. Los investigadores señalan que las personas duermen mejor cuando su temperatura corporal central es baja. Por lo general, nuestra temperatura es más baja durante la fase REM y empieza a subir justo antes de despertarnos. La temperatura corporal aumenta ligeramente a lo largo del día hasta media tarde, momento en el que comienza un lento proceso de enfriamiento que continuará hasta que estemos profundamente dormidos.
De hecho, las personas que experimentan su descenso nocturno de temperatura corporal a una hora más tardía son mucho más propensas a padecer insomnio. Muchos científicos teorizan que estas personas tienen dificultades para dormir porque no pueden bajar su temperatura corporal tan rápidamente como otras personas. Por el contrario, muchas personas que se despiertan muy temprano experimentan un aumento de la temperatura mucho antes que los que nos despertamos más tarde. Para estas personas, mantener la habitación fría puede ser una forma eficaz de mejorar el sueño.
Sin embargo, el descenso de la temperatura corporal no siempre está relacionado con la temperatura de la habitación en la que dormimos. Dado que somos criaturas de sangre caliente, los seres humanos podemos mantener una temperatura corporal estable incluso dentro de una amplia gama de temperaturas ambiente.
Aunque conocemos los datos básicos sobre la interacción entre la temperatura corporal y el ritmo circadiano, aún queda mucho por aprender. Gran parte de la investigación sobre el ritmo circadiano se ha centrado en cómo los niveles de luz interactúan con nuestra salud. Sin embargo, la temperatura puede ser igual de importante. Comprender mejor la interacción entre nuestro entorno y nuestros relojes internos puede conducir a nuevas tecnologías y tratamientos que nos ayuden a estar lo más sanos posible.