El pasado domingo, Estados Unidos adelantó una hora el horario de verano para prepararse para los días más largos del verano. Dentro de unas semanas, la mayor parte del resto del mundo seguirá su ejemplo: Europa y el Reino Unido adelantarán sus relojes el domingo 27 de marzo y Australia hará lo propio el domingo 3 de abril. Esto es lo que necesita saber sobre cómo prepararse para el horario de verano; y si ya se ha producido en su región, cómo ayudar mejor a su cuerpo a lidiar con el cambio de hora.
¿Para qué sirve el horario de verano?
La mayoría de la gente sabe que tiene que adelantar sus relojes una hora en la fecha determinada en que comienza el horario de verano en su región, normalmente a primera hora de la mañana de un domingo de marzo o abril. Pero, ¿sabía por qué la mayoría de la gente cambia de hora dos veces al año y qué consecuencias biológicas puede tener?
El horario de verano es el periodo de tiempo comprendido entre marzo y noviembre, aproximadamente, en el que la mayor parte del mundo adelanta los relojes una hora. En otoño, los relojes se atrasan una hora. El objetivo del horario de verano es ajustar los relojes para aprovechar mejor la luz solar natural. Posteriormente, el periodo de tiempo entre que los relojes permanecen a la hora normal se conoce como Hora Estándar. Algunos países y también algunos estados de Estados Unidos no practican el horario de verano, optando por permanecer en la hora estándar durante todo el año.
Cómo afecta al cuerpo el horario de verano
Aunque la mayoría de la gente aprecia poder aprovechar más la luz del día durante el horario de verano, este proceso tiene algunos inconvenientes. De hecho, algunos médicos y científicos abogan por un horario fijo durante todo el año debido a las repercusiones que tiene para la salud mover los relojes dos veces al año. Estos efectos negativos se deben a la alteración de los ritmos circadianos naturales del cuerpo.
Estas alteraciones se producen porque el cuerpo humano está predispuesto a seguir un patrón de ciclos de luz y oscuridad durante un periodo de 24 horas. La luz a la que estamos expuestos cuando sale el sol sirve de desencadenante para indicarnos que nos despertemos. A la inversa, la oscuridad envía la señal al cerebro de que es hora de relajarse. Incluso los cambios más mínimos en esta exposición a la luz pueden provocar un desajuste circadiano, exponiéndole a una serie de riesgos para la salud.
No es casualidad que los hospitales registren un aumento del 24% en las visitas relacionadas con ataques al corazón el lunes siguiente al cambio de hora del reloj de primavera. Este pico se achaca a la hora de sueño que todo el mundo pierde al adelantar los relojes. La estadística contraria se produce en otoño, cuando las visitas hospitalarias atribuidas a infartos descienden un 21%, ya que la gente duerme una hora más.
La investigación también ha demostrado que el cambio de reloj en primavera está relacionado con más accidentes de tráfico, informes de mal humor y un aumento de las lesiones en el lugar de trabajo, ya que los trabajadores luchan contra el cansancio.
La mejor manera de gestionar el horario de verano
La forma en que las personas reaccionan al cambio de hora es muy personalizada. Mientras que algunas personas superarán la transición sin efectos perceptibles, otras necesitarán más tiempo para adaptarse al cambio de hora. Estas son algunas de lascosas que puede hacer para prepararse para el horario de verano, o para ayudar a su cuerpo a adaptarse si vive en una región donde ya se ha producido el cambio.
Empiece pronto
Una de las mejores maneras de preparar su cuerpo para este cambio de hora es empezar a ajustar su reloj corporal antes del gran cambio de hora. Esto significa acostarse entre 15 y 30 minutos antes de lo normal la semana anterior al cambio.
Siga una rutina
Es posible que sienta la tentación de alejarse de su rutina habitual si se siente perezoso en los días posteriores al cambio de hora. Sin embargo, es importante que se proponga seguir una rutina. Esto significa que debe ser constante a la hora de levantarse, hacer ejercicio, comer y todas las rutinas normales del día.
Salga inmediatamente
Una de las mejores cosas que puede hacer para minimizar las interrupciones del sueño en los días posteriores a la transición al horario de verano es pasar tiempo al aire libre. Salir a la luz natural del sol a primera hora de la mañana le ayudará a facilitar la transición fisiológica al nuevo horario. Incluso sentarse frente a una ventana con las cortinas abiertas puede proporcionarle la luz solar que su cuerpo necesita para iniciar este proceso.
Cuidado con las siestas
No está solo si siente la necesidad de echarse una siesta en los días posteriores al adelanto del reloj. Aunque las siestas no son intrínsecamente malas, es una buena idea limitarlas a 30 minutos o menos.
Cree una rutina de sueño saludable
Si sabe que a su rutina de sueño le vendría bien algo de trabajo, no hay mejor momento para hacerlo que ahora. Crear una rutina de sueño saludable significa asegurarse de tener un entorno de sueño cómodo, libre de ruidos extraños y otras interrupciones. También debe evitar la exposición a la luz azul de los dispositivos electrónicos en las horas previas a acostarse.
Estos consejos le ayudarán a preparar su cuerpo para la transición que se avecina, permitiéndole aprovechar al máximo estas horas extra de luz solar en su día.