Los científicos han descubierto recientemente que la piel mantiene la hora, independientemente del cerebro. Este notable hallazgo subraya el impacto de los ritmos circadianos en los diversos sistemas del cuerpo y puede tener también importantes implicaciones para la prevención y el tratamiento de afecciones y enfermedades de la piel en el futuro.
Entender los ritmos circadianos del cuerpo
Los ritmos circadianos son los ciclos inherentes de 24 horas que experimenta el cuerpo humano en conjunción con la salida y puesta del sol cada día. Una serie de procesos naturales del cuerpo están dictados por este ciclo. Aunque la mayoría de las investigaciones relacionadas con los ritmos circadianos se centran en los ciclos de sueño y vigilia del cuerpo, estos ciclos también influyen en la temperatura corporal, los hábitos alimentarios, los procesos digestivos, los niveles de energía, la liberación de hormonas y mucho más.
Conocer mejor los ritmos circadianos y el reloj maestro del cuerpo ha ayudado a los científicos a tratar mejor las afecciones médicas y a ofrecer recomendaciones para mejorar diversas facetas de la vida cotidiana.
El ritmo circadiano de la piel
Al igual que muchos otros órganos del cuerpo, la piel tiene su propio reloj maestro, que influye en la salud y el aspecto de la piel. Se sabe desde hace tiempo que las células de la piel realizan diferentes acciones en distintos momentos del día. Por ejemplo, las células madre situadas en las capas externas de la piel suelen reproducirse durante la noche, cuando el cuerpo está en reposo. Por eso, no dormir lo suficiente puede repercutir negativamente en el aspecto de la piel.
Los científicos pueden basarse en descubrimientos anteriores para determinar cuándo se deben aplicar los productos de cuidado de la piel para obtener el máximo beneficio o en qué momento del día el cutis tiene mejor aspecto. Por ejemplo, durante las horas diurnas la piel es más densa y produce sebo para protegerse de los efectos nocivos del sol y otros factores ambientales. La piel sabe producir este sebo adicional entre las horas centrales del día y las 3 de la tarde, casualmente el mismo momento del día en que los dañinos rayos UV del sol son más intensos.
La presencia de sebo adicional es también la razón por la que tu piel parece más grasa en las horas de la tarde. Aunque el sebo proporciona esa capa natural de protección contra el sol, también es menos probable que tu cutis luzca lo mejor posible como resultado de ello. Esto no significa que puedas prescindir de la protección solar.
Por el contrario, la superficie de la piel se vuelve más permeable al atardecer, cuando el sol empieza a ponerse. Esto significa que, naturalmente, es el mejor momento del día para aplicar sus productos favoritos para el cuidado de la piel. Una piel más permeable va a ser más receptiva a la absorción de los ingredientes activos de estos productos, ayudándole a aprovechar el poder de los productos aplicados.
Durante la noche y las primeras horas de la mañana, la piel está ocupada reemplazando las células viejas. Este trabajo se traduce en que la producción de grasa está en su punto más bajo durante esta parte del ritmo natural de la piel. Además, como el flujo sanguíneo también aumenta tras la puesta de sol, la hidratación de la piel se acelera. Por eso muchas personas notan que su piel tiene mejor aspecto por la mañana.
Cómo cronometra la piel
Un estudio publicado en la revista Current Biology detalla cómo la piel de los ratones exhibe sus propios ritmos circadianos que están alineados con el ciclo luz-oscuridad de la Tierra, un proceso que es independiente de los ojos y el cerebro. Como resultado, los científicos pueden deducir que la piel tiene receptores que funcionan independientemente de otros procesos.
El descubrimiento del reloj interno de la piel tiene implicaciones que van mucho más allá del aspecto del cutis. La obtención de más información sobre los relojes internos de las células de la piel ha mostrado a los investigadores cómo mitigar el envejecimiento prematuro y el cáncer de piel. Por ejemplo, un estudio de la Universidad de Carolina del Norte demostró que la luz ultravioleta absorbida a primera hora de la mañana aumenta la aparición de cáncer de piel en comparación con la misma cantidad de luz a última hora de la tarde. Esta diferencia se debe a que la piel es más capaz de protegerse contra estos rayos nocivos por la tarde.
Los científicos esperan aprovechar estos descubrimientos para saber si la piel puede curarse más rápida y eficazmente cuando se expone a determinados tipos de luz. También existe la posibilidad de que algunos tipos de medicamentos para la piel sean más eficaces si se administran a determinadas horas del día. Los investigadores ya han descubierto que algunos medicamentos internos funcionan mejor cuando se administran junto con la función del ritmo circadiano. Sería lógico que este mismo principio pudiera aplicarse a los medicamentos tópicos para la piel.
Aún queda mucho por aprender sobre el reloj maestro del organismo y sobre cómo influyen los ritmos internos en diversos procesos biológicos. La forma en que la piel mide el tiempo y lo que esto significa para el aspecto de su cutis y su salud en general es sólo la punta del iceberg cuando se trata de aprovechar los ritmos circadianos naturales del cuerpo para trabajar en su beneficio.