Los científicos reconocen desde hace tiempo que la genética desempeña un papel en el ciclo sueño-vigilia del ser humano. Una investigación realizada recientemente por la Universidad de Ginebra (Suiza) viene a sumarse a ese corpus de información, ofreciendo una imagen más clara de la influencia genética en los ciclos del sueño. Según sus conclusiones, un solo gen puede alterar el ciclo sueño-vigilia.
Además, los científicos descubrieron una posible relación entre las mutaciones de ese único gen y la neurofibromatosis, una enfermedad genética bastante común. Aunque ese único gen no es el único que afecta al ciclo sueño-vigilia, sí parece desempeñar un papel esencial en su regulación.
Procesos complejos y sincronizados
«El cuerpo es esencialmente un conjunto de relojes», explica el profesor e investigador del Laboratorio de Biología Reguladora del Salk, Satchindananda Panda. Y esos relojes ayudan a regular el gran número de complejas reacciones e interacciones químicas que intervienen en los innumerables procesos corporales que sustentan la vida, la salud y la cognición. El ritmo circadiano, un ciclo de aproximadamente 24 horas que refleja el ciclo del día y la noche, desempeña un papel clave en la regulación de esos relojes y en el mantenimiento de su sincronía. El ciclo sueño-vigilia está vinculado a un ritmo circadiano sano.
Las alteraciones del ciclo sueño-vigilia contribuyen a la alteración del ritmo circadiano, y ambas están relacionadas con un mayor riesgo de padecer numerosas enfermedades, muchas de ellas graves, como el cáncer y las enfermedades cardiovasculares. Aunque cada vez se dispone de más información sobre la relación entre el funcionamiento y la salud del organismo y el ciclo sueño-vigilia, el ritmo circadiano y los relojes corporales, aún queda mucho por aprender sobre los mecanismos específicos implicados, incluidos los factores genéticos.
Los científicos descubren que el gen Nf1 puede alterar el ciclo sueño-vigilia
Buscando información más específica sobre el posible papel de la genética en el ciclo sueño-vigilia, científicos de la Universidad de Ginebra realizaron un estudio con la Drosophila, un tipo de mosca de la fruta. La Drosophila se utiliza habitualmente en este tipo de investigaciones porque su genoma es fácil de manipular y modificar en el laboratorio, y porque muchos de sus genes se encuentran también en formas de vida superiores, como los seres humanos. Los resultados de este estudio se publicaron en Nature Communications, una revista multidisciplinar revisada por expertos y dedicada a la medicina, la biología, la química, la física, las ciencias de la tierra y la salud.
En este estudio, los científicos estudiaron y compararon dos grupos de moscas de la fruta. Un grupo eran moscas de la fruta sanas que dormían según un horario normal de unas 10 horas por la noche con una siesta de cuatro o cinco horas durante el día. El otro grupo tenía alterados los ciclos de sueño-vigilia debido a daños en partes específicas del cerebro, denominadas cuerpos en forma de seta por su forma. Cuando los científicos estudiaron los cuerpos en hongo no dañados en los cerebros de moscas Drosophila sanas, prestaron especial atención a la expresión génica.
Según los científicos, la expresión del gen Nf1 en una mosca de la fruta sana estaba relacionada con el ciclo sueño-vigilia, aumentando cuando la mosca estaba despierta y disminuyendo cuando estaba dormida. Cuando analizaron la expresión del gen Nf1 en el grupo de moscas de la fruta con ciclos de sueño-vigilia alterados, descubrieron que la expresión del gen era débil independientemente de la hora del día o de la noche, lo que relacionaba la expresión deficiente del gen Nf1 con la alteración del ciclo de sueño-vigilia.
La forma humana del gen Nf1, según los científicos que participaron en el estudio, sirve para prevenir el crecimiento de tumores del sistema nervioso. Las mutaciones de este gen están asociadas a una enfermedad genética común, la neurofibromatosis, y a una mayor probabilidad de desarrollar tumores del sistema nervioso. Curiosamente, los trastornos del sueño son un síntoma común entre los enfermos de neurofibromatosis. Se necesitan más investigaciones para determinar los posibles mecanismos y relaciones entre el gen Nf1, sus mutaciones, el ciclo sueño-vigilia y su impacto en la salud.
Otras formas en que la genética influye en el ciclo sueño-vigilia
Aunque las mutaciones en el gen Nf1 pueden alterar el ciclo sueño-vigilia, no es la única influencia genética en el ciclo. Por ejemplo, los investigadores han descubierto que los búhos nocturnos -aquellos que tienen un ciclo sueño-vigilia más tardío- son más propensos a tener una mutación genética específica que da lugar a un ciclo de reloj más largo. La mutación de los búhos nocturnos afecta a una proteína del reloj llamada criptocromo. Esta mutación en una de las cuatro proteínas del reloj altera su funcionamiento conjunto, lo que afecta al ciclo sueño-vigilia.
Los madrugadores tienen un ciclo de reloj comparativamente más corto. Los investigadores han descubierto una serie de mutaciones genéticas que afectan a los ciclos de sueño-vigilia estudiando familias y sus ciclos de sueño-vigilia.
Controle lo que pueda
Los genes son sólo una parte de la ecuación. Si bien es posible que tenga una predisposición genética a ciertos patrones de sueño-vigilia, todavía hay mucho que puede hacer para promover un ciclo de sueño-vigilia saludable y un ritmo circadiano saludable. Los suplementos de melatonina administrados en el momento adecuado pueden ayudar a establecer y mantener un ciclo sueño-vigilia saludable.
La luz es la principal señal ambiental para saber cuándo es el momento de estar activo y cuándo es el momento de dormir. Tome mucho sol por la mañana y evite la luz artificial brillante por la noche. Acuéstese y levántese a la misma hora todos los días. Haz las comidas -y no te saltes el desayuno- a la misma hora cada día, porque eso también favorece un ritmo circadiano saludable y repercute en tu ciclo sueño-vigilia.