Los investigadores saben desde hace tiempo que el ritmo circadiano cambia a medida que envejecemos. Nuevas pruebas sugieren que la disminución de los niveles de poliaminas puede estar relacionada con este cambio.
Nuestro reloj circadiano cambia a lo largo de la vida. Mientras que los jóvenes suelen dormir bien y sentirse descansados, las personas mayores tienen más problemas para conciliar el sueño y mantenerlo. Esta disminución de la calidad del sueño contribuye a la fatiga, a que las siestas sean más frecuentes y a otros problemas que asociamos con la edad. Nuevas investigaciones sugieren que la disminución de los niveles de poliaminas, un grupo de metabolitos que disminuyen de forma natural a lo largo de la vida, puede estar relacionada con los cambios del sueño.
¿Qué son las poliaminas?
Las poliaminas son metabolitos de otros procesos celulares, pero también son importantes en una serie de reacciones celulares en casi todas las formas de vida. Contribuyen al crecimiento de los tejidos y ayudan a controlar el transporte de nutrientes al interior de la célula. En las plantas, contribuyen a crear la senescencia, que es la ralentización del crecimiento y el metabolismo a medida que una planta envejece y se acerca al final de su vida útil programada. Las poliaminas son importantes en el envejecimiento de las plantas, pero también lo son en el de los animales. A medida que los humanos y otros mamíferos envejecemos, nuestros niveles de poliaminas disminuyen lentamente. Los investigadores creen que esto puede ser una causa parcial de algunas enfermedades asociadas al envejecimiento, como la enfermedad de Alzheimer. Un nuevo estudio ha confirmado que estos niveles decrecientes de poliaminas están relacionados con otro conocido síntoma del envejecimiento: los trastornos del sueño. En concreto, la disminución de las cantidades de este metabolito puede alargar el ritmo circadiano.
El efecto de las poliaminas en el ritmo circadiano
Las poliaminas son reguladores clave del crecimiento y la proliferación celular, y afectan a casi todas las células del cuerpo humano. Dado que son metabolitos de otros procesos celulares, pueden disminuir en la vejez simplemente debido a la menor cantidad de crecimiento celular y a la ralentización general de los procesos metabólicos celulares. Sin embargo, estos niveles decrecientes pueden afectar no sólo a nuestras células, sino también a nuestros hábitos de sueño. Las poliaminas parecen afectar a las interacciones de las proteínas que regulan el ritmo circadiano. Unas cantidades más bajas provocan una menor interacción entre las proteínas clave asociadas al sueño, de modo que los cambios celulares necesarios para dormir tardan más en producirse. Esto alarga el ritmo circadiano en las personas mayores y otras personas con disminución de poliaminas.
Suplementos de poliaminas y envejecimiento
Los investigadores también descubrieron que la administración de suplementos de poliaminas revierte el alargamiento del ritmo circadiano asociado a los trastornos del sueño relacionados con la edad. Esto permite albergar esperanzas de nuevos tratamientos para los trastornos del sueño asociados al envejecimiento, así como para las enfermedades relacionadas con la edad que también parecen estar vinculadas al descenso de los niveles de este metabolito. Sin embargo, serán necesarios más estudios antes de que se pueda administrar esta terapia a seres humanos con seguridad. Aunque las poliaminas son importantes para el sueño, su papel en la proliferación celular sugiere que su suplementación podría aumentar el crecimiento tumoral. Los investigadores están estudiando actualmente si éste es el caso.
Constantemente se realizan nuevos estudios sobre los intrincados mecanismos celulares y bioquímicos que subyacen al proceso de envejecimiento. Aunque probablemente nunca seamos capaces de prevenir o revertir por completo el envejecimiento, los nuevos descubrimientos ofrecen esperanzas para el tratamiento de las enfermedades relacionadas con la edad y, en última instancia, para llevar una vida más larga y saludable.