Los científicos llevan mucho tiempo intentando averiguar cómo se produce exactamente el cáncer con la esperanza de encontrar una cura. Los genes del reloj circadiano pueden ser una pieza importante de este rompecabezas.
La investigación ha permitido comprender mejor el cáncer. Ahora sabemos qué opciones de estilo de vida pueden provocar cáncer, así como muchos enfoques para tratarlo. Se trata de una información valiosa y representa un gran avance, sobre todo si tenemos en cuenta que hace tan sólo unas décadas la gente creía que fumar era una opción saludable. Sin embargo, todavía hay mucho que desconocemos sobre el cáncer y cómo se produce. Las nuevas investigaciones cronobiológicas sobre cómo los genes del reloj circadiano regulan el cáncer podrían permitirnos detectar y tratar mejor esta grave enfermedad.
¿Qué es el cáncer?
Para la mayoría de la gente, el cáncer es una sentencia de muerte. Pocos se molestan en comprender los procesos celulares que causan esta enfermedad debido al comprensible miedo asociado a ella.
El crecimiento celular está estrechamente regulado en el cuerpo humano. Las células crecen y se dividen sólo cuando se lo ordenan diferentes señales. Estas células dejan de dividirse y crecer cuando los tejidos que forman alcanzan una masa determinada. Esto es esencial para el funcionamiento del cuerpo humano. Hay una serie de puntos de control que impiden que las células se dividan cuando no son necesarias o cuando comprometen la salud de las células y tejidos circundantes. El cáncer está causado por una interrupción de los puntos de control que impiden que las células se dividan de forma descontrolada.
El papel de los genes del reloj circadiano en el ciclo celular
Estamos empezando a comprender exactamente la importancia del ritmo circadiano en el ciclo celular. El ritmo circadiano es un ciclo de 24 horas regido principalmente por ciclos de luz y oscuridad, mientras que el ciclo celular se rige más por la demanda de nuevas células combinada con la competencia por el espacio y los nutrientes. Estos dos ciclos parecen estar vinculados por varias proteínas comunes a ambas vías. Los humanos y otros mamíferos solemos participar en el crecimiento y la división celular principalmente por la noche, cuando dormimos. Por la noche también llevamos a cabo procesos vitales de reparación que garantizan que las células reproductoras tengan la codificación genética correcta para cumplir sus funciones.
¿Cómo se acoplan ambos ciclos mediante proteínas comunes? Según estudios recientes, hay varios genes que fabrican proteínas sólo en momentos concretos. Estas proteínas, a su vez, indican a las células si deben dividirse e incluso si deben morir. La vida, el crecimiento y la muerte de las células están determinados por estos genes del ritmo circadiano. Cuando el crecimiento empieza a producirse sin controles saludables, estos genes circadianos suelen ser los culpables.
C-MYC: El vínculo entre el ritmo circadiano y el cáncer
Muchos estudios han señalado a c-MYC como un regulador potencial de tumores y cáncer. Esta proteína es controlada por otra conocida como CRY2. Cuando los investigadores eliminaron el gen que produce CRY2 en ratones, éstos desarrollaron tumores que crecieron sin control y se volvieron mortales,es decir, cáncer. CRY2 también es importante en el ritmo circadiano tanto de ratones como de humanos, determinando diversos procesos diarios como el hambre y la fatiga. Como muchos genes del reloj circadiano, CRY2 se expresa siguiendo un patrón rítmico en función de la hora del día. Como degrada el oncogén c-MYC, también parece desempeñar un papel importante en la prevención del cáncer.
¿Por qué es tan importante el ritmo circadiano para la salud humana? ¿Por qué las personas con un ritmo circadiano desregulado tienen un mayor riesgo de cáncer? Aunque a menudo las conexiones no están claras, es de esperar que conocer mejor esta conexión nos permita prevenir, detectar y tratar el cáncer con mayor eficacia. En última instancia, conocer el papel de los genes del reloj circadiano en las enfermedades potencialmente mortales nos conducirá a una vida más larga y saludable para todos nosotros, así como a una mayor comprensión de cómo podemos reducir personalmente nuestro riesgo.